Redacción.

Al menos 90 personas han muerto este miércoles, y unas 250 permanecerían desaparecidas tras el naufragio de un barco en el que viajaban unos 500 inmigrantes, frente a la costa de la isla italiana de Lampedusa.

En el barco, en el que viajaban principalmente somalíes y eritreos, se habría producido un incendios que podría haber provocado que el barco se hundiera muy cerca de la costa de la isla, al menos así lo informan los medios locales.

Por el momento, la Guardia Costera ha recuperado 83 cadáveres del agua, entre ellos los de una mujer embarazada y dos menores, un niño y una niña. Según medios italianos, en el barco podrían viajar 30 menores.

Según el último balance, al puerto de Lampedusa han llegado ya unos 150 inmigrantes rescatados. También se encuentran en el muelle los cadáveres de los fallecidos, a la espera de ser trasladados al aeropuerto, ya que se espera que el número de víctimas mortales aumente.

Han sido un grupo de pescadores los que han dado la voz de alarma, y los primeros en empezar a atender a los supervivientes del naufragio, ya que la embarcación aún no había sido avistada por los guardacostas cuando ellos llegaron al lugar. Aún ahora continúan ayudando a la Guardia de Finanza y los guardacostas en el rescate d elos supervivientes y los cuerpos de los fallecidos.

Horas antes llegaban 463 inmigrantes
La tragedia se ha producido tan sólo unas horas después de que un barco  con 463 personas a bordo llegara a la isla. Todas ellas fueron trasladas a un ya abarrotado centro de acogida en el que ya hay 700 personas. La pasada semana, le lunes 30 de enero, 13 eritreos morían ahogados a solo unos metros de la costa de Sampieri (Sicilia), después de ser arrojados por la borda de la embarcación en la que viajaban para intentar entrar en Europa.

El médico responsable del ambulatorio de la isla, Pietro Bartolo, ha asegurado a los medios que este naufragio es una «tragedia sin precedentes», y lo que es más, «el balance de esta tragedia, desgraciadamente, está destinado a aumentar».