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Los presos de ETA vuelven a exigir cambios en la política penitenciaria

Redacción.

El colectivo de presos de ETA (EPPK), ha emitido un nuevo comunicado a través del diario Gara, en el que insta al Gobierno a modificar su política penitenciaria, y terminar así con la dispersión. 

En el mismo, han tildado de «torpeza», las 8 detenciones de los mediadores de su ‘frente de cárceles’, considerándolo un intento del Gobierno de «aislar al EPPK» que llega «tarde y torpemente», ya que los presos están convencidos de apostar por las vías legales.

El nuevo comunicado aparece apenas un mes después de que el colectivo anunciara su disposición a asumir las medidas individuales contempladas en la ley para acogerse a beneficios penitenciarios.

Sin embargo, según ha informado Europa Press, transcurrido un mes del primer comunicado en el que mostraban esa disposición (se conocía el 28 de diciembre), no hay constancia de que ninguno de los presos hayan remitido ninguna petición individual en el que asuman los requisitos que exige la ley para acogerse a beneficios penitenciarios.

«Amigos que hablan sin cadenas»
El colectivo de presos considera que «el Gobierno está solo con su violencia una vez más», u que finalmente tendrá que cambiar la política penitenciaria. Aseguran que van a continuar desarrollando la misma línea, ya que sienten que cuentan con el apoyo de la ciudadanía, algo que consideran quedó patente en la manifestación del 11 de enero, de la que también elogian la actitud mantenida por los agentes políticos y sociales.

La manifestación, que fue en un principio prohibida por la Audiencia Nacional, fue finalmente autorizada al ser convocada como marcha alternativa por el PNV y Sortu.

Sobre el acto celebrado en Durango a principios de año, consideran que fue una iniciativa «digna», con una buena participación de presos de la banda terrorista (acudieron 70 excarcelados), a los que han calificado como «amigos que han hablado sin cadenas».

El colectivo ha afirmado que esta era una imagen que el Gobierno no quería ver, lanzando un mensaje «que no quería oír», un mensaje que, según ellos, el ejecutivo a ignorado deliberadamente.


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