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«Nachthexen», las brujas soviéticas pesadilla de l...

«Nachthexen», las brujas soviéticas pesadilla de los nazis

Durante la 2ª Guerra Mundial el temor a las brujas renació en el corazón de los soldados alemanes. El responsable fue un escuadrón de bombarderos soviéticos integrado exclusivamente por mujeres piloto que llevaron a cabo miles de atrevidos bombardeos sobre las posiciones nazis a los mandos de biplanos de madera contrachapada (sus escobas) y al amparo de la oscuridad. Los alemanes las apodaron «Nachthexen» o «Brujas de la noche», apelativo que fue rápida y orgullosamente adoptado por las pilotos del 588 º Regimiento de Bombardeo Nocturno.

Cruz de Hierro/zweiterweltkrieg

Estas intrépidas mujeres desafiaron a la congelación y a la artillería enemiga en los cielos, mientras en tierra se enfrentaban al escepticismo de sus homólogos varones. Tal fue el temor que les profesaba el adversario que derribar uno solo de estos bombarderos hacía merecedor al responsable de recibir automáticamente la prestigiosa Cruz de Hierro.

Para conocer un poco mejor a las protagonistas tenemos que remontarnos a junio de 1941, en el marco de la Operación Barbarroja (en alemán, Unternehmen Barbarossa), cuando las potencias del Eje irrumpieron en Rusia empleando una de las mayores fuerzas invasoras en el panorama bélico hasta el momento.

En este punto conviene puntualizar que la idea de emplear bombarderos pilotados por mujeres no fue la primera opción que se puso sobre la mesa. Sin embargo, el aparentemente imparable avance alemán y la creciente presión sobre la capital rusa, con Leningrado sitiada y el Ejército Rojo literalmente desbordado, hicieron que los líderes soviéticos repensaran su estrategia y despejaron las reticencias que hasta el momento habían excluido a las mujeres del combate.

La coronel Marina Raskova supo aprovechar esta oportunidad. Apodada la “Amelia Earhart rusa”, Raskova habría estado recibiendo, desde principios de la guerra, cartas de miles de mujeres procedentes de todos los rincones de la URSS que deseaban contribuir al esfuerzo bélico de cualquier forma. Muchas de estas mujeres habían perdido seres queridos o habían visto sus hogares consumidos por la guerra.

Raskova presionó para encontrar la forma de las mujeres asumieran un rol más activo, y sus esfuerzos no fueron en vano. Si bien hasta el momento se les había permitido participar fundamentalmente en roles de apoyo, muchas de estas mujeres estaban dispuestas a ser artilleras o a pilotar por su cuenta. Finalmente se las consideró aptas para el reclutamiento y Raskova solicitó a Stalin  permiso para formar unidades exclusivamente compuestas por mujeres.

En octubre de 1941, Stalin dio luz verde al despliegue de tres escuadrones aéreos integrados exclusivamente por mujeres. Al año siguiente se completaron los equipos, seleccionando a 400 mujeres para cada unidad de un total de más de 2.000 solicitudes. En su mayoría se trataba de mujeres jóvenes, de entre 17 y 26 años, que se trasladaron a la ciudad de Engels para su formación.

Las nuevas reclutas se sometieron a un periodo de adiestramiento que condensaba en unos pocos meses la experiencia de varios años. Recibieron botas y uniformes militares pensados para sus homólogos masculinos, teniendo que rellenarlos con ropa de cama para ajustarlo a sus medidas.

Debido a la limitaciones de fondos también carecían de otros artículos de «lujo» con los que si contaban el resto de pilotos. En lugar de paracaídas (demasiado pesados ​​para esos modelos de avión), radares, pistolas y radios, tuvieron que conformarse con utilizar materiales más rudimentarias como reglas, cronómetros, linternas, lápices, mapas y brújulas.

Polikarpov Po-2/hans-egebo

Pero el mayor desafío era tener que volar a lomos de aviones Polikarpov Po-2, poco más que fumigadores de los años 20 que hasta entonces habían sido empleados solamente para el entrenamiento. Se trataba de biplanos de dos asientos y cabina abierta, obsoletos incluso para los estándares de la época. Ensamblados con marcos de madera contrachapada y lona, eran ligeros sí, pero lentos y no proporcionaban protección alguna frente al fuego enemigo o las inclemencias climatológicas (al volar de noche, los pilotos tenían que soportar temperaturas por debajo de los cero grados).

Sin embargo, no todo iban a ser inconvenientes. Su reducido tamaño los hacía invisibles a los radares o a la localización por infrarrojos, al no usar radios tampoco pudieron ser detectados por otros medios, de modo que los alemanas trataban básicamente con fantasmas. Otro punto a favor era la reducida velocidad de entrada en perdida (la velocidad mínima a la que una aeronave es capaz de volar manteniéndose en el aire), ya que convertía esos aparatos en algo difícil de apuntar, además de facilitarles el despegue y el aterrizaje en prácticamente cualquier superficie.

Polikarpov Po-2 en pleno vuelo/carynschulenberg

El más famoso sería el 588º Regimiento de Bombardeo Nocturno, donde todas, desde pilotos hasta mecánicos, eran mujeres. En total estas pioneras arrojaron más de 23.000 toneladas de bombas sobre objetivos nazis. Para alcanzar estas cifras, teniendo en cuenta que los Polikarpovs solamente podían cargar con un número muy limitado de bombas al mismo tiempo, y provocar daños significativos en las posiciones alemanas, era necesario enviar hasta 40 tripulaciones compuestas por un binomio que ejecutaría entre 8 y 18 misiones cada noche.

El plan consistía en desplegar unos primeros aviones que hacían las veces de cebo, atrayendo el fuego nazi y proporcionando iluminación sobre el objetivo mediante bengalas, para que los bombarderos apagando los motores y planeando en la oscuridad pudieran soltar la carga sobre los objetivos señalados. El peso de los proyectiles las obligaba a volar bajo, convirtiéndolas en un blanco más fácil par las baterías alemanas, de ahí que la cobertura nocturna fuera crucial tanto para su éxito como para su supervivencia.

En total más de 30.000 misiones, aproximadamente ochocientas por piloto y navegante. Al final de la guerra 30 habían sido abatidas y 24 fueron condecoradas con el título de Héroe de la Unión Soviética. El último vuelo de las “brujas” tuvo lugar el 4 de mayo de 1945, poco antes de que los nazis se rindieran oficialmente.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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