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«Los sistemas de armas más sofisticados son inefic...

«Los sistemas de armas más sofisticados son ineficaces sin la excelencia de su personal»

Por Carlos González de Escalada Álvarez.

La estampa de don Santiago Bolíbar Piñero, almirante jefe de la Flota, es la del auténtico marino español. De gesto adusto, con pelo y barba canos, de mirada a la vez serena y penetrante, el ALFLOT es la imagen pura de la autoridad. Y sin embargo, tal es su pasión por el mar y su vocación por la Armada que confiesa que se cambiaría con los ojos cerrado por cualquiera de sus jóvenes oficiales hoy embarcados.

Este pontevedrés de 62 años, está en posesión de quince condecoraciones militares españolas y extranjeras. Desde que en el 1975 obtuvo el despacho de alférez de navío en la Escuela Naval Militar, ha sido ascendido en numerosas ocasiones hasta el empleo que ostenta en la actualidad, curtiéndose en destinos como la fragata «Andalucía», fragata «Vicente Yánez Pinzón», el destructor «Méndez Núñez», las fragatas «Baleares» y «Cataluña».

Es un gran aficionado a la vela, así como a otras actividades al aire libre, que procura practicar en su escaso tiempo de ocio.

Ahora, el almirante Bolíbar ha tenido a bien conceder una entrevista a nuestro Observatorio, para comentar de primera mano la actualidad y vicisitudes de nuestra flota de guerra.

Nunca España tuvo una fuerza naval tan moderna. ¿Podemos considerarnos homologados a las marinas del resto de las potencias europeas?
España es una nación eminentemente marítima y necesita de una Armada moderna y eficaz que defienda su soberanía y sus intereses nacionales.

En los últimos años, la Armada ha conseguido crear y mantener una Flota equilibrada, moderna y flexible, capaz de llevar a cabo todo espectro de misiones previsibles, tanto en escenarios nacionales, específicos y conjuntos, como en escenarios multinacionales.

Gracias a la estrecha cooperación entre la Armada y la industria española de Defensa, disponemos de buques como el LHD `Juan Carlos I´, el BAC `Cantabria´ y los Buques de Acción Marítima que, sin olvidar a las F-100, sitúan a España entre los países más avanzados, desde el punto de vista naval, capacitándola para contribuir de forma activa a la estabilidad y seguridad internacional sin renunciar a la suya propia.

Pero además, estos programas han supuesto que, una capacidad fundamental para nuestra seguridad y soberanía, como es el sector naval de la Defensa, adquiera un elevado nivel industrial y tecnológico que garantiza nuestra autonomía en el empleo de los medios y la autosuficiencia en el apoyo logístico, beneficiándose por otro lado de numerosos proyectos de cooperación industrial internacional, con importantes transferencias tecnológicas y contratos de exportación.

¿Con qué retos fundamentales se enfrenta el Almirante Bolíbar como jefe de la Flota española?
El Almirante de la Flota es responsable ante el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA) de garantizar el correcto alistamiento de la Flota para que la Armada pueda cumplir sus misiones.

Esta preparación se orienta principalmente a aportar las capacidades especificas y las formas de actuar de la Armada a la Acción Conjunta, sin descuidar cometidos como son la Disuasión y Defensa, la Gestión de Crisis, la Seguridad Marítima, la Seguridad Cooperativa y el apoyo a organismos con responsabilidad en la Acción del Estado en la mar.

En una coyuntura de restricciones como la actual, que afecta a las oportunidades de adiestramiento, no es posible preparar a una Fuerza para todas estas misiones, por lo que hay que buscar un compromiso que nos permita mantener las capacidades militares necesarias para cumplirlas.

A estos retos inherentes al cargo, se une el hecho de que la Fuerza Naval requiere el empleo costoso de recursos materiales. En un contexto económico como el actual, que ha obligado a la Armada a adoptar medidas de control y reducción del gasto muy duras, sobre unos presupuestos ya de por si mermados, se hace necesario imponer criterios de austeridad y eficiencia, en la administración y gestión de los medios y los recursos disponibles, con el fin de mantener las capacidades militares necesarias para cumplir las misiones que tenemos asignadas, respetando siempre las condiciones de seguridad del personal y el material. Sin embargo, para conservar estas capacidades en el tiempo será preciso realizar las inversiones económicas correspondientes.

Algunos consideran el nuevo S-80 el submarino, no nuclear, con más capacidades del mercado. ¿Qué supondrá para la Flota este salto cualitativo?
El submarino S-80 no sólo supone que la Armada adquiere una plataforma y un sistema de armas asociado que amplía de forma notable sus capacidades en este área. Una capacidad esencial que ha requerido muchas décadas de esfuerzo y de la que debemos garantizar su existencia.

Sin embargo, Navantia reconoce retrasos en la financiación de los nuevos submarinos ¿Cómo afecta este hecho a la operatividad de la flota?
Como todo gran proyecto de Defensa, y en especial de submarinos, el desarrollo del S-80 es extremadamente complejo, entre otras cosas debido a los desarrollos tecnológicos que contiene. Esto puede suponer retrasos que entran dentro de la normalidad en este tipo de proyectos. En este caso, es ocasionado principalmente por demoras que han afectado a la ingeniería, lo que puede suponer que el primer submarino no se entregue hasta el año 2016. Si éste fuera el caso, estudiaríamos la posibilidad de acometer los mantenimientos necesarios para mantener las capacidades militares que se nos exigen.

¿Qué nuevas capacidades tiene ahora la Armada con la incorporación del Buque de Proyección Estratégica Juan Carlos I?
El LHD `Juan Carlos I´ aumenta la capacidad expedicionaria y de proyección de la Fuerza, y supone concentrar en un solo buque misiones anfibias, de buque hospital, transporte estratégico y portaaeronaves, lo que proporciona una gran flexibilidad a la Fuerza Naval de cara a posibles misiones en escenarios multinacionales.

¿Qué nos da el BPE Juan Carlos I que no tuviéramos antes con el Príncipe de Asturias?
El LHD `Juan Carlos I´ proporciona la capacidad de proyección aeronaval que la Armada necesita en estos momentos, además de las antes mencionadas.

A pesar de haber sido modernizados, los años no pasan en balde para los AV 8B Harrier II Plus, de la Armada, ¿hasta cuándo tendremos a estas veteranas aeronaves como punta de lanza de nuestra arma aérea naval?
Los aviones Harrier, lejos de quedarse obsoletos con el tiempo, se han ido sometiendo a procesos de modernización tanto de aviónica como de sistemas de armas, fruto del programa conjunto desarrollado entre las marinas de EEUU, España e Italia. Hoy en día la Armada no contempla, a corto plazo, una alternativa de avión con capacidad de despegue vertical distinto del AV8B Plus.

¿Se incorporará finalmente la sexta fragata F100 a la flota?
Dentro de los planes de la Armada orientados a preservar la capacidad operativa de la Flota del futuro, mediante los correspondientes programas de renovación, se encuentra el de adquirir 5 fragatas F-110 para sustituir a las fragatas clase `Santa María”, programa que esta aún en fase de definición del proyecto.

¿Cómo está siendo la experiencia de colaboración del buque de aprovisionamiento Cantabria, integrado desde 2012 en la Armada Australiana?
El despliegue del BAC `Cantabria´ se está desarrollando según lo previsto. Esta  integración supone la posibilidad de obtener un mayor adiestramiento del buque en sus misiones, nivel de adiestramiento que quizás hubiera sido difícil alcanzar aquí con el escenario económico actual.

¿La batalla naval moderna es todo “cuestión de aviones, misiles y electrónica” o queda espacio para el talento estratégico de los buenos almirantes?
En esta vida todo es cuestión de aplicar la estrategia adecuada, la cual emana de un conocimiento profundo de los escenarios posibles de amenaza. Esto permite orientar la preparación de la Fuerza e incidir en el adiestramiento de determinadas capacidades lo que permite adelantarse, adaptarse y ser flexible ante cualquier situación de crisis que afecte a la Seguridad y Defensa de España y que pueda presentarse tanto lejos como cerca de nuestras fronteras.

En un escenario como el que describe, los sistemas de armas avanzados son totalmente ineficaces sin la excelencia, alcanzada  mediante el trabajo, el esfuerzo y el adiestramiento diario de las personas que los operan. No hay tanto espacio para grandes estrategas, lo hay para grandes líderes.

Líderes con unos rasgos diferenciadores derivados de las singularidades del entorno naval en el que se desarrolla nuestra profesión, que marca definitivamente y que imprimen carácter en las dotaciones de la Fuerza, sea cual fuere su empleo.

Dotaciones de la Fuerza que, generalmente, desarrollan sus cometidos en un entorno difícil como es la mar, donde las actividades rutinarias entrañan riesgos y donde a la separación prolongada de las familias se suma la necesaria convivencia en el reducido espacio de las unidades. Gracias a ese `don de mando´,  el líder, con su destreza y habilidad personal,  es capaz de conseguir que las personas que conforman las dotaciones de los buques y unidades pongan voluntariamente a disposición de los que dirigen, sus ideas, compromiso, su excelencia y su entusiasmo orientando todos esos esfuerzos hacia la consecución de un fin común y superior.

Reuniones, largas horas de trabajo, más reuniones, viajes, cientos de asuntos complejos… ¿hay que estar en buena forma para ser el ALFLOT?
Las Reales Ordenanzas de la Fuerzas Armadas sitúan a la preparación física, al igual que la formación moral, humanística, intelectual y técnica o el conocimiento de la profesión, como uno de los elementos básicos que capacita al militar para contribuir a la eficacia de las Fuerzas Armadas, además de favorecer la solidaridad y la integración.

En la Armada nos preocupamos de ello desde nuestro ingreso y paso por las distintas escuelas hasta el desempeño de la vida profesional en los destinos. Esto crea un hábito en la persona difícil de abandonar.

Como puede imaginar, la complejidad de las misiones de la Armada comprende una gran diversidad de funciones y cometidos que exigen un cierto nivel de aptitud psicofísica, tan importante tanto para un marinero, suboficial u oficial como para un almirante. Cada uno de ellos se ve sometido a estrés y a los esfuerzos inherentes a su cargo. En mi caso, como bien dice, no se trata de un trabajo físico en sí, pero le puedo asegurar que es necesario mantener esa buena forma física para aguantar el ritmo de vida asociado a él.

¿Aunque resulte inevitable… ¿les duele a los marinos tener que desguazar un barco? ¿Qué sintió con la despedida del Portaaviones Príncipe de Asturias, en el que usted mismo sirvió?
La construcción del portaaviones `Príncipe de Asturias´ supuso un hito importante para la industria de Defensa española y la Armada.

Buque enteramente de fabricación nacional, elevó no sólo el prestigio de nuestra industria naval, sino que mantenía a España, tras la baja del `Dédalo´, entre las pocas marinas del mundo con capacidad de aviación embarcada.

La Armada, en aras de mantener esa Flota equilibrada, moderna y flexible a la que antes me refería, mira al futuro. Esto supone adquirir nuevas unidades, procurando en todo momento impulsar la industria nacional del sector naval, así como fomentar las actividades de investigación, desarrollo e innovación necesarias para que tanto la Armada como la Industria de Defensa se mantengan actualizadas tecnológicamente y poder así preservar sus capacidades.

No tengo duda de que el LHD `Juan Carlos I´ será un digno sucesor del `Príncipe de Asturias´ cuya baja, respondiendo a su pregunta, viví con sabor agridulce; por un lado, los recuerdos de un joven oficial, de la mar en ese gran buque, donde icé mi insignia de Comandante del Grupo de Proyección de la Flota, experiencias revividas a bordo durante su última navegación hacia El Ferrol, ciudad que lo vio nacer, recuerdos de una vida entregada a la mar, a la Armada, y al servicio a  España. Por otro, la oportunidad de ser el Almirante de una Flota con buques como el `Juan Carlos I¨, el `Cantabria´, los BAM y las F- 100, buques donde navegan las nuevas generaciones de marinos por los que me cambiaria sin dudarlo.

¿Cuáles son las aficiones de Santiago Bolíbar al margen del servicio?
Siempre me gustaron los deportes relacionados con la naturaleza, la vela, la caza, paseos por los montes y caminos. También todos los deportes de raqueta o pala preferentemente el tenis. En cuanto a temas literarios, siempre me ha atraído la historia.

¿Hay algún otro aspecto que le gustaría destacar?
Sólo señalar que, con crisis o sin ella, la Flota, tratará siempre de cumplir con sus deberes de preparar la Fuerza de la Armada y ejecutar las misiones que se le asignen, con ilusión, aprovechamiento máximo de los recursos y con la certeza de que el mejor recurso es el humano y su motivación.

Almirante, muchas gracias por su tiempo.
Gracias a ustedes


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