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Cien años del comienzo de la Gran Guerra

Cien años del comienzo de la Gran Guerra

Dr. D. Vicente González-Prida y Díaz.

El 28 de junio de 1914 tuvo lugar en Sarajevo el asesinato del heredero al trono Austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa, Sofía Chotek. Las rivalidades de poder político y las tensas relaciones internacionales ya venían dadas desde mucho antes, aunque aquel atentado y la posterior declaración de guerra de Austria frente a Serbia es considerado como el comienzo de la Primera Guerra Mundial.

Atentado de Sarajevo

Tras el fatídico asesinato, todos los esfuerzos diplomáticos en búsqueda de un equilibrio de poder entre las grandes potencias europeas no lograron resolver ni evitar pacíficamente el conflicto. De hecho, en agosto de 1914 las potencias centrales de Alemania y Austria-Hungría ya se encontraban inmersas en una guerra contra las potencias aliadas de Francia, Gran Bretaña y Rusia. La guerra prevaleció no sólo en los campos de batalla de Europa, sino también en las colonias de África, Oriente Medio y en alta mar. En los altos círculos militares alemanes estaban convencidos de que una guerra pan-europea era inevitable. En algunas ciudades alemanas el comienzo de la guerra se tomó incluso con cierto entusiasmo que, pese a la preocupación e imprevisibilidad por el futuro desarrollo de la contienda, se confiaba en un final victorioso. Desde el primer día en que surgieron las hostilidades, los periódicos alemanes definieron el conflicto como una guerra mundial cuyos efectos cambiaría la faz del mundo. Al estar geográficamente ubicada entre dos frentes, el ejército alemán debía rápidamente distribuirse, por un lado en el este, donde las tropas alemanas penetraron profundamente en Rusia y, por otro lado, en el frente occidental donde el avance alemán se encontró con una sangrienta guerra de trincheras.

Hasta 1914 las batallas habían consistido generalmente en luchas heroicas, hombre contra hombre, y ese era probablemente el pensamiento de una juventud europea que se animaba a la búsqueda de gloria y de cierto ideal caballeresco.

Sin embargo, la realidad fue bien distinta en tanto que aquella Gran Guerra trajo una modernización en las técnicas bélicas, las cuales eran en gran parte desconocidas por los soldados de aquel momento histórico. El uso de equipos modernos supuso una matanza sin precedentes. La invención y aplicación de máquinas industriales, gases venenosos, lanzallamas, guerra aérea, submarinos… etc, desembocó en una muerte en masa nunca antes conocida y que le valió a este enfrentamiento el apelativo de Gran Guerra.

Las tropas arriesgaban a diario sus vidas y la muerte se configuró como un compañero constante de los soldados en el frente. Para escapar de

Carro blindado de la I Guerra Mundial

ella, los soldados cavaban trincheras profundamente en la tierra, fijándose en ellas para protegerse del fuego y de los ataques hostiles. Por el contrario, el atacante que asaltaba estas trincheras enemigas presentaba más bajas aún al encontrarse de frente el fuego defensivo de las ametralladoras. En general, las grandes ofensivas durante la Primera Guerra Mundial fueron las responsables de la mayor cantidad de víctimas.  La conocida por guerra de desgaste tuvo su mayor ejemplo en la Batalla de Verdún y en la Batalla del Somme, ambas en 1916, donde se emplearon por primera vez carros blindados y que se convirtieron en el epítome de la crueldad de la guerra.

Nunca antes de esta Gran Guerra habían participado tantos soldados en un conflicto militar. Entre 1914 y 1918, los países involucrados movilizaron a millones de hombres y, los que sobrevivieron, sufrieron evidentes trastornos de estrés postraumático. Sólo en Alemania, fueron alrededor de 13,2 millones los soldados movilizados. Junto al elevadísimo número de bajas, el sufrimiento y el hambre fueron las experiencias generales de la Primera Guerra Mundial. En Alemania por ejemplo, la escasez de suministros, el aumento de precios y la sensación de injusticia generó ya en 1915 unas primeras revueltas. La desigualdad social, la persistencia de los combates sin perspectivas de éxito y una población civil con cada vez más pérdidas y acuciante descontento, provocó a partir de 1916 un palpable cansancio profundo y generalizado en todos los frentes de la guerra.

Consecuentemente, en el frente oriental se impuso un tratado de paz favorable a Rusia el 3 de marzo de 1918. Por el otro lado, en el frente occidental, el desenlace fue rápido con la entrada de EE.UU. en la guerra en abril de 1917, estando ya las tropas alemanas completamente agotadas y fracasando en las grandes ofensivas del verano de 1918. La justificación norteamericana fue el hundimiento del Lusitania por un

Hundimiento del Lusitania

submarino alemán. A pesar de mantener sus posiciones, la situación militar era desesperada para las potencias centrales por lo que su Mando Supremo llevó a cabo las negociaciones para alcanzar un armisticio que fue firmado el 11 de noviembre de 1918 (Armisticio de Compiègne), mismo día en que se decretó el alto el fuego. Ese día se considera el término de la Primera Guerra Mundial con la derrota militar de Alemania y su aliado austrohúngaro. El número de fallecidos hasta 1918 fue inmenso, alcanzando cerca de nueve millones de soldados y más de seis millones de civiles, aparte de siete millones de lisiados, cuatro millones de viudas y ocho millones de huérfanos.

Como efectivamente se pronosticaba al principio de la contienda, el conflicto modificó el escenario internacional. De ese modo, al finalizar la guerra en 1918, las relaciones entre los gobiernos europeos y el Medio Oriente cambiaron considerablemente apareciendo, al poco tiempo, nuevos conflictos armados. Las monarquías alemanas, austrohúngaras y rusas fueron eliminadas, el Imperio Otomano se desintegró, surgieron nuevos estados-nación y el padecimiento que supuso la guerra llevó a muchos países europeos a levantamientos revolucionarios. El 9 de noviembre de 1918 (dos días antes del armisticio) el Káiser Guillermo II tuvo que abdicar de su trono y fue declarada en Alemania la conocida posteriormente como República de Weimar. En 1919, Alemania tuvo que firmar el Tratado de Versalles el cual le supuso unas condiciones durísimas y que terminó de liquidar en el 2010. Europa, en definitiva, tras la Gran Guerra quedó arruinada convirtiéndose EE.UU en la primera potencia mundial.

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Fuentes:

  • Ambrosius, Gerold y Hubbard, William. Historia social y económica de Europa en el siglo XX. Madrid: Alianza, 1992. ISBN 84-206-2711-9.
  • Evans, David (2004), The First World War, Teach yourself, Londres: Hodder Arnold, ISBN 0-340-88489-4, OCLC 224332259
  • http://www.dhm.de/lemo/html/wk1/
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  • http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/01/internacional/1285936258.html
  • Kühnl, Reinhard. La República de Weimar: establecimiento, estructuras y destrucción de una democracia. Valencia: Alfons el Magnànim, 1991. ISBN 84-7822-028-3..
  • Paul Fussel, La Gran Guerra y la Memoria Moderna, Oxford University Press, 1992 y Turner, 2006.

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