LEYENDO

COVAM. Aplicaciones de la Inteligencia naval

COVAM. Aplicaciones de la Inteligencia naval

Redacción/ Barcelona.

Desde la creación de la Fuerza de Acción Marítima (FAM) se tuvo la necesidad de un organismo dotado con la más alta tecnología desde donde vigilar el tráfico marítimo tanto en aguas españolas como internacionales que pudiera dar respuesta a los retos a que se enfrenta la seguridad marítima, como el terrorismo internacional, la piratería, los tráficos ilícitos de mercancías y personas, o incluso la contaminación.

Para ello se destinó el edificio de la Capitanía General de Cartagena para desarrollar un proyecto que entró en funcionamiento en el 2006 con el nombre de “Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima” (COVAM).

Considerado como uno de los centros de control más avanzados del mundo, el COVAM cuenta con una infraestructura para recibir, procesar, analizar y exportar datos sobre la situación marítima en aguas nacionales y espacios marítimos de interés, desarrollada en gran parte por la empresa Indra. Durante las 24 horas, presta todo tipo de apoyo e información a cualquier buque o embarcación a través de la red propia de satélites militares y civiles, ofreciendo un servicio que sólo igualan los centros similares ubicados en Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

El sistema AIS (Automatic Identification System) es una de las principales herramientas del COVAM -aunque no la única- a causa de la obligación de llevarlo instalado en barcos superiores a las 300 toneladas, emitiendo por VHF todos los datos de identificación. Estos datos se subdividen en información estática como el nombre del buque o embarcación, la nacionalidad o el modelo e información dinámica desde donde se obtiene la posición, la velocidad, el rumbo y otras referencias como el tipo de carga, origen y destino así como de su capitán y objetivos que son volcados a la red global.

A esta red se le suman las informaciones recibidas por los radares, vigilancia costera, Salvamento Marítimo y un notable número de bases de datos civiles nacionales, fruto de distintos convenios firmados entre el Ministerio de Defensa y otros Ministerios, así como de fuentes de Estados aliados tanto abiertas como de abono.

Todo esto se canaliza hacia el Sistema Integrado de Vigilancia y Conocimiento del Entorno Marítimo, (SIVICEMAR) pudiendo analizar de forma automática la conducta de los buques que transitan por zonas de interés, detectar comportamientos anómalos o incidencias para actuar a tiempo.

En las pantallas del centro de operaciones se sintetiza la posición en modo de iconos que representa cada uno de los buques y con tan solo pinchar sobre ellos aparece la información del barco que puede ser en tiempo real o no, y que se conoce como “Recognized Maritime Picture” (RMP).

Información y niveles de seguridad

Dadas las especiales características del entorno marítimo, las grandes extensiones a vigilar, la casuística posible y las diferentes variables que afectan a un incidente naval, es necesario un esfuerzo global al tratar información compartida por parte  de todas las agencias involucradas en el ámbito marítimo, cada una actuando dentro de sus competencias.

El conocimiento no está solo disponible para el COVAM sino que se comparte con el resto de la Flota, los Estados Mayores de los tres ejércitos y el Ministerio de Defensa los cuales tienen  sus centros de control para llevar a cabo sus propias misiones, además de las agencias civiles que en cada caso se determine.

Podemos decir que tanto los recursos como el personal del centro están distribuidos formando distintos estratos o capas que se relacionan entre sí, pero circunscritas al nivel de seguridad de la información en la que trabaja.

El primer estrato gestiona los datos sin clasificación de seguridad o “abiertos” desde donde se obtiene, fusiona, analiza y distribuye toda aquella información para un conocimiento general del entorno marítimo.

La segunda capa trata la información sensible ya sea por sus intereses industriales, comerciales, o simplemente por sus posibles repercusiones en círculos mediáticos, sin ser necesariamente información militarmente clasificada. A este producto final pueden acceder organismos o agencias que se determinaran en cada momento y circunstancia, mediante sistemas de control de acceso, por ejemplo a través de Internet.

El tercer estrato o capa maneja la información estrictamente clasificada, de acceso y uso exclusivamente militar.

Este sistema de capas permite obtener, en cada momento, los elementos necesarios de cada una de ellas para elaborar un completo y correcto análisis de las diversas situaciones.

Áreas de trabajo

Se pueden citar principalmente 4 áreas de trabajo:

  • Zona NCAGS: Sistema de la OTAN para el control del tráfico marítimo que apoya a los mandos navales militares, vigila el tránsito de mercantes y su seguridad, además de coordinar a los países aliados para evitar interferencias entre la Fuerza Naval y el tráfico mercante.
  • Zona de fusión: Punto donde se recibe, canaliza y es analizada toda la información procedente del sistema AIS y de fuentes ajenas. Este proceso se realiza creando en las pantallas un cuadro común de la situación naval o Recognised Maritime Picture (RMP).
  • Sala de Operaciones Navales: Es la encargada exclusivamente del control del tráfico marítimo militar así como de las operaciones que desarrollan. Sus fuentes y medios son secretos y no accesibles para nadie que no tenga la debida clasificación de seguridad.
  • Zona de Inteligencia: Interpreta la situación táctica que se visualiza en los monitores,  evalúa las amenazas y comprueba si existen discrepancias entre transmisiones AIS. También realiza un seguimiento de barcos sospechosos, vigila los comportamientos irregulares, los valora y compara con otras fuentes, así como examina los buques de más de 300 toneladas no integrados en el sistema AIS.

La “Operación Atalanta”

 La operación contra la piratería en el Golfo de Adén o “Atalanta” supuso la puesta en escena de los medios y sistemas con los que está dotado el COVAM siendo actualmente un verdadero campo de pruebas de las capacidades navales, su operatividad en un escenario real y cooperación con las marinas aliadas.

Durante la fase inicial, el principal problema radicaba en la dificultad para obtener datos del área de operaciones, al escasear la cobertura de recepción AIS mediante estaciones fijas terrestres. Para establecer “RMP” fiable se estableció un enlace fluido con las dos principales asociaciones de Atuneros Congeladores que faenan habitualmente en la zona, la ANABAC y la OPAGAC. También se nutrió de los datos de los pesqueros franceses que actualizaban sus posiciones directamente al COVAM o mediante su asociación ORTHONGEL.

En octubre del 2008 se comenzó a transmitir el boletín “Notice to Mariners” desde los centros de coordinación de los NAVAREA de Pakistán e India a través del Instituto Hidrográfico de la Armada, ofertando el procedimiento de cooperación voluntaria a la comunidad mercante que transitaba a través del Golfo de Adén y frente a Somalia.

Hoy en día sus capacidades se han incrementado notablemente gracias a los accesos a los diferentes sistemas de Mando y Control como el MERCURY, enlace seguro a todos los organismos y agencias que colaboran al mantenimiento de la Seguridad Marítima a través de internet, donde se incluyen OHQ Northwood, FHQ EUNAVFOR, unidades navales y aéreas, UKMTO, MARLO, etc…

Respecto a la Marina Mercante y Pesquera, el COVAM transmite información en tiempo real en busca de una coordinación con los medios, contribuyendo a la seguridad de los españoles que faenan en esas aguas e integrándoles en el dispositivo internacional de protección.

Conclusiones

El COVAM permite un triple seguimiento, en aguas territoriales españolas, de todas las embarcaciones de uso civil, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de las militares. Presta servicio a la Armada, a los buques de la Marina Mercante, Pesquera y barcos Deportivos o de Recreo siempre que hayan intereses españoles, es decir que sean de bandera española, que vayan españoles abordo aunque el barco no sea español o que la carga sea de una empresa española e incluso que el puerto de salida o destino sea de nuestro país.

La confianza mutua es el procedimiento en que se basa el intercambio de información “sensible”. Por citar un ejemplo sabemos que la colaboración de los pesqueros que faenan en el Océano Índico es muy apreciada pero en contrapartida se exige la confidencialidad en cuanto al conocimiento de caladeros, técnicas o movimientos de las flotas sabiendo que son secretos que guarda cada armador para sus fines comerciales.

Todo ello ha conseguido que el COVAM posea unas garantías ante la comunidad naviera nacional e internacional y que toda información obtenida sea utilizada para la seguridad de quienes la solicitan. De esta manera se controla diariamente el tráfico marítimo mundial cuya media ronda los 80.000 buques, 40.000 embarcaciones de media para el rango europeo y unos 1.500 barcos diarios por aguas españolas.

Para acogerse al sistema y que el COVAM incluya nuestro barco entre sus objetivos a proteger es tan simple como entrar en su web (http://www.covam.es/NODE) acceder a la sección Cooperación Cívico-Militar (CIMIC) y rellenar un formulario en el apartado NCAGS. A partir de este contacto se recibirán periódicamente, vía mail, datos actualizados de los riesgos que presenta la zona por la que se va a navegar, realizando un seguimiento de la embarcación a través del AIS entre otros medios.

Fotografía gentileza de la Armada española.