Agustín Alcázar Segura/ Madrid.
General de Brigada. DEM.

La Directica de Defensa Nacional 1/2008 del Ministerio de Defensa,  establece entre su objetivos la necesidad de “Fomentar y promover la cultura de Seguridad y Defensa en la sociedad”. En esta misma línea se han manifestado los diferentes gobiernos de la Nación. ¿Por qué todos ellos se sienten obligados a insistir en algo que debería ser connatural en cualquier nación? Para responder a esta pregunta acudimos a la encuesta del CIS de Diciembre de 2009, en la que:

A la pregunta: En el supuesto de que España fuese atacada ¿Estaría dispuesto a participar voluntariamente en su defensa? Respondieron SÍ, el 18’1%;  Probablemente SÍ, el 23%; Probablemente NO, el  15’9 % y NO, el 36’6 %. A la pregunta ¿Merece la pena sacrificarse por su Patria, arriesgando incluso la vida? Respondieron SÍ, el 42’8 % y NO, el 49’5 %.

Estas respuestas explican que el sentimiento de patria en España sea débil y se manifieste, casi exclusivamente, ante éxitos deportivos de los equipos o personalidades nacionales, siendo lamentable que no se produzca ante otros hechos de mayor trascendencia para la nación.

Asimismo, resulta deplorable contemplar como en muchos ayuntamientos e instituciones de carácter nacionalista, sea una excepción el izado de la bandera nacional, incluso con la aceptación tácita de partidos de implantación nacional. En esta línea, es triste observar cómo determinados partidos se resisten a la exhibición de la bandera constitucional, al tiempo que es frecuente ver en sus concentraciones banderas de la Segunda República.

De la misma forma, causa asombro observar la imposibilidad de consensuar una letra para nuestro himno nacional, y más aún que las únicas iniciativas para ello surjan casi exclusivamente desde instituciones deportivas.

La mirada constante hacia nuestra historia buscando hurgar en heridas que deberíamos esforzarnos en cicatrizar, en lugar de mantenerlas abiertas so pretexto de alcanzar una supuesta justicia para una parte de los que la hicieron, no ayuda ciertamente a lograr esa Conciencia Nacional que tanto anhelamos.

Retornando al comienzo de este documento, es absolutamente necesario “Fomentar y promover la cultura de Seguridad y Defensa en la sociedad”, pero antes de nada es fundamental que ciudadanos e instituciones de la nación expresen su más vivo deseo de crear una Conciencia Nacional que se mantenga por encima de ideologías y territorios; solo así estaremos en disposición de crear una Cultura de Defensa.

Aún cuando sea una tarea dirigida a todos los españoles, es especialmente importante concentrarla en las futuras generaciones, a las que es preciso concienciar que pertenecen a una gran nación, que ha contribuido como pocas al engrandecimiento y difusión de los valores de la cultura occidental; que fue la nación más poderosa del  mundo durante gran parte de los siglos XVI y XVII; que es madre de 23 naciones a las que dio su lengua, religión y cultura; que,  a pesar de los malos momentos por los que pasa la economía, ocupa el lugar nº 15 de un total de 198 países, habiendo logrado hace escaso tiempo, alcanzar el octavo; y que el idioma español es un idioma en ascenso que hablan hoy día 450 millones de personas en el mundo.

Un caudal de bienes del que España puede sentirse orgullosa y por los que es necesario luchar.