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Diez años de reserva militar voluntaria

Diez años de reserva militar voluntaria

Por ACSdP.

El Real Decreto 1691/2003, de 12 de diciembre, aprobó el Reglamento de Acceso y Régimen de los Reservistas Voluntarios y en ese mismo año se realizó la primera convocatoria de provisión de plazas.

Así este año cumple diez años de andadura nuestra reserva militar voluntaria. Independientemente de las valoraciones subjetivas, tras las experiencias castrenses y según las expectativas de cada uno, la clave esta en la respuesta: ¿Merece la pena servir a España en sus Fuerzas Armadas? Siempre nuestra respuesta va a ser positiva.

En la actualidad las FAS cuentan con 120.000 efectivos y unas fuerzas de reserva de 5.500 reservistas (con una media de 43 años), números claramente ínfimos si consideramos que las FAS deberían tener unos efectivos entre el 5% y el 10% de la población y las fuerzas de reserva (personal a tiempo parcial) entre un 15 y un 20% del personal dedicado (a tiempo completo) a las labores de la defensa militar de una nación.

Las FAS españolas tendrían que contar con personal a tiempo completo de 200.000 a 400.000 efectivos y unas fuerzas de reserva de 20.000 a 40.000 efectivos, situando el total entre los 220.000 y los 440.000 militares.

El texto legal que inspira la figura del reservista voluntario en las Fuerzas Armadas Españolas es el artículo 30.1 de la Constitución Española: “Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España”. Los reservistas son ciudadanos que periódicamente prestan sus servicios al Ejército de Tierra, Aire, Armada o Cuerpos Comunes con el fin de incrementar y mejorar las capacidades de nuestra Defensa.

La Ley de la Carrera Militar instaba al Ministerio de Defensa a aprobar un reglamento que regulara el papel de los reservistas. Tres años más tarde vio la luz, afectando a los reservistas que actualmente tiene España.

La figura del reservista militar viene recogida en el Art. 1 del citado Real Decreto 11691/2003 de 12 de diciembre, “son reservistas voluntarios los españoles que, en ejercicio de su derecho constitucional de defender a España, se vinculan temporal y voluntariamente con las FAS por medio de un compromiso de disponibilidad para ser llamados a incorporarse a ellas, con el objeto de reforzar sus capacidades, cuando las circunstancias lo requieran, a fin de satisfacer las necesidades de la defensa nacional y hacer frente a los compromiso adquiridos por España”. Este R.D. ha estado vigente hasta el 24 de marzo de 2011, fecha de entrada en vigor del Real Decreto 383/2011, por el que se aprueba el Reglamento de Reservistas de las Fuerzas Armadas (BOE. Núm. 70), donde se redefine a los reservistas como “los españoles que, en aplicación del derecho y deber constitucional de defender a España, pueden ser llamados a incorporarse a las FAS para participar en las misiones definidas en la Ley Orgánica 5/2005 de 17 de noviembre de la Defensa Nacional. Esas misiones pueden requerir operaciones tanto en territorio nacional como en el exterior y entre ellas se incluyen la prevención de conflictos o disuasión, operaciones de mantenimiento de la paz, actuaciones en crisis y como respuesta a una agresión; todo ello a través de operaciones de vigilancia del espacio marítimo, aéreo, soberanía e independencia de España, protección de la vida de la población, intervenciones de mantenimiento de la paz, reconstrucción de terceros países, apoyo a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en la lucha contra el terrorismo, salvamento y rescate, colaboración con las administraciones públicas en diversos supuestos de catástrofes, y participación con otros organismos nacionales e internacionales para preservar la seguridad de los ciudadanos españoles.

La edad para ser reservista está comprendida entre dieciocho y 58 años para los oficiales y suboficiales y de 55 para tropa y marinería. Es necesaria la nacionalidad española, no tener antecedentes penales y acreditar buena conducta, no estar privado de los derechos civiles ni estar separado o inhabilitado. Las titulaciones exigidas son las mismas que para acceder a los cuerpos de las FAS en el caso de los oficiales. Para suboficiales van desde el título de bachiller o estar en posesión de los títulos de formación profesional o las acreditaciones equivalentes para el acceso a ciclos formativos de grado superior.

El período de formación general varía en función de la experiencia previa, pudiendo ser desde presenciales, con una duración máxima de quince días, hasta no presenciales a través de las nuevas tecnologías. Los módulos de formación varían según se trate de oficiales, suboficiales o tropa. Específicamente se recoge que a los aspirantes de los Cuerpos Comunes la duración de los períodos de formación se reducirán al mínimo imprescindible.

Las pruebas psicofísicas para el acceso son las mismas publicadas para el resto de los miembros de las FAS. La exigencia física durante la formación militar básica, la especializada o específica y los períodos de activación, variará en función de la unidad de destino. En unas es más exigente y en otras menos.

Los períodos de formación se realizan en Cádiz, Ferrol, Marín, Cartagena, Torrejón y Madrid, dependiendo del Ejército. Finalizados, tras juramento o promesa ante la Bandera y firmar su compromiso, pasan a ser reservistas disponibles a todos los efectos con el grado inicial de Alférez (RV), escala de oficiales, Sargento (RV), suboficiales, y Soldado (RV), tropa y marinería, respectivamente, pudiendo ascender con posterioridad a Teniente, Capitán, Sargento 1º y Brigada. Con posterioridad se incorporan a los centros del Ministerio de Defensa que se les asignen para la fase de formación específica.

Los reservistas son activados cada año para actualizar conocimientos o recibir instrucción, por un periodo inferior a un mes, o bien para prestar servicios en alguna unidad u organismo militar, como mínimo un mes. El compromiso inicial es de tres años, renovable, hasta alcanzar los 61 años, los oficiales y suboficiales, y 58 años la tropa y marinería.

En los periodos inferiores a un mes los reservistas, asalariados o autónomos,  tienen que dejar sus puestos de trabajo para incorporarse a la vida militar, son compensados con unas indemnizaciones fijadas por el salario mínimo interprofesional.

Los que prestan servicio en unidades, se activan por un tiempo superior a los 30 días, cobran las retribuciones establecidas para su empleo.
La regulación de los ascensos se efectúa acreditando un mínimo de sesenta días de activación para prestar servicios en unidades o actualizar conocimientos.

Desde su creación, la Reserva Voluntaria en España tiene un gran potencial de utilización para nuestras FAS. La capacitación profesional de sus miembros, avalada por una larga experiencia, junto al gran espíritu y entusiasmo, son de enorme valor y utilidad. La formación militar en algunos casos, no suficiente,  es subsanable con programas complementarios de instrucción que podrían desarrollarse con imaginación, flexibilidad y esfuerzo.

Los reservistas voluntarios prestamos ayuda, a las FAS, en la medida que personalmente nos implicamos, en las UCO´s, como miembros de la unidad. El servicio castrense nos hace renovar y actualizar valores, sentimientos, normas, habilidades y virtudes (lealtad, amistad, compañerismo, camaradería, trabajo en equipo, convivencia, esfuerzo, respeto, obediencia, disciplina, sentido del deber, amor a la Patria, humildad, espíritu de cuerpo, autoconfianza, trabajo bajo presión, sentido del liderazgo, etc.). Para la mayoría es un sacrificio dejar la familia y el trabajo, con los problemas que conllevan; al final vale la pena y lo hacemos con ilusión y alegría.

Dice el artículo 3, de nuestras RROO, que la disposición permanente para defender a España, incluso con la entrega de la vida cuando fuera necesario, constituye el primer y más fundamental deber del militar, que ha de tener su diaria expresión en el más exacto cumplimiento de los preceptos contenidos en la Constitución, en la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, en la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar y en estas Reales Ordenanzas.

La experiencia de los reservistas coincide en afirmar el elevado grado de apoyo y compañerismo de los militares de las UCO´s a donde van destinados; siendo unos miembros más en el servicio, por el nivel de confianza depositado y la responsabilidad asignada. Es positivo valorar la labor de todos,  diaria, callada y disciplinada, realizada con valía, humanidad y seriedad, con sentido del deber, patriotismo, empatía, colaboración y profesionalidad.

Debemos resaltar el trabajo realizado por nuestros compañeros, militares profesionales, en los cursos de formación y en las UCO´s.  Durante el tiempo que permanecemos con ellos nos preparan, desde el punto de vista físico y mental, para labores castrenses y humanitarias allende los mares, llevando nuestra insignia con naturalidad, amor y gallardía; siempre recordando, sin connotaciones sensibleras, ese amor patrio que a todos, en última instancia, nos debe mover a servir a España a través de nuestras FAS, desde cualquier puesto o lugar de la geografía.

Los actuales momentos de dificultad socioeconómica, con pocas activaciones, refuerzan nuestra actitud de disponibilidad para el momento en el que seamos necesarios, el futuro de la reserva militar voluntaria es optimista. Somos profesionales con aptitud demostrada en nuestra formación académica y en nuestra cualificación profesional. Ofertamos a las FAS estas aptitudes, capacidades y habilidades con especialización cualitativa y cuantitativa en diversos campos del saber. También entregamos nuestra actitud positiva de entrega y servicio, con ganas de hacer y aprender en la dinámica castrense, inicialmente tutorizados por nuestros compañeros militares profesionales y luego formando parte de las unidades y participando en las distintas actividades de estas dentro de las FAS.

En esta importante dinámica es necesario ser activos e imaginativos y realizar formación militar, a través de nuestras asociaciones de reservistas y de las Delegaciones de Defensa, como ya se está haciendo, en algunas, con gran nivel, seriedad y participación reservista.

Diez años son una importante andadura y nos queda mucho más por hacer y aprender: integración en las FAS, entrega al servicio, esfuerzo, generosidad, aceptación por nuestros compañeros profesionales, perfeccionamiento en la realización de las actividades, formación militar, conocimiento de las FAS y de nuestras unidades, participación en operaciones nacionales e internacionales, interrelación con la sociedad, etc.  Somos vínculo de unidad y divulgación social, proyección del valor y actuación de nuestras FAS, todo ello en el servicio altruista a España.

Las últimas activaciones reservistas, para participación en misiones en el exterior, nos habla de la pujanza, valía y proyección futura de nuestra Reserva Militar Voluntaria dentro de las Fuerzas Armadas de España.


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  1. matias@tamaduste.com

    18 abril 2013

    Creo que debemos felicitarnos todos por este aniversario.
    Con la creación de la Reserva Voluntaria hemos ganado todos. España, como nación, al aumentar su capacidad defensiva e involucrar a sus ciudadanos en la defensa de su país. A las fuerzas armadas en su conjunto, porque ha servido para mejorar su imagen y su implicación con la sociedad a la que sirven y de la que son parte indisoluble. A las unidades militares, porque hemos aportado todo lo que somos en los puestos asignados. A los ciudadanos, porque nos ha permitido desarrollar nuestra inquietud por servir a nuestra nación.
    A pesar de las dificultades y los mal entendidos de nuestra razón de ser y funciones, hemos logrado encajar en la estructura militar y poco a poco ocupar nuestro lugar ayudando en lo posible, y siendo reconocidos por nuestros compañeros de armas.
    Las limitaciones presupuestarias actuales también llevan afectando a la Reserva Voluntaria desde hace unos años, por lo que han disminuido drásticamente las activaciones y los cursos de formación. Esto puede poner en riesgo a medio plazo nuestra presencia en las unidades militares, unidades que ya se habían acostumbrado a tenernos, y donde nos han acogido satisfactoriamente cuando nosotros hemos demostrado lo que podemos aportar.
    Es por esto que se debe hacer un esfuerzo para que la Reserva Voluntaria continúe con su implantación en las Fuerzas Armadas, enriqueciéndolas con nuestro trabajo y dedicación.
    Felicidades a todos.