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La fundación de las “Tropas Extranjeras”

La fundación de las “Tropas Extranjeras”

Por D. Gerardo Infante Muluya

El 28 de Enero de 1920  se promulgó el Real Decreto Fundacional del Tercio de Extranjeros, por S.M. el Rey D. Alfonso XIII.

En el que se recogía el siguiente texto: «con la denominación de Tercio de Extranjeros, se creará una unidad militar armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por el que ha de regirse, serán fijados por el Ministro de la Guerra».

A este texto tan breve y conciso, precedía una exposición de motivos en la que se explicaba su principal objetivo, 7) “…disminuir los contingentes de reclutamiento en nuestra Zona de Protectorado en Marruecos, inclina al Ministro que suscribe a aconsejar, como ensayo, la creación de un tercio de Extranjeros…».

El artífice de esta obra fue el entonces Comandante Millán Astray. La idea de fundar un cuerpo como el del Tercio de Extranjeros, le venía al fundador desde sus experiencias en Filipinas, cuando siendo un joven alférez de 16 años, participó en dicha guerra.

Aquella campaña le hizo ver la conveniencia de emplear soldados profesionales para estas guerras exteriores. Pero no fue hasta 1919, siendo ya Comandante y tras una larga experiencia en Marruecos donde sirvió en la Policía Indígena, en Regu­lares y en el Regimiento del Se­rrallo, y sólo después de estudiar el excelente resultado obtenido por la Legión Extranjera Francesa,  cuando le surgió la idea de organizar una Legión Extranjera, a semejanza de aquella.

El brillante historial militar de Millán Astray y su prestigio se aunaron para que sus pro­yectos llegaran a conocimiento de S.M. el rey Don Alfonso XIII. En consecuencia, el General Tovar, a la sazón Ministro de la Guerra, por R.O. de fecha 5 de Septiembre de 1919, designase al Comandante Millán Astray para desempeñar una comisión en Argelia, a fin de estudiar el régimen y los fundamentos de la Legión Extranjera Francesa.

Entregados los Informes de la visita, el Estado Mayor Central, recibe la orden de estudiar las bases para crear un cuerpo de tropas extranjeras. Las conclusiones de este estudio, son enviadas al General D. Dámaso Berenguer Fuste, Alto Comisa­rio en Marruecos, quien una vez examinados, los devuelve con el siguiente informe: «Fer­viente partidario de relevar las fuerzas salidas de recluta­miento forzoso que aquí hacen la campaña por tropas volun­tarias, acojo con entusiasmo la creación del Tercio de Extran­jeros»; de esta forma y con fe­cha 28 de Enero do 1920, se re­coge el Real Decreto Fundacio­nal antes enunciado.

A partir de aquí, y hasta que comenzaron a llegar los prime­ros voluntarios, toda una serie de dificultades administrativas debieron ser vencidas. El 20 de Agosto de 1920, se publicó un Real Decreto cuyo primer artículo decía: «Se procederá desde luego a la organización de la citada unidad…» su redacción, sin duda, da referencias del tesón del fundador.

El artículo 3° encerraba las razones que motivaron la creación de la Legión: «El aumento del gasto que ocasione la creación de la citada unidad será compensado con las economías que se obtengan, como consecuencia de dejar sin cubrir todos las bajas que ocurran en las tropas peninsulares de África durante el actual ejercicio, por repa­triación de unidades, y, entretanto  por el licenciamiento de individuos del tercer año de servicio en las referidas tropas  en la proporción de dos de éstos por cada soldado filiado en el Tercio».

Unas semanas más tarde, el 2 de septiembre, es nombrado jefe del Tercio el ya Teniente Coronel de Infantería Don José Millán Astray Terreros.

La Legión estaba definitivamente en marcha y dos días después apareció en el Boletín la organización del Tercio de Extranjeros del que debemos destacar, entre sus 46 reglas, la número 2: «Este cuerpo habrá de emplearse tácti­camente como la primera línea y en todos los ser­vicios de paz y guerra, sin otro límite que el de su utilidad mili­tar», muestra de la que será en adelante obse­sión del funda­dor: Imbuida de un elevado espí­ritu militar y ofensivo, de en­trega y sacrificio permanente. Ob­jetivo que consi­guió brillante­mente y a lo que contribuyó, de singular manera, el Credo Legio­nario por él re­dactado.

Si bien este Real Decreto de­terminaba como fecha de inicio de la recluta el 4 de Octubre, fue tal el éxito inicial que el día 20 de Septiembre se produjeron los primeros alistamientos, ini­ciándose la andadura real de la Legión.


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