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Nirvume 2015, un ejemplo de formación ideal para reservistas

Academia Infanteria Toledo

ACSdP.

Después de realizar el curso Nirvume 2015 en la histórica y emblemática Academia de Infantería de Toledo, en la primera quincena de mayo, podemos concluir que éste sería el modelo ideal de formación continuada para los militares reservistas.

Materias como transmisiones, rescate, inundaciones, lucha contra incendios, desescombro, gestión del caos, emergencias, clasificación y triaje, Medevac, Casevac, asistencia a buceadores, cámara hiperbárica, asistencia psicológica, intoxicación por humos, ventilación mecánica, odontología, inteligencia sanitaria, telemedicina, traumatismos, equipos USAR, urgencias simulacros de múltiples victimas, urgencias NRBQ, respuestas al estrés, etc., todo ello con un desfile final ante el nuevo Tte. General Jefe de la UME, D. Cesar Muro Benayas, nos reflejan la importancia y complejidad del curso con una duración de dos semanas en horario intensivo de 6,15 h. de la mañana a siete de la tarde.

Esta formación implementada con otras materias castrenses básicas, serviría para una adecuada actualización de conocimientos de los RESVOLs, de periodicidad al menos anual, a semejanza de USA y demás países europeos
Es evidente que la convivencia de militares de carrera con militares a tiempo parcial estimula los valores castrenses, la disciplina, la cortesía militar y mejora la convivencia y el respeto entre estos colectivos, a través del trato diario y el conocimiento mutuo.

El ambiente en Nirvume ha sido de educación, camaradería y atención de un colectivo y otro, con pequeños detalles negativos, superables cuando estos periodos de formación y  convivencia se establezcan y realicen de forma habitual, así se superaran viejas reticencias y roces que a lo largo de diez años de vigencia de la RMV aun perviven.

La integración de la RMV en las Fuerzas Armadas debe de ser total, esta se basa en la formación militar integral y continuada, que el reservista adquiere conviviendo con otros compañeros y con los militares de carrera, actualizando conocimientos en todas las materias propias del colectivo, siempre con adherencia a la cortesía, educación, disciplina, cualidades, valores, normas, usos y costumbres castrenses.

A lo largo de estos años de RMV muchos compañeros de promociones, grandes profesionales y prometedores militares, han quedado en el camino por pequeños incidentes que se habrían superado con la aquiescencia, empatía, convivencia, respeto y conocimiento mutuos.

Con luces y sombras, las Fuerzas Armadas no han asumido totalmente la reserva voluntaria, se ha creado dotándola de escaso contenido. Un profesional en quince días o en un mes, que dura una activación, puede aportar muy poco a su unidad y viceversa. No existe diferencia entre las activaciones para formación y las destinadas a prestar servicio en la unidad, tampoco se delimitan las tareas en los puestos de trabajo. La selección, la formación básica y específica no responden a unos mínimos estándares que permitan la integración con ciertas garantías en las unidades y hay fallos en la formación militar mínima de los reservistas. Si a todo lo anterior sumamos la crisis económica y las limitaciones presupuestarias que han reducido las activaciones, nos preguntamos para qué la reserva. Es penoso ver las bajas de grandes profesionales con espíritu castrense, que por todas estas circunstancias nos han abandonado.
Hay que modificar sustancialmente el modelo, haciéndolo atractivo a los jóvenes y creando unidades específicas de reservistas voluntarios para tareas complementarias en las distintas unidades, mientras se les ofrece una digna formación militar. Esto daría mas sentido a la reserva voluntaria y la haría atractiva. El modelo actual no puede sobrevivir sin una modificación substancial.

Los responsables de las unidades, centros u organismos en las que los reservistas se encuadran, deben conocer sus activaciones periódicas y dedicar ese tiempo a completar sus conocimientos y su preparación, no solo a que trabajen o presten servicio en ellas. Se trata de colaborar y participar en su formación continua, que debe completarse con la realización de cursos específicos de perfeccionamiento, tanto en España como en el extranjero.

Los reservistas voluntarios deben estar organizados, estructurados, dotados, instruidos y preparados para acudir en el momento en que se requiera su acción y ejercerla en los menores plazos posibles. Su integración y empleo no responden a necesidades de generación de fuerzas, sino que se consideran, individualmente o en equipo, como personas que, desde su condición normal de civiles, reciben una básica formación militar y adquieren voluntariamente la de reservistas voluntarios, para servir de complemento o suplir las eventuales carencias de los militares profesionales.

La potenciación de los planes de formación, perfeccionamiento y reciclaje, puede ayudar a conservar y mejorar las capacidades de carácter militar inicialmente adquiridas por los reservistas para que estén dispuestos, de la mejor forma posible, para ejercitarlas junto a las suyas propias como civiles, en las UCOs, en las que se encuadran, y en las que son activados periódicamente para completar su preparación.

La cooperación cívico-militar, CIMIC, representa el mejor futuro para los reservistas. La multiplicidad de funciones que encierra permitirá participar en misiones reales en el extranjero ejerciendo dicha cooperación, integrados, individualmente o por equipos, en los diferentes contingentes de fuerzas profesionales. En las operaciones de estabilización y reconstrucción inmediatamente después de las operaciones de combate, solo el personal militar, y el autóctono debidamente instruido, están autorizados a moverse y permanecer en la zona, por lo que los reservistas voluntarios activados se integrarían con los militares profesionales para trabajar en los equipos de reconstrucción.

Por otro lado, los reservistas, sus empleadores y el Ministerio de Defensa deberán responder de sus responsabilidades en los procesos citados. Desde el punto de vista de las FAS, se debería propiciar una política de apoyo a empleadores en la que se incluyeran los compromisos, y no salieran perjudicados los intereses del empleador o empresario, del Ministerio de Defensa y del propio reservista. Así se facilitaría la participación de los RV españoles en operaciones dentro y fuera de nuestras fronteras.


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