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«Ganamos la Batalla de Cartagena de Indias gracias...

«Ganamos la Batalla de Cartagena de Indias gracias a la defensa heroica de todos»

Cristina Fernández Luque.

Francisco Javier Membrillo Becerra, coronel del Ejército español en la reserva, no es un historiador al uso.

Nacido en la Línea de la Concepción en 1950 ha estado destinado en diferentes unidades del Ejército, entre las que se encuentra la Legión en el antiguo Sáhara español durante el periodo de la Marcha Verde marroquí, además de en diversos órganos de Logística. Es en este área donde el coronel Membrillo se ha sentido más realizado, ya que como él mismo afirma «siempre estás cubriendo necesidades reales y ves la satisfacción de la unidad apoyada, ya que al fin y al cabo estamos para servir».

Decimos que no es un historiador al uso porque reconoce que nunca sintió un verdadero interés por la historia (se define como un hombre de ciencias), hasta que se «topó», de manera azarosa, con la Batalla de Cartagena de Indias.

La historia de lo que allí ocurrió lo atrapó desde entonces, y quiso narrar de forma objetivas los hechos, ya que asegura que hay mucho escrito sobre esta etapa de la historia, pero todo novelado, y por tanto, con escaso rigor histórico.

De este interés surge su libro, «La Batalla de Cartagena de Indias», donde se narran los hechos, el esfuerzo que realizamos y lo que éramos entonces.

Según tenemos entendido, la idea del libro surge el hallazgo fortuito de cierta documentación durante una investigación en el Archivo General de Indias de Sevilla, que realizaba por otro motivo, ¿qué fue lo que encontró que le interesó hasta el punto de que de ese hallazgo surja este libro?
Hace tiempo, cuando cambió la Directiva de Defensa Nacional y ya no éramos un ejército constreñido a nuestras fronteras sino que íbamos al exterior, se vio la necesidad de contar con un manual que sirviese de ayuda a las Unidades del Ejército en su faceta logística de cómo actuar en esas circunstancias.

Nos seleccionaron a un grupo de oficiales para confeccionar un manual, con carácter urgente, porque las unidades empezaban a salir, con la idea de perfeccionarlo posteriormente. Pero una de las cosas que se nos quedó en el tintero fue incluir una capítulo sobre  la logística del descubrimiento de América y cuando pasé a la reserva, decidí retomar este tema olvidado.

El profesor Marchena, una autoridad en la materia, de la Universidad Pablo Olavide , me dio todas las facilidades para ir a los archivos, al Instituto de Estudios Hispanoamericanos (una joya que se conoce muy poco en Sevilla), y me ofreció dirigir un doctorado que quería hacer sobre el tema indicándome que debía centrarme en una época determinada, o sería inabarcable.

De ahí comencé a indagar en el Archivo de Indias sobre la logística del descubrimiento, y extraje una parte, que es la correspondiente a Cartagena de Indias.  Por aquel entonces apareció la novela sobre el tema de Pablo de Victoria y después algunas más, pero todas en estilo novelado.

Aunque en parte ya nos ha contestado a esta pregunta al afirmar que lo escrito hasta ahora ha sido novelado, ¿qué le descubre este libro al lector que conoce la historia de la Batalla de Cartagena de Indias? Es decir, ¿qué aporta este libro nuevo respecto a otros que narran los hechos previos a la batalla y la batalla en sí misma?
Yo  soy de ciencias, y nunca me había atraído la Historia. Pero sí empezó a cautivarme cuando conocí lo que pasó allí, el esfuerzo, y lo que éramos entonces España: éramos lo americanos de entonces.

Ahora ponemos 4.000 soldados en el extranjero y creemos que somos un ejército con  gran capacidad logística exterior, cuando en aquel entonces llegamos a tener, simultáneamente, 40.000 en América y los apoyamos logísticamente. Y esto es muy desconocido.

Por otro lado, me he dado cuenta que aquellas personas entonces tenían una cosa que nos falta ahora: tenían una patria.  Y ahora, como dice un amigo mío, estamos huérfanos de patria, huérfanos de bandera, huérfanos de himno…

¿Cómo ha sido el proceso de investigación y búsqueda de información? ¿Le ha sido difícil encontrar fuentes bibliográficas fidedignas que narren estos hechos?
Cuando me introduje en el Archivo de Indias comprobé que aquello es un mundo, allí hay 90 millones de documentos y me pregunté: ¿cómo busco un tema específico? Y el problema es que nadie te dice nada, no hay orientación sobre cómo se hace.

Afortunadamente encontré una vía de acceso que eran los libros de historiadores, en la Escuela de Estudios Hispanoamericanos, que cuentan con una bibliografía muy datada. Entonces cuando encontraba algo sobre Cartagena de Indias o de Fuerzas Militares  buscaba cuál había sido la fuente primaria, y luego la examinaba en los legajos existente en el Archivo General de Indias.

Los legajos que suelen ser las fuentes primarias están en castellano antiguo, así que son de más lenta y difícil lectura, aunque para el año 1.700 ya es un lenguaje asequible.

Sacaba fotocopias de las fuentes y luego en casa me encargaba de tratarlas: archivarlas, hacer fichas, etc.

Escribir sobre hechos históricos requiere de una gran objetividad para narrarlos con el rigor que merecen, ¿en qué medida cree que es posible dejar a un lado las propias creencias y preferencias?
Como he dicho, yo soy militar,  he tratado un tema militar y hablo de lo militar y no me inmiscuyo en nada más. Por eso y aunque los marinos, que tienen como un héroe a Blas de Lezo, les matizo que sí, que fue un héroe , pero que , en Cartagena de Indias también lo fueron el virrey, el coronel Desnaux y otros. Aquello fue una operación terrestre.

Blas de Lezo, en esa operación, ya que cuando llegó allí ya era un héroe, no fue tan Superman ni Eslava tan demonio como las numerosas novelas históricas que han aparecido recientemente nos quieren hacer creer. La victoria fue debida a la defensa heroica de todos. Al igual que Vernon, que tampoco era tan malo ni los ingleses tontos. Es por ello que he querido ser objetivo con los hechos.

Ciertamente yo no estaba allí cuando se produjeron los hechos, pero sí  se conocen las secuencias de los hechos el principio y el final y, como es un tema militar, sé cómo se tenía que haber producido.

La Batalla de Cartagena de Indias, y el almirante Blas de Lezo, son un claro ejemplo de la capacidad estratégica de la marina española en aquella época, ¿seguimos siendo tan buenos estrategas?
No lo sé, yo sí soy consciente de que tenemos una oficialidad muy preparada, bastante bien preparada cuando nos comparamos con otros ejércitos. De hecho, desde otros ejércitos se nos ve muchas veces con envidia, es curioso.

Además Tenemos otra cosa que otros ejércitos no tiene que son los manuales, los reglamentos: lo tenemos casi todo escrito, casi todo sobre cómo se tiene que actuar. Otros ejércitos, incluso de primera división,  tienen carencias de ellos.

También tenemos flexibilidad, que algunos llaman improvisación. Pero estando en una zona de operaciones se veían los helicópteros americanos apaches, que son unos «monstruos», pero que cuando se les estropeaba  una pala, quien se la ponía era una grúa española porque ellos no tenían esa capacidad.

En el factor humano, por ejemplo, en la medicina: tenemos una medicina de campaña fenomenal. Lástima que la están reduciendo hasta el mínimo. Nuestra medicina ha dado incluso un premio Nobel: el capitán Santiago Ramón y Cajal.

Lo que pasa es que nos faltan recursos. Los ejércitos no se miden en batallones; batallones tiene cualquier país, las capacidades se materializan en otras cosas: una capacidad logística, una capacidad de información, una capacidad de comunicaciones , etc y eso cuesta mucho dinero.

Con una proporción de hombre bastante favorable a los ingleses, según los historiadores, sin un estratega como Blas de Lezo al frente de las fuerzas españolas, ¿el resultado hubiera sido diferente?
Eso es muy difícil saber, puesto que hay muchos otros condicionantes, serían especulaciones. Sí que es verdad que hay una cuestión clara: el que ha ganado es el que tenía razón, eso no hay duda.

Yo sí que creo que si los ingleses hubiesen involucrado más a la marina, arriesgan más los barcos y aproximan más su artillería probablemente el resultado hubiese sido diferente.

¿Sería capaz de decirme qué cree que es más difícil: escribir un libro o las organización de la logística de una misión en el exterior?
Son tareas diferentes. El libro, cuando empecé a escribirlo me apasioné, estuve tres años sólo recogiendo datos. Me ilusionó cuando empecé a  contar la historia.  Iba a nadar y estaba dándole vueltas, me iba a dormir y seguía dándole vueltas («¿pasó esto? no, tuvo que pasar esto otro…»).

En mi vida militar he pasado dos etapas: una en mando de unidades y después en la logística. El mando de unidades está bien pero en la logística te da igual que estés en paz o en guerra. Un ejército necesita siempre: abastecimientos, transportes, asistencia sanitaria, etc, luego siempre estás cubriendo necesidades reales, es por ello apasionante en este aspecto, y además ves la satisfacción de la unidad apoyada, ya que al fin y al cabo estás para servir.

¿Tiene algún otro proyecto literario en mente? ¿Algún tema ha despertado su interés durante sus investigaciones?
Me sigue quedando lo de la logística en el descubrimiento de América, pero lo tengo un poco «parado» porque me encuentro con un muro que no sé como saltar: el comercio, y las unidades de medición que se utilizaban. Cuando le veo la solución, doy un salto y sigo progresando.

Tengo otro que es seguir la evolución de la Guerra del Asiento, y otro más que lo he descubierto hace poco y es en el contrabando que hubo en el comercio americano: en oro y productos agrarios. Después de ese contrabando vino el bandolerismo, y después el estraperlo, el tabaco y ahora está la droga. ¿Nos acostumbramos a esa forma de vivir? Habría que hacer un seguimiento para ver si existe, un hilo conductor.

Muchas gracias, mi coronel
A vosotros.


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