LEYENDO

“El TEAR es una gran unidad de combate, completa e...

“El TEAR es una gran unidad de combate, completa en sí misma”

Verónica Sánchez Moreno

En su primer empleo como teniente, allá por el año 1981, fue destinado al Tercio de Armada de San Fernando (Cádiz), y desde hace casi dos años es su máximo responsable. Entrevistamos en exclusiva al general de brigada Comandante del Tercio de Armada de Infantería de Marina (GETEAR) Javier Hertfelder de Aldecoa y hablamos con él de esta unidad “única en las Fuerzas Armadas españolas”, versátil y de carácter expedicionario, cuyos miembros son “combatientes de primera” y que “anhela desplegar una Fuerza de cierta entidad en una operación en el exterior”

En 1769 se construyó el Cuartel de Batallones del Tercio de Armada de San Fernando. Desde entonces, ¿cuánto ha cambiado esta unidad?
No cabe duda de que esta Unidad ha cambiado significativamente, a la par que han evolucionado a lo largo de la historia la tecnología y la forma de combatir. La Infantería de Marina ha experimentado numerosas vicisitudes, tanto en su estructura como en sus propios cometidos, desde que se crease en 1537 al vincularse permanentemente a la Real Armada algunos Tercios de Infantería que, embarcados en las escuadras de galeras y galeones, combatían por mar y tierra. Algunos de estos cambios fueron implantados para adaptarse a las propias circunstancias históricas, que requerían que la Infantería de Marina luchase por tierra dejando en segundo plano su papel anfibio, y otros fueron consecuencia de la aparición de nuevas armas y equipos en el campo de batalla fruto de los avances tecnológicos.

De hecho, el “Quartel de Batallones de Marina” fue construido a finales del siglo XVIII para albergar a seis Batallones de Marina que, basados en San Fernando, tenían la doble finalidad de custodiar barcos y plazas. A pesar de que en ese momento de nuestra historia se había perdido en gran medida su capacidad anfibia y por ende expedicionaria y de combate terrestre, acontecimientos tales como la Guerra de la Independencia y la defensa de nuestras colonias, hizo que esos infantes de Marina volviesen a recuperar la mentalidad anfibia mediante las llamadas “columnas de desembarco”, en detrimento de los abordajes que fueron perdiendo progresivamente su valor táctico en el combate naval, y se escribiese, de manera individual y colectiva, muchas de las principales gestas del Cuerpo.

¿Y cuándo se produjo el gran cambio?
A mediados del siglo pasado, con la creación del llamado Grupo Especial en San Fernando, bajo el mando de un general de brigada, y la potenciación de los medios de desembarco, mediante la adquisición de lanchas y buques anfibios, se recupera en toda su plenitud la capacidad anfibia y expedicionaria, que se cimentó definitivamente en 1969 con la creación del “Tercio de Armada”, basado en este mismo “Quartel de Batallones de Marina”. Hoy en día, esta capacidad anfibia y expedicionaria se basa en la Brigada de Infantería de Marina.

Pero aun así, se podrían destacar dos elementos comunes que nos ligan a aquellos infantes que combatían sobre las cubiertas de madera de nuestros buques. El primero es que la Infantería de Marina es y ha sido siempre Armada, de lo que nos sentimos muy orgullosos, además de garantizar que podamos cumplir nuestra misión principal como fuerza de desembarco. Es decir, ser capaz de proyectar el poder naval sobre la costa por medio de unidades que, partiendo desde los buques, puedan llegar a tierra sin merma de su capacidad de combate. Otro elemento que no ha cambiado es la tradicional importancia que se le ha dado a la adecuada formación de nuestro personal. No hay que olvidar que la Infantería de Marina es un Cuerpo pequeño y que su naturaleza es claramente expedicionaria. Esta circunstancia obliga a que nuestras unidades sean ligeras, a que las organizaciones operativas que constituimos sean muy versátiles, y a que procuremos en todas nuestras actividades dejar una pequeña huella logística sobre el terreno. Todo ello nos exige disponer de personal de la mejor calidad, ya que cuando falten otros recursos, será su iniciativa, basada en una sólida formación técnica y psicofísica, la que permitirá superar las dificultades y cumplir con éxito la misión.

¿Qué capacidades de la Brigada de Infantería de Marina (BRIMAR) destacaría?
El Tercio de Armada (TEAR) tiene la característica exclusiva de ser una Gran Unidad de combate completa en sí misma, al integrar en su estructura orgánica un conjunto equilibrado de capacidades de combate, apoyo al combate y apoyos de servicio de combate que son sinérgicos. Esto le permite generar organizaciones operativas versátiles aptas para llevar a cabo la práctica totalidad de operaciones, en y desde la mar y tierra adentro, en todo tipo de escenarios.

Ahondando en las características propias de la BRIMAR cabe igualmente destacar, como característica igualmente singular, su versatilidad, capacidad de alistar diferentes organizaciones operativas conformadas de acuerdo a los cometidos específicos a realizar. Esta capacidad no se improvisa, ya que no sólo requiere una estructura específica, sino también del desarrollo de rutinas y procedimientos muy elaborados, dilatada experiencia, integración de las distintas unidades y sistemas, ejercicios continuados y de una mentalidad expedicionaria, inherente a la condición de Fuerza Naval que compartimos con los buques de la Flota.

En definitiva, el TEAR por su propia naturaleza es una brigada especial, que puede realizar cometidos más allá de los estrictamente convencionales, pudiendo ser identificada como unidad generadora de la Fuerza de Entrada Inicial del núcleo de la Fuerza Conjunta. En ella destaca el efecto multiplicador que le proporciona la integración de todas las funciones de combate en las distintas organizaciones operativas que puede generar y su cohesión e integración con los buques anfibios sin necesidad de ningún adiestramiento complementario que sería esencial entre unidades de distinta procedencia.

Por lo que de distintivo y diferenciado tiene, la hacen única en las Fuerzas Armadas españolas, no es como una brigada del Ejército de Tierra, ya que el simple hecho de ser Armada facilita nuestra habilidad, cohesión y disposición para embarcar y desplegar en orden de combate sin necesidad de pre-alerta y en un mínimo plazo de tiempo, una fuerza integrada y equilibrada en todas las funciones y con una potencia de combate resolutiva en tierra.

¿Cómo describiría al infante de Marina del Tercio de Armada?
El infante de marina del TEAR responde en gran medida al estereotipo del soldado de los Tercios españoles: soldado viejo en el oficio con unas ansias enormes por entrar en acción.

El TEAR aspira en todo momento a disponer de un personal motivado, altamente adiestrado y plenamente comprometido con su Unidad. El conseguirlo no es tarea fácil. A los valores tradicionales, seña de identidad del Cuerpo de Infantería de Marina, hay que añadir la competencia profesional de sus componentes, fruto de un esfuerzo continuado por la excelencia.

En esa búsqueda de la excelencia, hay un nuevo factor multiplicador con el que contamos: todo infante de Marina es, ante todo, un fusilero. La necesaria especialización de nuestros hombres y mujeres no se hace en detrimento de su adiestramiento básico como combatientes. Al contrario, la polivalencia que nos caracteriza se fundamenta en una sólida formación como «infantes de a pie», que es perfeccionada mediante distintas aptitudes y especialidades, necesarias para el desarrollo de nuestros cometidos operativos, bajo la inherente austeridad de las operaciones expedicionarias.

Pero el camino hacia la excelencia no es tarea fácil. En este sentido, las unidades del TEAR llevan a cabo su preparación en ambientes complejos hasta nivel sección/pelotón, con el objetivo de ser capaces de combatir una batalla única en un espacio discontinuo. Y ese es el reto: hacer de todos los infantes de marina del TEAR combatientes de primera, seguros de sí mismos y con una gran confianza en las capacidades de la propia unidad.

Todo ello lleva a la necesidad de fomentar la iniciativa en todos los niveles de mando. Se busca contar con líderes al mando de las unidades subordinadas, ejemplares y competentes, y no meros jefes, que ejerzan su acción de mando mediante la influencia y el ejemplo, siendo capaces de actuar en ausencia de órdenes pero en todo momento en línea con mis intenciones como Comandante del TEAR, creando unidad de esfuerzo en la acción. El objetivo es conseguir que nuestras unidades sean capaces de actuar alejadas entre sí, sin posibilidad de apoyo mutuo, con gran dispersión, en un escenario donde sea un reto permanente ejercer el mando y control, y donde se exija a los comandantes de unidad una ejecución descentralizada.

En definitiva, el modelo de infante de Marina del TEAR es el de un profesional responsable e inteligente, con confianza en las capacidades de los medios de combate de la Unidad, y en permanente preparación para el desarrollo de los cometidos más difíciles que se le pudieran asignar. Sin lugar a dudas, es el mayor activo con el que contamos y que debemos mantener.

¿En qué misiones en el exterior participan actualmente y cuál es su labor en las mismas?
Las misiones en el exterior en las que actualmente participa el TEAR implican organizaciones operativas de muy pequeña entidad. Al contrario de lo que inicialmente se pueda pensar, esto supone un esfuerzo de planeamiento y preparación importantes, por cuanto obliga a seleccionar minuciosamente el personal y medios necesarios para aportar las capacidades operativas que se les exigen. Por otra parte, la designación de personal y medios tan específicos debe hacerse sin detrimento de las capacidades y grado de alistamiento requeridos a las organizaciones operativas implicadas en el núcleo de la Fuerza Conjunta, que, no lo olvidemos, es hoy por hoy nuestro cometido principal.

Junto a la Fuerza de Guerra Naval Especial, participamos con un Equipo EOD (de desactivación de explosivos) en la Misión de Asistencia Militar para la creación de la Unidad de Operaciones Especiales de la Guardia Nacional de la República de Cabo Verde.

Finalmente, el TEAR tiene el cometido de proporcionar los Equipos de Seguridad Operativos (EOS) de carácter expedicionario. En este sentido, los EOS participan a bordo de nuestros buques en la lucha contra la piratería en el océano Indico, Golfo de Adén y Costas de Somalia en la Operación Atalanta, en la Operación Active Endeavour de la OTAN en el Mediterráneo y en apoyo al Plan de Diplomacia de la Defensa en la costa africana.

Sin embargo el TEAR, por exigencia de su propia e innata mentalidad expedicionaria, anhela desplegar una Fuerza de cierta entidad en una operación en el exterior demandante, cuando así se requiera, lo que influirá positivamente en la motivación de sus componentes y compensará el intenso adiestramiento que realizan además de sentirse útiles a esa sociedad a la que sirven.

Asumió el mando del TEAR en agosto de 2013, ¿qué cambios se han realizado en esta unidad desde su llegada?
GETEARTal como he indicado al principio, el Tercio de Armada ha desarrollado una adaptación orgánica compleja, diseñada en torno a los criterios de la Armada sobre una organización basada en procesos de trabajo y dirigida a mejorar el diseño de sus “servicios logísticos”.

También se ha incidido en la potenciación de las características inherentes que una fuerza anfibia y expedicionaria debe poseer: alto grado alistamiento, disponibilidad prácticamente inmediata y una austeridad que facilite su supervivencia, incluso sin el apoyo de una nación anfitriona. En este sentido, se han potenciado los ejercicios anfibios, de combate terrestre en escenarios muy demandantes, incluyendo los correspondientes despliegues logísticos, lo que ha facilitado incrementar el nivel de integración con los buques anfibios.

No cabe duda que la entrada en servicio del buque de proyección estratégica “Juan Carlos I” ha aumentado notablemente las capacidades de los buques anfibios, y nos ha permitido incrementar nuestro nivel de ambición en cuanto a la entidad de la Fuerza de Desembarco a desplegar, pasando de un Batallón Reforzado (BRD) a una fuerza de más de 1.500 efectivos con todos sus apoyos.

Igualmente se ha potenciado el despliegue de una Base Logística semi-permanente, capaz de dar cobertura a una fuerza de más de 1.500 efectivos con todos sus medios de combate, apoyando incluso el establecimiento en tierra de una Unidad Aérea Destacada (UNADEST) para mejorar nuestra capacidad de realizar despliegues logísticos como respuesta a crisis humanitarias.

En otro orden de cosas, se ha creado en el seno de la BRIMAR el Grupo de Apoyo Especializado a Operaciones Especiales (GAES). El GAES tiene una entidad de nivel Subgrupo Táctico, aunque puede incrementarse hasta nivel Grupo Táctico, e incluye todas aquellas capacidades de la BRIMAR que pueden apoyar las operaciones de una Fuerza Operativa Conjunta de Operaciones Especiales, tales como EOD, NBQ, tiradores selectos, ACAF, guerra electrónica, unidades ligeras de asalto y de apoyo de fuego, equipos WIT, HUMIT, etc. El GAES realiza un adiestramiento integrado durante seis meses junto a unidades de la FGNE antes de ser evaluada para realizar sus cometidos.

Por último, y del mismo modo que el nivel de ambición de la Fuerza de Desembarco capaz de proporcionar el TEAR ha pasado de un Batallón (BRD) a una Agrupación Reforzada de Desembarco (ARD), ha existido una evolución en su concepto de empleo como Brigada especial que es, al orientar su adiestramiento hacia el de una Fuerza Especial (SOC, Special Operations Capable). De esta forma, se dispone de uno de los batallones del elemento de combate terrestre de la ARD con posibilidad de realizar ciertos cometidos de operaciones especiales, mediante la utilización de tácticas, técnicas y procedimientos similares al de estas unidades.

¿Cómo ha afectado la crisis económica al TEAR?
En sus comienzos, allá por el año 2008, la crisis económica afectó de forma muy significativa al TEAR, de hecho se redujeron drásticamente los recursos disponibles para el adiestramiento, el sostenimiento de los medios e infraestructuras y las inversiones en nuevos equipos y sistemas, afectando, en un momento determinado, a su nivel de alistamiento; disponibilidad y capacidad operativa.

Sin embargo, esta situación de restricciones económicas se vio suavizada en la segunda mitad de 2013, lo que permitió incrementar sensiblemente el adiestramiento hasta alcanzar, hoy en día, unos niveles más que aceptables.

Los dos aspectos en los que la crisis está dejando una mayor huella son las nuevas adquisiciones y el mantenimiento del material. Estos capítulos necesitan un incremento considerable, siendo apremiante un esfuerzo económico importante en el sostenimiento y en la modernización y renovación de ciertos medios que se encuentran en su último tercio de vida útil.

En este punto, cabe reseñar que, teniendo en cuenta que el binomio BRIMAR/Buques Anfibios constituye una capacidad única, exclusiva e irreemplazable al servicio de la Fuerza Conjunta y, por ende, a la Defensa Nacional, el rendimiento que puede derivarse del esfuerzo económico requerido para renovar y mantener sus materiales es muy elevado. Aún queda mucho camino por recorrer para disponer de unas infraestructuras en consonancia con los tiempos que vivimos y de la Unidad Especial de la que estamos hablando.

¿Hacia dónde se dirige el Tercio de Armada?
Se podría sintetizar en los siguientes aspectos:
Consolidación y posible depuración, como consecuencia de la experiencia en su aplicación, de la nueva estructura de la BRIMAR que nos facilitará incrementar el nivel de alistamiento y disponer de un alto grado de supervivencia, que creo son esenciales para cualquier fuerza expedicionaria o de entrada inicial.

En el aspecto operativo, el TEAR se dirige a potenciar su papel como fuerza capaz de aportar capacidades únicas al Núcleo de la Fuerza Conjunta. Su capacidad para generar organizaciones operativas versátiles, lo suficientemente ligeras para proporcionar una rápida respuesta y lo suficientemente pesadas para imponerse en el litoral, con reducida huella logística, unida a la movilidad que le otorga su naturaleza anfibia e integración con los buques de la Armada, le hacen especialmente adecuada para ser empleada como fuerza de primera respuesta, tanto en operaciones convencionales como en Operaciones de Respuesta de Crisis, pudiendo ser identificada como la Fuerza de Entrada Inicial de una Fuerza Conjunta. Y esa es nuestra naturaleza y principal objetivo.

Además, y aprovechando su naturaleza de Fuerza especial, reseñar el mencionado esfuerzo emprendido para potenciar y profundizar en diversos aspectos relacionados con las operaciones especiales, como son la generación del GAES (SFSG) y la consolidación de uno de los Batallones en alta disponibilidad como Fuerza Especial (SOC).

Por otro lado, quiero volver a incidir en dos aspectos que considero prioritarios y urgentes acometer en un futuro inmediato: la renovación y modernización de ciertos materiales y sistemas y la adecuación de unas infraestructuras que no olvidemos fueron diseñadas en los ‘90 según los estándares del servicio militar obligatorio. Para ello es imprescindible contar con unos recursos a corto y medio plazo que permitan acometer de forma urgente unos programas plurianuales que solventen esta importante carencia.

Finalmente, otro aspecto que se encuentra en vías de desarrollo, es la colaboración operativa con la unidad de intervención inmediata para África del Cuerpo de Marines desplegada en la Base Aérea de Morón (SPMAGTF-CR-AF).

La Estrategia de Seguridad Nacional de 2013 define la zona de interés vital para la seguridad de España al espacio delimitado por el Mediterráneo y el Sahel al norte y sur; y por el Golfo de Guinea y el Cuerno de África al oeste y este respectivamente. Asimismo, en su comparecencia de julio de 2014 ante la Comisión de Defensa del Congreso, el Ministro de Defensa recalcó la importante atención que presta la Defensa Nacional a los diversos asuntos referidos a la orilla sur del Mediterráneo y el Sahel; y que España es el único país europeo con una parte de su territorio ubicada en el continente africano, siendo por tanto su seguridad un interés vital.

Todo ello me ha llevado a plantear la conveniencia de incluir en el Núcleo de la Fuerza Conjunta una fuerza expedicionaria, con capacidad de actuar conjuntamente con el SPMAGTF-CR-AF, y generada principalmente por el TEAR, en base a su inherente capacidad de respuesta rápida, convirtiéndose así en el actor de referencia en la gestión de crisis en una zona de interés vital para la Seguridad Nacional. En ello estamos trabajando.

El documento “Líneas Generales de la Armada. Año 2012” contiene los objetivos que el AJEMA pretendía y pretende impulsar al frente de la Armada. ¿Cree que se están cumpliendo dichos objetivos?
Se han dado pasos hacia adelante en la consecución de los objetivos establecidos por el AJEMA. Si analizamos estos objetivos pormenorizadamente:

Garantizar el correcto alistamiento de la Flota para que la Armada pueda cumplir sus misiones: Gracias a las medidas adoptadas para paliar los efectos de la crisis sobre las actividades y preparación, cuando han comenzado a incrementarse los recursos, se ha conseguido restituir el grado de alistamiento hasta niveles más que aceptables de forma relativamente rápida.

No ha sido fácil y ha conllevado un esfuerzo de planeamiento considerable, debido a la imprevisibilidad de la cuantía y fecha de disponibilidad de los recursos asignados. Este esfuerzo ha incluido la revisión, rigurosa y austera, de los planes de adiestramiento de la BRIMAR, para orientarlos hacia el alistamiento de las unidades asignadas al Núcleo de la Fuerza Conjunta. De este modo y tras un intenso 2014, pleno de actividades de adiestramiento, el TEAR está en condiciones de que una Agrupación Reforzada de Desembarco (ARD) sea evaluada y, en su caso, certificada en A2, lista para ser empleada, como parte de la Fuerza Conjunta, en los escenarios más demandantes.

Velar porque el personal de la Armada esté convenientemente motivado y adiestrado: Además de los valores tradicionales de nuestro Cuerpo (lealtad, honor, disciplina, espíritu de sacrificio y compañerismo), se fomenta la competencia profesional de todos y cada uno de sus componentes.

Administrar con rigor y austeridad los recursos económicos y materiales disponibles: Se han aprovechado cuantas oportunidades de adiestramiento han surgido, empleando nuevas zonas y rentabilizando al máximo las ya existentes. Los adiestramientos más costosos se han aprovechado para potenciar capacidades conjuntas y aquellas que no pueden ser practicadas por otros medios. Para potenciar las capacidades básicas se han utilizado zonas de adiestramiento próximas, simuladores y otros medios de menor demanda en términos económicos, de combustible o desgaste de material.

Lo anterior, junto a una rigurosa ejecución de los mantenimientos preventivos y correctivos en los escalones más bajos, ha permitido, en una época de gran limitación presupuestaria, alcanzar un altísimo nivel de operatividad de los medios de la BRIMAR.

Efectuar los cambios orgánicos necesarios y asegurar que la organización resultante sirve a los fines que se persiguen: El TEAR está actualmente inmerso en una adaptación orgánica, cuya finalización se prevé en julio de 2015 y que implica los cambios necesarios para potenciar y equilibrar su organización, buscando la máxima eficiencia y potenciando una estructura que se corresponda con su carácter expedicionario y de permanente disponibilidad. Así, desaparecerá la Unidad de Base, cuyos cometidos asumirán el Estado Mayor, el Grupo de Apoyo de Servicios de Combate (GASC) y la Ayudantía Mayor, en beneficio de un aumento de las capacidades de apoyo de servicios de combate de la BRIMAR.

Preservar la capacidad operativa de la Flota del futuro, mediante los correspondientes planes de renovación: Está prevista la renovación de los vehículos, sistemas de armas (morteros, obuses, etc), embarcaciones de asalto y medios de obtención y visión nocturna. Sin embargo, seguimos teniendo una asignatura pendiente, como es la renovación de nuestros vehículos anfibios de asalto y nuestros carros de combate. Está previsto este año la llegada al TEAR de los primeros vehículos de alta movilidad táctica (VAMTAC) y sustitutos de los famosos HUMMER, aunque en un número muy inferior al deseado. Por esta razón, está en estudio una solución interina que permita resolver esta importante carencia.

Dar a conocer la actividad de la Armada: Por una parte, se han organizado actos de cara a la sociedad, como arriados solemnes y exposiciones estáticas de material y dinámicas de unidades. Cabe significar que este esfuerzo no resulta baladí, pues implica compatibilizar la preparación de estos eventos con unos Planes de Preparación y Actividad de la Fuerza que son realmente muy demandantes. Por otra parte, también damos máxima difusión a todas nuestras actividades.


ARTÍCULOS RELACIONADOS