Rusia acelera su ofensiva en Lugansk

La guerra en Ucrania se encuentra en su día 91, y Rusia ha intensificado su ofensiva sobre Severodonetsk, en la región de Lugansk, aunque las autoridades ucranianas aseguran que, por ahora, los ataques han sido repelidos. La aceleración de esta ofensiva rusa, amenaza con convertir a Severodonetsk, punto clave para las tropas ucranianas en la región de Donetsk, en una segunda Mariúpol. Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha calificado de “extremadamente difícil” la situación en Donbás.

Al mismo tiempo, Rusia continúa con sus esfuerzos para consolidar su presencia en los territorios ya ocupados en el sur de Ucrania, y ha anunciado una iniciativa para facilitar los trámites de ciudadanía rusa a los habitantes de Jersón y Zaporiyia.  «La obtención ilegal de pasaportes en Jersón y Zaporiyia, así como en Crimea y la parte temporalmente ocupada de las provincias de Donetsk y Lugansk, es una grave violación de la soberanía e integridad territorial de Ucrania», ha advertido el Ministerio de Exteriores ucraniano en un comunicado.

Los medios gubernamentales rusos han mostrado imágenes del presidente ruso, Vladimir Putin, visitando a soldados heridos, marcando su primera visita pública de este tipo desde el comienzo de la invasión. Los medios de comunicación han mostrado al presidente vistiendo una bata blanca mientras conversaba con las tropas rusas en el hospital militar Mandryka de Moscú. Tras la reunión con los combatientes, Putin, en una reunión televisada con funcionarios del gobierno, se ha referido a los soldados manifestando que “estas son personas que arriesgan su salud y sus vidas por el bien de la gente y los niños de Donbás, por el bien de Rusia. Todos son héroes”.

Mientras que la guerra continúa, Italia ha apremiado a lo Unión Europea a solicitar de forma explícita un alto el fuego en Ucrania y el comienzo de conversaciones de paz con Rusia, poniéndose de esta forma en desacuerdo con otros estados miembros, que están decididos a adoptar una línea más dura con Moscú antes de iniciar la cumbre de la próxima semana.

En el borrador realizado para la cumbre que se celebrará el 30 y el 31 de mayo, se califica a la Unión Europea como “inquebrantable en su compromiso de ayudar a Ucrania a ejercer su derecho inherente de autodefensa contra la agresión rusa”, y no se mencionan las conversaciones de paz. El embajador de Italia, en una reunión de enviados de la UE, ha propuesto realizar cambios en dicho borrador, para exigir conversaciones de paz, además de solicitar un alto el fuego de forma inmediato, estableciendo esto último como uno de los primeros objetivos de la UE.

Dicha propuesta ha sido respaldada por Hungría y Chipre, que han sido dos de los estados más críticos con respecto al nuevo paquete de sanciones de la UE contra Rusia, y que lleva semanas bloqueado debido a las divisiones internas; Hungría se opone al embargo de petróleo previsto en las sanciones, mientras que Chipre se encuentra preocupado por la propuesta de prohibir la venta de propiedades a ciudadanos rusos.

Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, ha descrito este plan de paz como una “fantasía. “No se puede suministrar armas a Ucrania con una mano y elaborar planes para una resolución pacífica con la otra” ha dicho Zakharova en una sesión informativa, refiriéndose a dicha iniciativa italiana. “Si esperan que la Federación Rusa se adhiera a cualquier plan occidental, entonces es que no han entendido nada” ha agregado.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un discurso esta semana, ha adoptado una postura dura frente a Rusia y no ha hecho mención a las conversaciones de paz. “Ucrania debe ganar esta guerra, y la agresión de Putin debe ser un fracaso estratégico”, ha manifestado von der Leyen.

El último borrador la cumbre advierte que la UE “continúa su compromiso con reforzar la capacidad de Ucrania para defender su integridad territorial y su soberanía”. Los países bálticos y Polonia se encuentran entre los más firmes partidarios de una línea dura, y Letonia ha instado a medidas aún más explícitas para aumentar el apoyo militar, según han informado los diplomáticos.

Italia ha propuesto un plan de paz que involucraría a las Naciones Unidas, la UE y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa como facilitadores para poder llevar a cabo un alto el fuego.

Mientras, durante el Foro Económico Mundial celebrado esta semana en Suiza, Zelenski ha puesto sobre la mesa su necesidad económica para reconstruir el país y que requeriría cinco mil millones de euros, además ha instado a los países asistentes al foro a reducir por completo su comercio con Rusia. Durante el mismo, von der Leyen ha prometido 10.000 millones de euros de asistencia financiera, en lo que ha descrito como la “mayor operación de ayuda económica de la historia reciente”.

Por otra parte, desde África, miembros de la Unión Africana alegan que el continente se ha convertido en una “víctima colateral” del conflicto entre Rusia y Ucrania, y que este ha mermado todavía más su capacidad para cumplir con su “enorme promesa y su potencial”. Moussa Faki Mahamat, presidente de la Comisión de la Unión Africana ha señalado que “al trastornar profundamente el frágil equilibrio geopolítico y geoestratégico global, también ha arrojado una dura luz sobre la fragilidad estructural de nuestras economías” y añade que “el signo más emblemático de estas fragilidades es la crisis alimentaria tras los desórdenes climáticos, la crisis sanitaria de la COVID-19, amplificada hoy por el conflicto en Ucrania”.

Faki Mohamat también ha hecho referencia a la disminución del suministro mundial de productos agrícolas y a la inflación de los precios de los alimentos. Rusia y Ucrania producen aproximadamente un tercio del trigo y la cebada de todo el mundo, además de dos tercios de las exportaciones mundiales de aceite de girasol. El conflicto ha afectado a la infraestructura marítima y agrícola de Ucrania, lo que podría limitar su producción agrícola durante años.

Ben Wallace, secretario de defensa de Reino Unido, ha pedido a Rusia que permita a Ucrania la exportación de su grano para ayudar a los países donde la escasez de alimentos podría desencadenar hambrunas. Moscú debe “hacer lo correcto” sobre este asunto, ha dicho Wallace en Madrid, donde se ha reunido con su homóloga Margarita Robles. Wallace también ha desestimado las anteriores sugerencias de funcionarios rusos, que proponían que las exportaciones ucranianas podrían continuar a cambio del levantamiento de las sanciones a Moscú.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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