Redacción
La Policía Nacional ha detenido a más de 200 personas tras la desvinculación de una red criminal de origen chino que se dedicaba a realizar fraudes telefónicos masivos desde España. El perjuicio económico asciende a los 16.000.000 euros. Las víctimas eran de la República Popular China.
Se trata de la mayor operación de la Policía Nacional española en colaboración con las autoridades chinas.
El fraude se llevaba a cabo desde varios call center ubicados en chalés de lujo de Madrid, Alicante y Barcelona que han sido registrados por un dispositivo formado por 600 agentes. Unos 13 call centers han sido en total desmantelados. Eran de grandes dimensiones y estaban situados en calles estrechas y de escaso tránsito.
Un grupo elevado de operadores, hasta 50 en el mismo inmueble, trabajaban en el centro telefónico con gran hermetismo. Seguían un método elaborado para conseguir engañar a sus víctimas mediante llamadas de telefonía IP.
Los estafadores realizaban a números telefónicos de listas de potenciales víctimas para conseguir que alguna cayese en el engaño. Los operadores interpretaban un papel. Se hacían pasar por familiares, vecinos, amigos… para advertirles de que se estaban produciendo estafas en su entorno. Luego, otros operadores se hacían pasar por policías informando de que eran o podían ser víctimas de un engaño. Un tercero, se hacía pasar por funcionario judicial o policial y les pedía que les ingresara una cantidad de dinero en una cuenta bancaria con el objetivo de rastrear a los defraudadores. Estas cuentas pertenecían a la organización en paraísos fiscales.
El modo operacional se repetía en todos los chalets.
No obstante, los defraudadores tomaban grandes medidas de seguridad: escaso contacto entre ellos, ventanas cerradas, cambios en los titulares de los contratos de alquiler, pagos en metálico…
Este fraude telefónico también se desarrollaba en varios países.
El pasado mes de julio comenzó la investigación. Responsables del Ministerio de Seguridad Pública de la República Popular China alertaron a la Policía Nacional de la existencia de numerosas estafas de ciudadanos chinos residentes en la propia China. La estafa se llevaba a cabo mediante un sistema de llamadas de telefonía IP que tenía su origen en España.
La operación ha sido dirigida por la Fiscalía de Criminalidad Informática, la Fiscalía de la Audiencia Nacional y los Juzgados Centrales de Instrucción números 1, 3 y 5 de la Audiencia Nacional y llevada a cabo por la Comisaría General de Policía Judicial, la División Económica y Técnica, la UCRIF Central, la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, la Comisaría Provincial de Alicante, Interpol y el Ministerio de Seguridad Pública de la República Popular de China.
No hay ningún comentario