Los negociadores se reúnen hoy en Doha para ultimar los detalles de un plan que ponga fin a la guerra en Gaza, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, haya afirmado que el acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes por el que ha estado trabajando parece “a punto” de fructificar.
Los mediadores entregaron ayer a Israel y Hamás un borrador final de acuerdo, según un funcionario informado de las negociaciones, tras un “gran avance” a medianoche en unas conversaciones a las que asistieron enviados tanto del presidente saliente de Estados Unidos como del presidente electo Donald Trump.
“El acuerdo liberaría a los rehenes, detendría los combates, proporcionaría seguridad a Israel y nos permitiría aumentar significativamente la ayuda humanitaria a los palestinos que sufrieron terriblemente en esta guerra que Hamás inició”, han sido las declaraciones de Biden a última hora de ayer para destacar sus logros en política exterior.
Si tiene éxito, el acuerdo de alto el fuego pondría fin a más de un año de conversaciones intermitentes y supondría la mayor liberación de rehenes israelíes desde los primeros días del conflicto, cuando Hamás liberó a cerca de la mitad de sus prisioneros a cambio de 240 palestinos retenidos por Israel.
El texto para el alto el fuego y la liberación de los rehenes fue presentado por Qatar a ambas partes en las conversaciones en Doha. “Creo que hay muchas posibilidades de que podamos cerrarlo… las partes están a punto de poder firmar este acuerdo”, ha manifestado a la prensa Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Biden.
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha asegurado que la pelota se encuentra en el tejado de Hamás. Está previsto que presente un plan de posguerra para Gaza hoy, según han informado medios de comunicación internacionales. Hamás manifestó su deseo de llegar a un acuerdo para poner fin a los combates, que han agitado a todo Oriente Próximo.
Un funcionario israelí ha declarado que las negociaciones para la liberación de hasta 33 rehenes están muy avanzadas. Noventa y ocho rehenes permanecen en Gaza, según las autoridades israelíes. El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, ha expresado a la prensa que “hay progresos, parece mucho mejor que antes. Quiero agradecer a nuestros amigos estadounidenses los enormes esfuerzos que están invirtiendo para lograr un acuerdo sobre los rehenes”.
Por su parte, desde Hamás afirman que “la negociación sobre algunas cuestiones fundamentales avanzó y estamos trabajando para concluir pronto lo que queda”. Israel lanzó su asalto a Gaza después de que combatientes de Hamás irrumpieran en sus fronteras en octubre de 2023, matando a 1.200 personas y tomando más de 250 rehenes, según los recuentos israelíes. Desde entonces, más de 46.000 personas han muerto en Gaza, según las autoridades sanitarias palestinas, y gran parte del enclave ha quedado arrasado y la mayoría de su población desplazada.
Los bandos enfrentados han estado de acuerdo durante meses en el principio de detener los combates a cambio de la liberación de los rehenes de Hamás y de los palestinos detenidos por Israel. No obstante, Hamás siempre ha insistido en que un acuerdo debe conducir a un final permanente de la guerra y a una retirada israelí de Gaza, mientras que Israel ha dicho que no pondrá fin a la guerra hasta que Hamás sea desmantelada.
La toma de posesión de Trump el próximo 20 de enero se considera ahora un plazo de facto para alcanzar un acuerdo de alto el fuego. Trump ha dicho que habrá “un infierno que paga” a menos que los rehenes en manos de Hamás sean liberados antes de su toma de posesión.
Blinken ha señalado que los negociadores querían asegurarse de que Trump seguiría respaldando el acuerdo sobre la mesa, por lo que la asistencia a las conversaciones de alto el fuego del enviado de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, junto con el enviado de Biden, Brett McGurk, ha sido “fundamental”.
Un funcionario israelí que ha informado a los periodistas sobre el acuerdo propuesto ha afirmado que en su primera fase se liberaría a 33 rehenes, incluidos niños, mujeres, algunas de ellas soldados, hombres mayores de 50 años y heridos y enfermos. El decimosexto día del alto el fuego comenzarían las negociaciones sobre una segunda fase en la que se liberaría a los rehenes vivos restantes, soldados varones y hombres en edad militar, y se devolverían los cuerpos de los rehenes muertos.
El acuerdo contemplaría una retirada escalonada de las tropas, con fuerzas israelíes que permanecerían en el perímetro fronterizo para defender las ciudades y pueblos fronterizos israelíes. Se adoptarían medidas de seguridad en el corredor Filadelfia, a lo largo del extremo sur de Gaza, e Israel se retiraría de algunas partes tras los primeros días del acuerdo.
Se permitiría el regreso de los residentes desarmados del norte de Gaza, con un mecanismo que garantice que no se trasladan armas hasta allí. Las tropas israelíes se retirarán del corredor de Netzarim, en el centro de Gaza.
El funcionario israelí ha manifestado que los militantes palestinos condenados por asesinato o atentados mortales también serían liberados, pero el número dependería del número de rehenes vivos, que aún se desconoce, y no incluirán a los combatientes que participaron en el ataque contra Israel del 7 de octubre de 2023.
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