Los funcionarios occidentales y ucranianos están presionando a Alemania para que apruebe el envío de carros de combate pesados a Ucrania, y el ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, ha señalado que la medida podría desbloquear el apoyo de otras naciones antes de la reunión organizada por Estados Unidos a finales de esta semana para discutir la ayuda militar a Kiev.
La dimisión de la ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, se produce cuando Alemania se encuentra bajo presión para aprobar dicho aumento del apoyo militar internacional a Kiev. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, llegará el próximo el jueves a la base militar estadounidense de Ramstein para debatir sobre el apoyo militar Ucrania.
Ucrania y los países occidentales siguen de forma muy atenta las nuevas maniobras aéreas conjuntas que han iniciado esta semana Rusia y Bielorrusia en el territorio de esta última. Bielorrusia ha informado que los ejercicios conjuntos de la fuerza aérea son de naturaleza defensiva, pero los ejercicios se llevan a cabo a medida que crece la preocupación de que Moscú esté presionando a Minsk para que se una a la guerra en Ucrania. En este sentido, el aumento de la actividad militar ha suscitado la preocupación de que Moscú pueda utilizar a su vecino con el objetivo de montar una ofensiva terrestre contra Ucrania.
“El ejercicio es de naturaleza puramente defensiva”, ha señalado Pavel Muraveyko, primer subsecretario de Estado del Consejo de Seguridad de Bielorrusia, según una publicación en la aplicación Telegram del Ministerio de Defensa de Bielorrusia. “Será un conjunto de medidas para preparar tanto nuestra fuerza aérea como la de Rusia para llevar a cabo las misiones de combate pertinentes”, ha añadido. Los ejercicios, que se prolongarán hasta el próximo 1 de febrero, incluirán entrenamiento para “reconocimiento aéreo, desvío de ataques aéreos, cobertura aérea de objetos importantes y comunicaciones”, ha informado también Muraveyko.
La acumulación de tropas en Bielorrusia, combinada con una oleada de actividad militar en el país, es un eco de los acontecimientos que sucedieron justo antes de la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero, cuando Moscú utilizó el país como trampolín para lanzar el ataque. La última acumulación ha provocado temores en Kiev y en Occidente sobre posibles planes rusos para usar de nuevo a Bielorrusia para lanzar una nueva ofensiva terrestre en Ucrania.
Ucrania ha advertido continuamente sobre posibles ataques de Bielorrusia, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, señaló la semana pasada que el país debe estar preparado en su frontera con Bielorrusia por posibles ataques desde esa región. No obstante, el Kremlin ha negado haber estado presionando al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, para que asuma un papel más activo en el conflicto de Ucrania. De momento, Minsk ha manifestado que no entra en sus planes participar en la guerra.
Desde el comienzo de la guerra, Bielorrusia ha llevado a cabo numerosos ejercicios militares, incluidos simulacros completos a gran escala a fines de agosto y varios más pequeños por su cuenta o junto con Rusia. Junto con Moscú, Minsk también ha estado sumando armamento y equipo militar a dichos simulacros.
El Ministerio de Defensa de Bielorrusia ha informado que «unidades» de la fuerza aérea de Rusia han estado llegando a su país. “Durante el ejercicio de vuelo táctico, estarán involucrados todos los aeródromos y campos de entrenamiento de la Fuerza Aérea y las Fuerzas de Defensa Aérea de las Fuerzas Armadas de Bielorrusia”, ha señalado el ministerio en un comunicado.
Muraveyko ha advertido que la situación en la frontera sur del país, la frontera con Ucrania, “no está muy tranquila” y que Ucrania ha estado “provocando” a Bielorrusia. “Estamos manteniendo la moderación y la paciencia, manteniendo nuestra pólvora seca”, ha dicho Muraveyko. “Tenemos el conjunto necesario de fuerzas y medios que responderán a cualquier manifestación de agresión o amenaza terrorista en nuestro territorio”.
La semana pasada, un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Aleksey Polishchuk, ha advertido que, si bien los ejercicios militares con Bielorrusia están diseñados para evitar una escalada de la guerra, el aliado más cercano de Moscú podría unirse al esfuerzo ruso en Ucrania, si esta última “invadiera”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha manifestado que espera “más entregas de armamento a Ucrania” después de que Reino Unido haya prometido enviar a Kiev tanques Challenger 2. Stoltenberg, ha elogiado las recientes promesas de entrega de armas pesadas de los aliados occidentales a Ucrania y ha señalado que espera más «en un futuro próximo».
Stoltenberg ha realizado estos comentarios después de que una ola de ataques rusos en Ucrania atacara de nuevo infraestructura crítica y dejara al menos 30 muertos después de que un edificio residencial fuera atacado en la ciudad del centro-este de Dnipro. “Las promesas recientes de equipo de guerra pesado son importantes, y espero más en el futuro cercano”, dijo Stoltenberg a la prensa alemana antes de una reunión de funcionarios de defensa del bloque destinados a coordinar el envió de armas a Kiev.
El grupo de la OTAN de Contacto de Defensa de Ucrania tiene programada su tercera reunión en la base aérea estadounidense de Ramstein, en el estado alemán de Renania-Palatinado el próximo viernes. Polonia y Finlandia también han manifestado su voluntad de proporcionar a Ucrania los tanques Leopard 2 de fabricación alemana.
Esta reciente tendencia puede representar un posible cambio de rumbo para los aliados europeos, que se han resistido a suministrar armas pesadas directamente a Ucrania desde el inicio de la guerra. El cambio se produce en medio de las afirmaciones rusas de su primer éxito significativo en el campo de batalla después de meses de pérdidas y estancamiento.
En cuanto a la unión de Suecia y Finlandia a la OTAN, Turquía ha puesto como exigencia la extradición de hasta 130 “terroristas” a Ankara antes de que el parlamento turco apruebe sus ofertas para unirse a la OTAN, ha advertido el presidente Tayyip Erdogan. Los dos estados nórdicos solicitaron el año pasado unirse a la Alianza después de la invasión rusa de Ucrania, pero los 30 estados miembros deben aprobar sus ofertas.
Turquía ha señalado que Suecia en particular, primero debe adoptar una postura más clara contra lo que Ankara considera terroristas, principalmente militantes kurdos y un grupo al que culpa por un intento de golpe de estado en 2016.
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