El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha viajado Oriente Próximo con el objetivo de reanudar las negociaciones de alto el fuego para poner fin a la guerra de Gaza y desactivar las repercusiones del conflicto en Líbano.

El viaje de Blinken a la región es el undécimo que realiza desde el ataque a Israel del grupo armado Hamás el 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra de Gaza. Se produce mientras Israel intensifica su campaña militar contra los militantes respaldados por Irán; Hamás en la Franja de Gaza y Hezbolá en Líbano.

Israel ha llevado a cabo varios ataques en los suburbios del sur de Beirut, incluido uno cerca del Hospital Universitario Rafik Hariri, el principal hospital público de la capital. Cuatro personas han muerto, entre ellas un niño, y otras 24 resultaron heridas, según ha informado el Ministerio de Sanidad.

El ejército israelí afirma haber atacado un “objetivo terrorista de Hezbolá” cerca del hospital y que la instalación no ha sido alcanzada, y también ha añadido que el grupo armado “introduce de forma sistemática sus activos terroristas entre la población civil”.

En el último mes, Israel ha acabado con la vida de varios líderes de Hezbolá en Líbano y de Hamás en Gaza, aunque por el momento no ha dado muestras de moderar sus ofensivas terrestres y aéreas. Matar al dirigente de Hamás, Yahya Sinwar, la semana pasada después un año de búsqueda, supuso una gran victoria para Israel. No obstante, sus dirigentes afirman que la guerra debe continuar hasta eliminar al grupo islamista, que representa una amenaza militar y de seguridad para Israel.

Mientras, Irán y sus aliados han afirmado que la muerte de Sinwar en Gaza solamente reforzará su determinación.

Durante su viaje, Blinken se centrará con los líderes de Israel y de los estados árabes vecinos en la importancia de poner fin a la guerra en Gaza, las formas de trazar un plan post-conflicto para el enclave palestino, y cómo llegar a una solución diplomática al conflicto entre Israel y Hezbolá, según ha señalado el Departamento de Estado en un comunicado.

Igualmente, el enviado de Estados Unidos, Amos Hochstein, ha mantenido en Beirut conversaciones con funcionarios libaneses sobre las condiciones para un alto el fuego entre Israel y Hezbolá. Hochstein afirma que esta vez “no basta” con que ambas partes se comprometan a cumplir la resolución 1701 de la ONU, que puso fin a la última ronda del conflicto entre Israel y Hezbolá en 2006 y que exige que el sur del Líbano esté libre de tropas o armas que no sean las del Estado libanés.

Hochstein asegura que ni Hezbolá ni Israel habían aplicado adecuadamente dicha resolución de la ONU y que, si bien esta sería la base para el fin de las hostilidades actuales, Estados Unidos está intentado determinar qué más habría que hacer en esta ocasión para asegurarse de que se aplicará de forma “justa, precisa y transparente”. “Estamos trabajando con el gobierno de Líbano, el Estado de Líbano, así como con el gobierno de Israel para llegar a una fórmula que ponga fin a este conflicto de una vez por todas”, ha manifestado.

En otra de sus incursiones, el ejército israelí ha tenido como objetivo la Asociación Al-Qard Al-Hassan, una institución financiera con más de 30 sucursales en todo Líbano que, según Estados Unidos, Hezbolá utiliza para gestionar sus finanzas. No ha habido declaraciones inmediatas de la organización, Hezbolá o el gobierno libanés.

El hospital Al-Sahel, situado en los suburbios del sur de Beirut, está siendo evacuado después de que Israel haya asegurado de que bajo él se encuentra un búnker de efectivo de Hezbolá, según declarado el director del hospital, Fadi Alameh. El principal portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, ha declarado que en el lugar Hezbolá tenía escondido millones de dólares en efectivo y oro y que Israel no atacaría el hospital, pero que está vigilando el complejo.

Alameh, que también es legislador del partido chií Movimiento Amal, ha informado de que Israel está realizando afirmaciones falsas y ha pedido al Ejército libanés que visitara sus instalaciones para demostrar que solamente alberga quirófanos, pacientes y un depósito de cadáveres.

Mientras tanto, en Damasco, al menos dos personas han muerto y otras tres han resultado heridas en un supuesto ataque con misil guiado contra un automóvil, ha informado la televisión estatal siria, citando a una fuente militar que ha atribuido el ataque a Israel.

El ejército israelí asegura que el ataque ha acabado al jefe de la unidad de transferencias de dinero de Hezbolá, aunque por el momento no se ha podido verificar de forma independiente la afirmación.

El Ministerio de Sanidad libanés ha informado de que el número de muertos desde el inicio de la ofensiva israelí había ascendido a 2.483, con 11.628 heridos. Las autoridades israelíes afirman que 59 personas han muerto en el norte de Israel y en los Altos del Golán ocupados durante el mismo periodo.

La campaña de Israel en Líbano ha obligado a 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares. Afirma que su objetivo es expulsar a los combatientes de Hezbolá de la región fronteriza para que decenas de miles de israelíes puedan regresar a sus hogares, de los que se vieron obligados a huir el año pasado debido a los disparos transfronterizos de Hezbolá en solidaridad con los palestinos.