Corea del Norte y Rusia han acordado la prestación en materia de asistencia militar inmediata en caso de agresión armada, en virtud de un pacto que sus líderes firmaron durante la primera visita del Presidente, ruso Vladimir Putin, en 24 años a Pionyang.
El compromiso se considera la reactivación de un acuerdo de defensa mutua en virtud de un tratado de 1961 adoptado por los aliados de la Guerra Fría que fue anulado en 1990 cuando la Unión Soviética estableció lazos diplomáticos con Corea del Sur. El acuerdo para una «asociación estratégica integral» firmado a última hora de ayer por Putin, y por el líder norcoreano, Kim Jong Un, es uno de los movimientos más destacados de Moscú en Asia en años.
«Si cualquiera de las partes se enfrenta a una invasión armada y se encuentra en estado de guerra, la otra parte utilizará inmediatamente todos los medios disponibles para proporcionar asistencia militar y de otro tipo de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y las leyes de cada país», según dicta el artículo 4 del acuerdo.
El artículo 51 de la Carta de la ONU establece el derecho de los países miembros a emprender acciones de autodefensa individuales o colectivas.
El compromiso de los líderes de los dos países, que se enfrentan a un creciente aislamiento internacional, se produce en medio de un aumento de la preocupación de Estados Unidos y sus aliados asiáticos sobre hasta qué punto Rusia apoyaría a Corea del Norte, teniendo en cuenta que es el único país que ha probado un arma nuclear durante este siglo.
Kim, haciéndose eco de la declaración de Putin, ha vinculado también explícitamente el acercamiento de ambos países en contra las políticas «hegemónicas e imperialistas» de Occidente y de Estados Unidos en particular, incluido su apoyo a Ucrania.
El acuerdo también aclara que ninguna de las partes firmará ningún tratado con un tercer país que infrinja los intereses de la otra y no permitirá que su territorio sea utilizado por ningún país para dañar la seguridad y soberanía de la otra, según afirma la agencia estatal de noticias norcoreana. Los dos países emprenderán acciones conjuntas encaminadas a «reforzar las capacidades de defensa para prevenir la guerra y garantizar la paz y la seguridad regionales e internacionales», añade.
Por el momento, Corea del Sur y la Casa Blanca no han emitido ningún comunicado ni comentarios sobre el contenido del acuerdo. Japón sí ha expresado su «grave preocupación» por la promesa de Putin de no descartar la cooperación con Piongyang en materia de tecnología militar. La reacción de China, principal benefactor político y económico del Norte, tampoco se ha pronunciado.
Asimismo, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha afirmado que el pacto demuestra que las potencias autoritarias se están alineando.
Washington y Seúl se han mostrado cada vez más alarmados por la creciente cooperación militar entre Rusia y el Norte, y han acusado a ambos de violar las leyes internacionales al comerciar con armas para su uso en la guerra de Moscú contra Ucrania. Funcionarios ucranianos han declarado haber encontrado restos de misiles norcoreanos en el interior de su país.
Sin embargo, Rusia y Corea del Norte han negado cualquier comercio de armas. El asesor presidencial ucraniano, Mykhailo Podolyak, ha afirmado que Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, ha permitido «la anulación más descarada» de todas las sanciones impuestas a Corea del Norte para detener su desarrollo armamentístico.
Putin ha agradecido a Kim el apoyo a la política rusa, y a su vez Kim ha reafirmado su apoyo «incondicional» e inquebrantable a «todas las políticas de Rusia», incluida la guerra de Putin contra Ucrania.
La agencia de noticias estatal norcoreana ha hecho público hoy mismo el texto íntegro del acuerdo, que también incluye cooperación en energía nuclear, exploración espacial y seguridad alimentaria y energética.
Algunos expertos refieren que el compromiso de defensa mutua es similar al del tratado de 1961 entre el Norte y la Unión Soviética. No obstante, la referencia a la Carta de la ONU y a las leyes de cada país está abierta a la interpretación y no está claro si el acuerdo constituirá exactamente una alianza. «Esto se debe a que Kim quiere poner todo de su parte para este acuerdo, mientras que Putin se muestra reacio a hacerlo».
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