Redacción.

El Parlamento de Crimea ha aprobado este lunes una moción por la que pasaría a formar parte de Rusia, tras el referéndum de este domingo en el que más de un 96% de los crimeos respaldaban la anexión a este país.

En este referéndum los crimeos han tenido que responder a dos preguntas: por un lado eran preguntados sobre la incorporación a Rusia como provincia, y por otro sobre la permanencia en Ucrania sobre la base de la Constitución local de 1992.

Solo un 2,51% de los crimeos (con un censo electoral de 1,5 millones aproximadamente) han votado a favor de continuar formando parte de Ucrania, pero con más competencias que las que tenían hasta el momento.

El referéndum se ha llevado a cabo con la presencia, más bien anecdótica, de unos cuantos observadores, a los que no les parecía anormal que ciudadanos no incluidos en las listas electorales de los colegios, podían votar si rellenaban una solicitud para hacerlo.

Es por ello que no pueden verificarse de ninguna manera los datos de participación de los diferentes grupos (en la televisión local se aseguraba que el 40% de los tártaros, grupo más reacio al referéndum, habían participado en la consulta)

La Rada de la hasta ahora región autónoma de Crimea ha celebrado un pleno extraordinario en el que, por un lado, se establecía la resolución de independencia de la región, y por otro su incorporación a Rusia.

En el Parlamento, la resolución de independencia ha salido adelante con el voto favorable de 85 diputados, los mismo que han votado a favor de la anexión a Rusia.

No será reconocido por la UE
Son numerosos los pasos a seguir para completar el proceso, empezando por el reconocimiento, por parte de Rusia, de la independencia de Crimea. Una vez reconocida la independencia, Rusia y Crimea tendría que firmar un tratado bilateral, que posteriormente debería ser sometido al escrutinio del tribunal Constitucional para confirmar que se adecúa a la Ley Fundamental de la Federación Rusa. En caso de ser así, el tratado bilateral sería sometido a votación de ambos parlamentos, y a la firma del presidente.

Por su parte, la Unión Europea no ha tardado en mostrar su posición respecto al referéndum, que califica como «ilegal, ilegítimo y su resultado no será reconocido», mediante un comunicado emitido a media tarde (no fue necesario esperar a que se cerraran los colegios electorales), advirtiendo que habrá consecuencias.