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El bloqueo y la guerra en Gaza aumentan la presión sobre Israel

La Franja de Gaza sigue inmersa en una crisis humanitaria y política sin precedentes. Mientras los camiones de ayuda humanitaria comienzan a ingresar tras semanas de bloqueo, la dificultad de distribución y la intensificación de los ataques han puesto de manifiesto la complejidad de la situación. En este escenario, la presión internacional sobre Israel se incrementa y las divisiones políticas internas del país se profundizan.

El ingreso de ayuda

El ejército israelí ha anunciado que esta semana ha permitido la entrada de 100 camiones con suministros esenciales como harina, alimentos para niños y equipos médicos. Sin embargo, a pesar de esta apertura, los problemas logísticos han impedido que la ayuda llegue de manera efectiva a los sectores más vulnerables de Gaza.

«Ninguna de esta ayuda ha llegado realmente a la población de Gaza,» ha afirmado Antoine Renard, director del Programa Mundial de Alimentos en la región. La falta de mecanismos de distribución seguros y la persistente inseguridad han dejado a cientos de miles de personas en espera, mientras alrededor de una cuarta parte de la población sigue en riesgo de hambruna.

Las Naciones Unidas y diversas organizaciones humanitarias han advertido que miles de toneladas de alimentos y suministros permanecen en los cruces fronterizos sin poder ser distribuidos adecuadamente. La comunidad internacional ha exigido medidas inmediatas para facilitar el reparto seguro de esta ayuda, evitando que la crisis de hambre en Gaza se agrave aún más.

El conflicto político

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha indicado que podría considerar un alto el fuego temporal, pero únicamente con el objetivo de facilitar el regreso de los rehenes. Sin embargo, ha dejado claro que su prioridad sigue siendo la victoria militar y el control de Gaza.

La postura de Netanyahu ha generado tensión no solo a nivel internacional, sino dentro de su propio país. La oposición y ciertos sectores de la sociedad israelí han comenzado a cuestionar el impacto prolongado de la guerra, así como las consecuencias políticas y diplomáticas para Israel.

Uno de los momentos de mayor controversia en Israel se produjo cuando Yair Golan, líder de los Demócratas de izquierda y excomandante del ejército, advirtió sobre los peligros que enfrenta el país: «Un país sensato no mata bebés como pasatiempo… Estamos en riesgo de convertirnos en un estado paria entre las naciones.» Sus declaraciones provocaron una respuesta contundente del gobierno y sus aliados, evidenciando las fracturas dentro de la política israelí respecto al conflicto en Gaza.

La comunidad internacional también ha comenzado a endurecer su postura. Países tradicionalmente cercanos a Israel, como Reino Unido y Canadá, han manifestado su preocupación por la ofensiva en Gaza y han solicitado un cambio en la estrategia militar. Incluso Estados Unidos, el aliado más importante de Israel, ha mostrado signos de impaciencia con la gestión de Netanyahu, sugiriendo la necesidad de una solución diplomática más efectiva.

El impacto humanitario

Desde el inicio de la ofensiva israelí en Gaza en octubre de 2023, la situación en la región se ha deteriorado considerablemente. Más de 53.600 palestinos han perdido la vida, según datos de las autoridades sanitarias de Gaza, mientras que la infraestructura de la zona ha sido devastada por los bombardeos.

Los habitantes de Gaza enfrentan una crisis de supervivencia extrema, con una escasez cada vez más crítica de alimentos, agua potable y medicamentos. Organizaciones humanitarias han alertado sobre los signos de desnutrición severa en la población, especialmente entre los niños y ancianos.

A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional por garantizar la llegada de ayuda, los bloqueos y problemas de seguridad han obstaculizado las entregas. Israel ha argumentado que Hamás ha confiscado suministros destinados a los civiles, una acusación que el grupo niega categóricamente.

Para intentar mejorar el flujo de ayuda, Israel ha promovido un nuevo modelo de distribución respaldado por Estados Unidos, que implica el uso de contratistas privados en centros de seguridad. Sin embargo, Naciones Unidas ha rechazado el plan, argumentando que no es imparcial ni neutral.

El futuro del conflicto

Netanyahu ha reafirmado su postura de que la guerra continuará hasta lograr la desmilitarización total de Hamas y el exilio de sus líderes. Mientras tanto, las encuestas en Israel reflejan un amplio apoyo a un alto el fuego si este incluye el regreso de los rehenes; una reciente encuesta de la Universidad Hebrea de Jerusalén indicó que el 70% de los israelíes estarían a favor de un acuerdo.

Sin embargo, la línea dura del gobierno israelí sigue insistiendo en la continuación de la guerra hasta alcanzar la «victoria final», que incluiría tanto el desarme de Hamas como el retorno de los rehenes. Netanyahu, bajo presión por su gestión política y enfrentando problemas legales, ha mantenido su alianza con estos sectores, sin mostrar señales de una pronta resolución del conflicto.

La ofensiva israelí fue lanzada tras el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1.200 personas y 251 fueron secuestradas. Desde entonces, la población de Gaza ha vivido bajo un constante bombardeo.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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