El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunirá hoy viernes para discutir sobre las recientes fugas en los gasoductos Nord Stream en el Mar Báltico. El embajador ruso de la ONU en Nueva York, Dmitry Polyanskiy, ha informado en redes sociales que Rusia ha convocado la sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU tras acusaciones de sabotaje. La ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Ann Linde, ha señalado en rueda de prensa que “el actual presidente del Consejo de Seguridad nos ha informado que Rusia ha solicitado una reunión sobre las fugas del Nord Stream y esta reunión está prevista para el viernes”.

El pasado 27 de septiembre, las fuerzas armadas de Dinamarca publicaron imágenes de fugas en el Mar Báltico, pertenecientes a los gasoductos de gas natural Nord Stream 1 y Nord Stream 2 de Rusia. El día anterior, las agencias gubernamentales danesas y suecas ya habían registrado explosiones submarinas inexplicables. Estas fugas repentinas de los gasoductos submarinos Nord Stream no parecen «una coincidencia», ha señalado la Unión Europea, en una declaración que añade peso a los temores de sabotaje.

El jefe de política exterior del bloque, Josep Borrell, ha advertido que “cualquier interrupción deliberada de la infraestructura energética europea es absolutamente inaceptable y se encontrará con una respuesta sólida y unida. Toda la información disponible indica que esas filtraciones son el resultado de un acto deliberado”. A medida que el gas continúa vertiéndose al Mar Báltico, no parece esclarecerse quién podría estar detrás de las fugas.

Las fugas de los gasoductos se han producido en varios lugares de Dinamarca y Suecia, mientras que ninguno de ellos se encuentra en funcionamiento en medio de un enfrentamiento energético entre Rusia y Europa.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha atribuido de manera abierta las filtraciones al sabotaje: “he discutido sobre el sabotaje en los gasoductos Nord Stream con el ministro de Defensa, Morten Bødskov”, ha comunicado en Twitter, refiriéndose al funcionario danés. “Abordaremos la protección de la infraestructura crítica en los países de la OTAN”.

El operador Nord Stream ha calificado los daños de «sin precedentes», mientras que Gazprom, la empresa controlada por Rusia que tiene el monopolio de sus exportaciones de gas por gasoducto, ha declinado hacer declaraciones. Tras conocerse las filtraciones, Ucrania ha acusado a Rusia de dañar el gasoducto y ha afirmado que las supuestas acciones no son más que “un ataque terrorista”.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha manifestado ante los periodistas al ser preguntado por el sabotaje que “no se puede descartar ninguna opción en este momento”. Además, ha añadido que la situación de la seguridad energética de «todo el continente» requiere una rápida investigación. Peskov también ha descartado las insinuaciones sobre que Rusia podría estar detrás de los posibles ataques a los gasoductos Nord Stream y ha calificado las acusaciones como “bastante predecibles y también predeciblemente estúpidos”.

El pasado martes, Suecia y Dinamarca informaron de varias fugas significativas en los dos gasoductos. Las fugas se detectaron en el gasoducto Nord Stream 1, que dejó de suministrar gas a Europa el mes pasado, ambos en una zona al noreste de la isla danesa de Bornholm. Las autoridades danesas han pedido a los barcos que se mantengan alejados en un radio de cinco millas náuticas frente a Bornholm después de la fuga en Nord Stream 2, que aún no ha entrado en operaciones comerciales.

El plan de emplear el gasoducto para suministrar gas fue descartado por Alemania días antes de que Rusia enviara tropas a Ucrania el pasado mes de febrero. Las imágenes publicadas por las autoridades danesas del gasoducto dañado mostraban burbujas saliendo a la superficie del mar Báltico, y posteriormente se informó que la perturbación de la superficie tenía más de 1 kilómetro de diámetro. Desde el punto de vista medioambiental, la fuga de gas metano de efecto invernadero tendría un impacto climático perjudicial.

Bødskov ha señalado de forma directa a Moscú: “Rusia tiene una presencia militar significativa en la región del Mar Báltico y esperamos que continue su ruido de sables”. El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, ha manifestado que “si se confirma, es evidente que no interesa a nadie. Tengo entendido que las fugas no tendrán un impacto significativo en la resistencia energética de Europa».

Mientras tanto, Moscú se prepara para anexionar una parte de Ucrania, haciendo público el recuento de votos que demuestran, según el Kremlin, el apoyo en cuatro provincias parcialmente ocupadas para unirse a Rusia, acción que Kiev y Occidente han denunciado como falsos referéndums ilegales “celebrados a punta de pistola”.

Borrell ha señalado que la Unión Europea descarta estas votaciones, y ha calificado los referéndums de anexión como «ilegales» y sus resultados como “falsos”, y ha añadido que “esta es otra violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, en medio de abusos sistemáticos de los derechos humanos”.

Las autoridades instaladas por el Kremlin en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporyia, regiones controladas por Rusia que, en conjunto representan alrededor del 15 por ciento de la masa terrestre de Ucrania, se han adjudicado la victoria en las votaciones de anexión, desatando la indignación mundial. Ucrania y sus aliados han denunciado los denominados referéndums, afirmando que Occidente nunca reconocerá los resultados de dichas votaciones.