Redacción
La pasada noche del miércoles, la policía local del distrito de Columbus, en Ohio (Estados Unidos) disparaba a un adolescente de 13 años que portaba una pistola negra de balines. El menor, Tyree King, sacó el arma de juguete mientras huía de los agentes que creían que podía ser sospechoso de un robo.
El pequeño, que fallecía por múltiples disparos, de raza negra, es ahora una víctima más. Esto ocurre después de la oleada de protestas que se han desarrollado en el país por casos similares y en los que la población afroamericana reivindica un mejor trato por parte de la policía. Este sería el enésimo incidente.
Según un recuento del diario The Washington Post, sólo en este año han fallecido por disparos policiales 681 personas, de las que 26, llevaban pistolas de juguete.
El suceso está siendo investigado, pues el origen aún no está determinado.
Hasta ahora, se conoce que se produjo una llamada a la policía, alrededor de las 20.00h, que denunciaba el robo armado por parte de un grupo de personas. Cuando la policía llegó al lugar de los hechos, se encontró con tres hombres cuya descripción coincidía con la de los sospechosos. Uno de ellos el menor fallecido.
Al ver a los agentes, dos de ellos empezaron a correr. Fueron perseguidos hasta un callejón, en el que el niño sacó el arma y fue disparado varias veces. Inmediatamente, le trasladaron al hospital, en el que más tarde, murió. El otro sospechoso fue liberado tras un interrogatorio.
Una vez que finalicen las investigaciones, todos los documentos serán llevados a la fiscalía y un numeroso jurado concretará si hay motivos o no para presentar cargos contra el policía. La ley en estos casos suele interpretarse en base a la defensa propia.
El agente
Desde la jefatura de la policía local se defiende que el agente creyó que se trataba de un arma verdadera y por eso disparó.
Este agente de policía ya mató a un hombre en un tiroteo en 2012, y entonces, la propia policía determinó que había actuado correctamente.
La discriminación racial sigue siendo un problema en el país norteamericano. Y tampoco es la primera vez que disparos policiales se saldan con la vida de un menor. En 2014, también en Ohio moría Tamir Ric, al sacar una pistola falsa.
Ahora, se reabre el debate nacional sobre esta cuestión.
No hay ningún comentario