Redacción

La pasada noche del 31 de diciembre de 2016, un atentado terrorista en una discoteca en Estambul (Turquía) se cobraba la vida de 39 personas y dejaba 69 heridos. Horas después, Daesh confirmaba la autoría del ataque.

Desde el domingo, las fuerzas de seguridad del país buscan al autor de los hechos. Para ello se ha difundido un vídeo del que se desconoce su procedencia, pero que muestra al atacante días antes paseándose por las calles cercanas a la discoteca.

El hombre entró en la discoteca Reina de Estambul, una de las más famosas de la ciudad. Al principio, la prensa local informó de que iba disfrazado de Papá Noel, sin embargo, esta información ha sido desmentida por el Gobierno.

El atacante habría accedido a la sala tras disparar al policía que se encontraba en la entrada y a un civil alrededor de las 01:15h de la madrugada (23:15 hora peninsular). Acto seguido entraba en la sala donde se celebraba una fiesta por el año nuevo y ametralló de forma indiscriminada a los que allí se encontraban. Logró escapar dejando en el suelo el arma, un Kaláshnikov AK-47.

Muchos vídeos grabados por las víctimas circulan ahora por Internet.

Dieciséis de los fallecidos son extranjeros, entre estos hay tres indios, un libanés, un belga y una joven israelí. Y además, entre los hospitalizados también hay personas de nacionalidad extranjera como marroquíes, libaneses, libios y saudíes, según las autoridades del país.

En aquel momento, R.T. Erdogan aseguraba a la prensa de que se trataba de un nuevo ataque terrorista. Al día siguiente, Daesh confirmaba su autoría.

Durante 2016, Turquía ha sufrido diversos atentados que se han cobrado la vida de alrededor de 300 personas.

El ataque se ha producido pese a la alerta que había en el país tras los atentados del pasado 19 de diciembre en Berlín. Por este motivo 17.000 policías estaban desplegados por la ciudad para vigilar la seguridad en la última noche del año. Sin embargo, los analistas aseguran que se empieza a notar en el país la reforma del pasado mes de julio, cuando el Gobierno diezmó los efectivos policiales. Se cree que la consecuencia es la pérdida de la inteligencia de seguridad y militar.