Juan Diego Bueno Díaz
Máster Internacional en Operaciones contra el terrorismo yihadista (CISDE)
Oficial en activo (Ejército de Tierra)
ANTECEDENTES
A lo largo de la historia de la humanidad, y de sus conflictos, la necesidad de tener información, para poder optar a la mejor decisión, ha sido fundamental. Sobre todo, cuando las decisiones implican guerras, conflictos armados y, en definitiva, pérdida de vidas. Desde las guerras del tipo neolítico, hasta los conflictos híbridos actuales, la información de primera mano relativa al adversario ha sido un elemento decisivo para el ciclo de planeamiento de las operaciones en cualquier marco militar o civil.
APROXIMACIÓN AL PERFIL DEL TERRORISTA
Como en toda la estructura organizativa esas células terroristas obedecen a una jerarquía piramidal: alguien manda y el resto ejecuta. En función del tamaño de las células se podrán identificar perfectamente una cúspide, un círculo interno que toma decisiones; un círculo intermedio que se encarga de todo el aparato logístico, comunicaciones con diferentes células, obtención de información para futuros objetivos…; y finalmente un círculo externo que son los peones, los ejecutantes.
Las motivaciones por las cuales los miembros de las células terroristas deciden actuar no han de ser necesariamente las mismas en cada círculo anteriormente descrito.
En su gran mayoría el círculo externo, los peones, serán personas de fuertes convicciones religiosas y probablemente con conflictos sociales.
En el círculo intermedio se pueden encontrar personas que, aun teniendo fuertes convicciones religiosas, probablemente no tengan conflictos sociales y se sientan cómodas ejerciendo el poder de control que les ceda el círculo interno.
El círculo interno, además de tener por necesidad fuertes convicciones religiosas, posiblemente también tenga otro tipo de interés: tanto económico, como de prestigio por controlar un territorio. Y estas motivaciones deben ser trasladadas al círculo intermedio para que éste las gestione y participe de los éxitos.
ETAPAS DEL PROCESO DE RADICALIZACIÓN
Las etapas del proceso de radicalización, siendo identificadas cinco, son las siguientes: la primera etapa se denomina de conversión y es donde el individuo aún no ha realizado ninguna acción yihadí; la segunda etapa es la de identificación personal, donde el individuo acepta la causa motora del yihadismo y es, por tanto, propenso a tomar acciones; una tercera etapa es llamada de intensificación de la convicción motivadora, donde el sujeto se encuentra en situación de iniciar cualquier tipo de acción, terrorista o no; la cuarta etapa, la etapa activista, donde el individuo participa activamente en la Yihad, si bien aún no hace uso de la violencia; finalmente la etapa quinta, la etapa violenta, donde el individuo está en una situación de combate y hace uso de la violencia.
MODELOS QUE PRETENDEN EXPLICAR LA RADICALIZACIÓN
MODELO DE LAS 3N
Los autores Webber y Kruglanski inciden en que la respuesta al porqué del fenómeno de la radicalización se hallaa en tres fuerzas psicológicas a las que denominan las 3N (por sus siglas en inglés: Needs, Narrative y social Network) donde encontramos:
a) Las necesidades o motivación del individuo.
b) Las narrativas ideológicas de la cultura del individuo.
c) La interacción entre la presión grupal y la influencia social que ocurre dentro de la red social del individuo.
MODELO DE LAS DOS PIRÁMIDES
El National Consortium for the Study of Terrorism and Responses to Terrorism (por sus siglas en inglés START) presenta el modelo de las dos pirámides, the two-pyramidsmodel. Este modelo hace distinción entre dos formas de radicalización que son la radicalización de la narrativa basada en una ideología determinada y la radicalización de la acción.
a. La radicalización narrativa. Esta pirámide presenta cuatro niveles: en la base se encuentran los individuos neutrales, en el peldaño inmediatamente superior los simpatizantes, luego los justificadores y en la cúspide aquellos que asumen la ideología como una obligación moral y personal.
A modo de ejemplo en la base de la pirámide se sitúan los musulmanes que no aceptan ninguna de las narrativas que usa la yihad global, estos son los neutrales. En un nivel superior están aquellos que simpatizan con algunas de las ideas del marco yihadista, como que Occidente está librando una guerra contra el Islam, los simpatizantes. A continuación, se encuentran los musulmanes que creen que los yihadistas actúan en defensa del Islam y que sus acciones están justificadas moral y religiosamente, los partícipes de la Yihad. Por último, en lo más alto de la pirámide se sitúan los musulmanes que creen que es deber individual participar violentamente en la defensa del Islam, mediante el Qital.
b. La radicalización de la acción. De forma similar a la anterior también se distinguen cuatro niveles, atendiendo al grado de radicalización de las acciones que se realizan en apoyo al grupo: los inertes, los activistas, los radicales y los terroristas.
c. Relación entre las dos pirámides. La conexión entre ambas realidades, la ideología y la acción, es de naturaleza probabilística. Un individuo ideológicamente neutral no está determinado a ser necesariamente un inerte en la acción.
MODELO DE LA FUSIÓN DE LA IDENTIDAD Y LOS VALORES SAGRADOS
Este modelo surge por combinación de dos teorías ya existentes que pretenden explicar el comportamiento humano, tales teorías son la Fusión de la Identidad y Los Valores Sagrados. La unión de estas teorías es pues la que genera el siguiente modelo.
a. La fusión de la identidad es el proceso a través del cual el individuo y el grupo se fusionan. Existen tres mecanismos que explican las características de esta fusión: la creencia de que una sola persona puede tener consecuencias en todo el grupo; la sinergia de la identidad que hace que el individuo y el grupo funcionen como una única unidad. La activación de uno supone la activación del otro; los lazos relacionales donde, a diferencia de los anteriores modelos, los individuos del grupo no están unidos únicamente por una ideología, sino que existen unos lazos que llevan al individuo a ver al resto de miembros como hermanos y hermanas.
b. Los valores sagrados se distinguen de los valores materiales e instrumentales en que incorporan creencias morales que impulsan a la acción sin tener en cuenta la perspectiva del éxito.
Cuando los valores sagrados son compartidos cobran relevancia en las situaciones de conflicto entre diferentes grupos debido a que los valores sagrados se relacionan con los comportamientos extremos. Se ha comprobado que los intentos de negociación que ofrecen incentivos materiales, cuando los valores sagrados están en juego, tienen un efecto contraproducente, incrementando el ultraje moral y el apoyo a la acción violenta.
LA FIGURA DEL INFORMADOR O COLABORADOR
Esta figura corresponde a una persona que, siendo ajena a un determinado servicio de inteligencia, ha optado por proporcionar información, ya sea de forma continua o bajo petición, relativa al grupo terrorista al que pertenece y que se encuentra siempre bajo la dirección de un oficial de inteligencia. Antes de continuar es preciso definir la figura del oficial de inteligencia.
El oficial de inteligencia, persona que sí pertenece a una organización de inteligencia, es el encargado de coordinar, controlar, asesorar, dando apoyo tanto logístico como económico y trasladar los requerimientos de información tanto al colaborador, como al infiltrado.
Los informadores pueden encontrarse en los tres círculos concéntricos en el epígrafe anterior definidos: círculo exterior, círculo intermedio, y círculo interno. Resulta evidente que los grupos terroristas tienen sus propios mecanismos de autoprotección relativos a las filtraciones de información y, cuánto más cercano sea el círculo al origen de la toma de decisiones, mayor control existirá sobre el personal bajo su responsabilidad. Por todo ello la figura del informador es relativamente más sencilla de encontrar en personas próximas al círculo externo, e incluso en el círculo externo, que dentro del propio círculo interno.
A continuación, se va a desarrollar cómo una persona cercana, o implicada directamente en uno de los tres círculos del grupo terrorista, puede convertirse en informador.
EL CONVENCIMIENTO
Los oficiales de inteligencia en ocasiones usan un razonamiento con estos posibles informadores para hacerles ver que más allá de la red de radicalización religiosa, y de sus ideas, son personas que conviven en una misma sociedad, que todos tienen los mismos problemas, que todos tienen parecidos sentimientos familiares y, finalmente, que existen formas alternativas de ejercer su derecho a expresar sus ideas sin el recurso de la violencia.
Este sistema de reclutamiento de informadores presenta las siguientes debilidades: en primer lugar, requiere por parte del oficial de inteligencia un acercamiento continuo al posible informador con el fin de ganarse la confianza, y en última instancia la estima. Todo ello requiere un tiempo indeterminado que dependerá tanto de las cualidades propias de socialización del oficial de inteligencia, como del perfil psicológico del posible informador. Como consecuencia directa de esta debilidad se encuentra la siguiente: en ocasiones la premura del requerimiento de información no da pie a hacer uso de este método. Este sistema tiene unas aceptables probabilidades de éxito para aquellos miembros pertenecientes al círculo externo, o bien allegados a estos círculos externos; sin embargo, tiene escasas probabilidades de resultar efectivo para los miembros pertenecientes al círculo intermedio y al círculo interno, debido a que ambos círculos no son impulsados únicamente por las convicciones ideológicas radicalizadas, sino también por otro tipo de intereses: ya sean económicos, de influencia, o de promoción dentro de la organización.
La principal amenaza de este método es la posibilidad, siempre tenida en cuenta, de que el posible informador sea consciente de esta maniobra y, con el fin de engañar al oficial de inteligencia, informar consecuentemente al grupo terrorista del hecho de estar siendo investigados por los servicios de inteligencia, proporcionando información falsa e incluso delatando la identidad del oficial de inteligencia.
Al ser este método un proceso de mutua confianza entre el oficial de inteligencia y el posible informador su principal fortaleza consiste en que el primero consiga tener tal éxito en ganarse la total confianza del segundo de forma que éste comience a operar sin ningún tipo de remuneración económica para el servicio de inteligencia, siendo entonces que toda su actuación es realizada en base al compromiso de lealtad fruto de la confianza con el oficial de inteligencia.
La oportunidad generada que sigue a este método para el servicio de inteligencia es, principalmente, el convencimiento que tiene el informador de que es bueno trabajar a favor de dicho servicio por un bien mayor, por tanto, será el mismo informador quien pueda sugerir la captación de personal perteneciente al grupo terrorista susceptible de ser también convencido, comprado o coaccionado.
CAPTACIÓN MEDIANTE RETRIBUCIÓN ECONÓMICA U OTROS INTERESES
En función del círculo objetivo para la obtención de posibles informadores, y dependiendo del tiempo concedido para obtener cierta información, es posible que el oficial de inteligencia se vea en la necesidad de retribuir económicamente o mediante otro tipo de intereses particulares al posible informador.
La debilidad principal de este método de captación de informadores es la falta de confianza en la relación entre el oficial de inteligencia y el posible informador.
La principal fortaleza de este método radica en saber encontrar el posible informador dentro del grupo terrorista cuyos intereses, de la índole que sean, sean más fuertes que la ideología que sostiene. De modo que, si el servicio de inteligencia es capaz de localizar este perfil y teniendo la capacidad de satisfacer las demandas, tendrá una fuente que no solamente puede trabajar de forma reactiva, es decir, bajo requerimientos de información, sino también proactiva.
Es importante recordar que los miembros del círculo intermedio son aquellos que gozan de una especial confianza por parte de los dirigentes del círculo interno y que, por tanto, tienen acceso a bastante información sensible, siendo que, además, no tienen por qué estar únicamente motivados por ideología, sino que en muchos casos han de compartir necesariamente otro tipo de intereses con los dirigentes para así tener la confianza de los mismos. Por lo tanto, tener informadores en el círculo intermedio es la principal ventaja de usar este método.
LA EXTORSIÓN
La extorsión ejercida sobre un posible informador por parte del oficial de inteligencia puede abarcar cualquier tipo de chantaje, con amenaza real o ficticia, pero creíble, para el informador o conocidos suyos.
De todo lo anterior expuesto se deduce que la principal debilidad de este modelo de captación es la capacidad de obtención de información susceptible de ser usada para ejercer la acción coercitiva.
Ello implica una labor previa por parte del servicio de inteligencia que ha de abarcar a un amplio grupo de personas que integran la célula terrorista, y de aquellos allegados a la misma, con el fin de obtener cualquier debilidad que pueda ser usada como punto de apoyo de la palanca coercitiva que se quiere ejercer. Por todo ello es necesario tener un margen de tiempo que lo permita realizar.
La amenaza de hacer uso de este método no es por la posible información falsa, que es muy poco probable que surja, sino más bien las posibles y casi seguras repercusiones psicológicas y físicas a las que deberá hacer frente el oficial de inteligencia: desde posibles emboscadas en los lugares que se hayan designado como punto de encuentro con su informador, pasando por posibles problemas psicológicos relativos a la confrontación del método usado, hasta llegar a tener un conocimiento real de que se ha convertido en objetivo del informador y, por tanto, de la célula terrorista.
Debido a la amenaza sobre el informador o sobre sus allegados es altamente probable que la información que sea trasladada al oficial de inteligencia tenga un alto grado de fiabilidad, siendo esta la principal fortaleza de este método.
El principal éxito, usando este modelo, es llegar al círculo interno y así obtener información directamente de los poderes decisores de grupo.
EL INFILTRADO
La infiltración, en este caso, es una actividad que consiste en situar a un agente del servicio de inteligencia operando dentro de un grupo terrorista.
El proceso de infiltración implica un trabajo previo y muy extenso de obtención de información sobre el grupo que se pretende infiltrar, todo ello con el fin de conocer tanto a los miembros del grupo terrorista susceptibles de servir como puerta de entrada al infiltrado, como para conocer en qué círculo se puede maximizar el éxito de la labor de obtención de la información.
De lo anteriormente expuesto se deduce que el factor tiempo es imprescindible, siendo la cantidad del mismo bastante elevada tanto para la obtención de información previa sobre el grupo objeto de la infiltración, como el proceso de inserción del infiltrado. En ocasiones esto requiere una planificación previa que puede durar desde meses hasta años. De este modo el tiempo es el principal factor limitante y, por consiguiente, la principal debilidad del uso del método de infiltración.
La información que un agente infiltrado con éxito puede proporcionar es altamente fiable y, por tanto, la calidad de la misma es, en comparación, con los métodos relacionados para los informadores mucho mayor. De modo que la fortaleza de usar este método no es otra que la fiabilidad de la información obtenida.
Siendo este el caso, el círculo intermedio de la organización terrorista debiera ser el objetivo de la infiltración y la mayor oportunidad de obtención de información para el agente infiltrado. Dado que el círculo intermedio sirve de nexo entre el círculo de toma de decisión y el círculo ejecutor, toda la información sensible y órdenes ha de pasar necesariamente por el círculo intermedio, de modo que un agente infiltrado en ese círculo obtendría mayor rendimiento como fuente de información para el servicio de inteligencia que estando en círculos exteriores.
No es recomendable colocar un agente infiltrado en el círculo interno, el núcleo de control y de toma de decisiones del grupo terrorista, por el hecho de que el agente estaría de facto obligado a tomar decisiones que conllevarían actos ilegales.
PERFIL DEL AGENTE DE INTELIGENCIA INFILTRADO
El perfil buscado es un perfil harto difícil de encontrar debido a las características físicas y psicológicas y a los factores propios del entorno de la célula yihadista, los riesgos reales a los que se va a enfrentar el agente de inteligencia y, finalmente, a la recuperación de dicho agente una vez finalizada su misión. Todo ello, unido al tiempo necesariamente requerido para la instrucción del agente de inteligencia, resulta en una enorme dificultad para crear un proceso cuyo resultado, el producto, sea el de un agente de inteligencia plenamente operacional y con altas probabilidades de alcanzar el éxito tanto en la infiltración como en la misión.
Las características físicas del agente de inteligencia a infiltrar abarcan tanto su complexión, como sus propios rasgos físicos, entendiendo estos últimos como color de piel, color de ojos, color de pelo, en definitiva, un aspecto general que le permita acercarse inicialmente al grupo objetivo de la infiltración sin levantar sospechas. Resulta evidente que es necesario, por tanto, tener información previa del grupo objeto de la infiltración para determinar, y no sólo para este punto, características físicas: cuáles son los rasgos físicos predominantes en dicho grupo.
Los procesos psicológicos que determinan, en un primer contacto entre dos individuos desconocidos, el grado de confianza que tienen entre sí incluyen lo que se conoce como las neuronas espejo. Este aspecto concreto de los procesos cognoscitivos humanos determina que en un primer contacto entre dos individuos desconocidos el hecho de observarse físicamente características que son compartidas: color de la piel, color del pelo, rasgos étnicos, etc., generen de forma subconsciente una tendencia al acercamiento.
La capacidad del agente infiltrado de actuar, entendiendo esta acción al más puro estilo del séptimo arte, es fundamental. Difícilmente se va a encontrar un perfil psicológico realmente compatible con la psicología del grupo terrorista entre las filas de los servicios de inteligencia, pero es el grado de actuación del agente el que va a permitir su acercamiento al grupo, su inclusión y, finalmente, cumplir la misión encomendada. Todo ello conlleva que la gente tenga la capacidad de representar un papel creíble para el grupo.
Las principales características psicológicas, relativas a la socialización del agente infiltrado, es que tenga la mente abierta para poder asumir el rol que debe desempeñar, que tenga una considerable agilidad mental y, sobre todo, una gran capacidad de empatía.
La resiliencia es una capacidad innata que puede ejercitarse según el desarrollo de la persona y su personalidad. La ofuscación y la derrota son conceptos diametralmente opuestos a la resiliencia; es, por tanto, necesario que el agente infiltrado sepa sacar provecho de todas las circunstancias, por negativas que sean, con el fin de alcanzar su misión.
Se define la capacidad de desconexión para este trabajo como la capacidad de volver a la personalidad original del agente.
Dado el hecho de que el agente de inteligencia realiza un servicio para un organismo estatal, cabe esperar que sus valores profesionales y morales sean antagónicos con la ideología y acciones que debe realizar: propias de un radical yihadista. Por todo ello es fundamental, necesario, que la psicología del agente sepa en todo momento discernir cuándo está actuando y cuándo puede volver a ser uno mismo.
Esta capacidad será de especial importancia cuando se trate de recuperar al agente tras su misión.
EL CONOCIMIENTO DEL GRUPO
Cuando se pretende infiltrar una célula o grupo yihadista es necesario conocer previamente bastantes datos sobre el mismo: dónde actúa, cómo está organizado, cuál es el perfil de los miembros que lo componen, sus puntos débiles, las carencias, sus fortalezas, costumbres e ideología entre otras.
Es fundamental que el agente infiltrado posea estos conocimientos previamente, algunos de los mismos no necesitan estar desvelados completamente, como por ejemplo la organización interna del grupo, el perfil de cada uno de los miembros; sin embargo, será muy provechoso para el servicio de inteligencia, a la hora de planificar la infiltración, conocer las carencias y puntos débiles del grupo debido a que una posible táctica de infiltración sea presentar al agente como el eslabón que va a fortalecer esas debilidades grupales.
En cuanto al conocimiento del Islam, como religión radicalizada por estos grupos terroristas, hay que tener especial cuidado en no mostrar ante el grupo un grado profundo de saberes sobre la misma. Evidentemente el agente deberá de estar instruido en las diferentes corrientes radicales del Islam como el salafismo o el wahabismo, pero no es recomendable que se muestre como un erudito de las mismas ante el grupo; es preferible que tenga una base sólida, pero simple, y que sea el grupo el que se encargue de instruirle en su visión radical particular. Con ello se consigue aumentar la confianza del grupo hacía el agente.
CONCLUSIONES
La primera conclusión del presente trabajo es relativa a los factores exógenos, es decir los factores sociales que operan en Occidente y que producen situaciones donde determinadas minorías no son debidamente integradas en la sociedad occidental. Estas carencias en la integración son caldos de cultivo excelentes para que primeras, segundas, terceras y consecutivas generaciones de inmigrantes, principalmente musulmanes, caigan en los procesos de radicalización. Sin menosprecio de la evidencia de aquellos inmigrantes que llegan al entorno occidental con la clara intención de atentar, los llamados infiltrados.
La segunda conclusión es relativa al proceso de radicalización, de los tres modelos presentados se deduce que todos ellos carecen de una explicación que incluya causas contextuales, es decir, derivadas del entorno. No obstante lo anterior, los tres modelos pueden complementarse para tener una explicación del proceso de radicalización bastante amplia, más que por sí mismos, al ser capaces de incluir la psicología del individuo, lo que se ha llamado en el modelo de las 3N como la necesidad de un significado existencial y el lugar que ocupa en la realidad, junto con los valores sagrados del modelo del actor devoto; y la psicología de grupo, donde encontramos la narrativa ideológica, la red social y complementado con la catarsis última descrita como la fusión de la identidad. Todo ello, el plano individual y el plano grupal, conjugado en un orden de radicalización que proporciona el modelo de las dos pirámides
Por todo lo anterior los tres modelos resultan de gran interés para tratar de explicar la radicalización de los individuos. Sin embargo, no se debe caer en la tentación del determinismo, tal como afirma el modelo de las dos pirámides: existen singularidades, y donde no las hay solo queda la probabilidad.
La tercera conclusión concierne a la figura de los informadores o colaboradores. Debido a las políticas cambiantes, pero sobre todo al tiempo necesario para obtener información fiable, que suele ser en ocasiones bastante urgente, la figura del informador es la elección mayoritaria a la hora de decidirse a usar fuentes humanas para el servicio de inteligencia. Además, el informador no requiere el tiempo que necesita de preparación un agente para ser infiltrado, ni tampoco los recursos que han de ponerse a favor de apoyar una infiltración.
Por el contrario, la información que los colaboradores pueden proporcionar debe estar con mayor rigor contrastada, lo cual implica la existencia de más informadores o el uso de otras fuentes de información. Finalmente, según qué método de captación de informadores se haya empleado, la información proporcionada por el mismo puede ser menos fiable.
Además de lo anterior, el uso de informadores tiene la nada desdeñable oportunidad de manipulación de la información para obtener un beneficio propio por parte del colaborador. Llegando incluso a traicionar la lealtad que supuestamente tuvieran con el oficial de inteligencia encargado de los mismos.
La cuarta conclusión obtenida es que la información que proporciona un agente infiltrado es altamente fiable y, aunque por norma deba ser contrastada por otras fuentes, al venir ésta directamente de un miembro del servicio de inteligencia infiltrado, posee un gran peso en cuanto a fiabilidad de la información y credibilidad de la fuente.
La necesidad de instruir a un agente para infiltrarlo en un grupo yihadista requiere de un enorme trabajo previo de información relativa al grupo objetivo. Sumando a todo ese trabajo previo, la instrucción del agente, el tiempo necesario para infiltrarse con éxito, y finalmente el tiempo necesario para cumplir la misión con éxito, en conjunto, resulta de una cantidad de tiempo que fácilmente puede ser estimada en años.
En esta misma índole hay que señalar que el abanico de aspirantes para hacer agentes infiltrados es extremadamente pequeño debido a que deben tener perfiles físicos y psicológicos muy concretos, muy determinados y enfocados al grupo que se pretende infiltrar.
Resulta entonces evidente el motivo por el cual la táctica de infiltrar agentes en los grupos terroristas sea difícil y poco práctica en los casos en donde los requerimientos de información vengan con urgencia.
Finalmente, la quinta conclusión es que, en su gran mayoría, los agentes que puedan ser infiltrados tendrán una vida útil para la misión en concreto para la que estén preparados, siendo necesario retirarlos una vez concluida su misión; todo ello debido a la alta especialización del agente en los grupos objeto de la infiltración.
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