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La amenaza tecnológica china preocupa a los líderes mundiales

Durante el evento organizado por la Comisión de Seguridad Nacional sobre Inteligencia Artificial (NSCAI), representantes de seguridad de todo el mundo han pedido abiertamente explorar nuevas formas de asociarse para oponerse a la creciente influencia de China en el campo de las tecnologías emergentes y los estándares para su uso.

Representantes de la OTAN, el Pentágono y otros organismos internacionales han advertido acerca de la amenaza que representa el ascenso tecnológico de China para los derechos humanos y la seguridad. El comité ha mostrado especial preocupación en lo que respecta a la ambición china por convertirse en el líder mundial en materia de inteligencia artificial, sentando las bases y marcando el rumbo a seguir en cuanto a modos y maneras de utilizar este tipo de tecnológicas emergentes.

Actualmente China se ha convertido en un actor central en la redacción de reglas internacionales relacionadas con tecnologías emergentes, principalmente como parte de un esfuerzo nacional para moldear el campo de juego empresarial y tecnológico a su favor, influyendo de este modo y marcando tendencias o precedentes que influyan en los organismos que establecen los estándares globales en dicho ámbito.

“Por primera vez en muchas décadas no podemos dar por sentada nuestra ventaja tecnológica, por lo que debemos avanzar rápido”, dijo Mircea Geoana, subsecretario general de la OTAN. “Necesitamos recuperar la iniciativa y trabajar juntos, evitando duplicidades y sin caer en una competencia innecesaria entre socios de ideas afines que comparten unos mismos valores. Porque es obvio que ninguna industria, ningún país u organización por sí solo puede hacer frente a los riesgos y desafíos a los que nos enfrentamos».

Los comentarios de Geoana reflejaron un consenso prácticamente generalizado entre los asistentes en cuanto al papel que deben desempeñar las democracias de todo el mundo, trabajando conjuntamente para dar forma a los nuevos estándares tecnológicos, también en materia de inteligencia artificial y 5G. La construcción de estas alianzas tecnológicas internacionales viene siendo desde hace tiempo una recomendación clave por parte de la NSCAI, especialmente si se pretende ganar la carrera tecnológica que se está librando con China.

China se encuentra inmersa en la elaboración de una estrategia a medio plazo denominada «Estándares de China 2035», que vendría a complementar el plan de modernización industrial en virtud del cual ha desarrollado campos como el 5G y la inteligencia artificial. Sin embargo, a medida que aumenta la desconfianza hacia Beijing, su creciente dominio en el establecimiento de estándares globales ha terminado por convertirse en una nueva fuente de fricción internacional

Tan solo durante el año 2020, China presento 830 documentos técnicos en materia de comunicaciones por cable a la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Más que cualquier otro país y que los tres que le siguen en la lista (Corea del Sur, EE.UU y Japón) juntos. Dichos documentos servirían como base para la deliberación a la hora de establecer nuevos estándares, y en estos casos mayor presencia implica mayor influencia.

Uno de los principales argumentos ha sido la amenaza que supone para los derechos humanos el permitir que China lidere el establecimiento de estándares globales, señalando por ejemplo el uso del reconocimiento facial por parte del gobierno chino en contra de los uigures dentro del país. Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente Biden, pintó un panorama desolador dominado por redes de vigilancia globales, cadenas de suministro inseguras y acceso a datos confidenciales en el caso de que las naciones autoritarias sean quienes establezcan dichos estándares y den forma a las normas que regulan el uso de la inteligencia artificial.

Según Sullivan “la primera ola de la revolución digital enfatizó la democracia y los derechos humanos, pero dio paso a una segunda ola que permite que los gobiernos autoritarios infrinjan esos derechos. En la tercera ola las naciones democráticas deben moldear la forma en que se utilizan tecnologías como la inteligencia artificial para garantizar que las tecnologías críticas y emergentes funcionen a favor, no en contra, de nuestras democracias y nuestra seguridad”.

“Es fundamental comprender cómo incorporar el orden y los valores democráticos en nuestro sistema respetando la privacidad, las libertades civiles y los derechos en el uso futuro de la inteligencia artificial por parte del gobierno”, dijo Shinji Inoue, ministro japonés de ciencia y tecnología.

Mark Warner, presidente del Comité de Inteligencia del Senado, dijo que “EE.UU y sus aliados necesitaban establecer una alianza tecnológica multilateral y priorizar el establecimiento de estándares para asegurarse de que las democracias del mundo se mantengan a la vanguardia”.

El secretario de Defensa de los EE.UU, Lloyd Austin, aseguró que la inversión en tecnologías emergentes y en particular en materia de inteligencia artificial, es fundamental para el concepto de guerra conjunta del Pentágono, la cual incluye el uso de este tipo de tecnología para analizar datos en el campo de batalla y en los procesos de toma de decisiones. Austin señaló que actualmente el Pentágono tiene 600 esfuerzos relacionados con IA en marcha y mencionó la iniciativa de Aceleración de Datos e Inteligencia Artificial recientemente lanzada con el objetivo de preparar sus redes para la IA operativa.

Finalmente, Austin anunció que EE.UU invertirá casi 1.500 millones de dólares en el transcurso de los próximos cinco años en la adopción de tecnologías de inteligencia artificial (IA) por parte del Centro Conjunto de Inteligencia Artificial, oficina encargada de acelerar la implantación de esta tecnología en el seno del Departamento de Defensa. En su solicitud de presupuesto fiscal 2022, el departamento solicitó 874 millones de dólares que irían destinados a IA.

Tal es la alarma que despierta la perspectiva de que países como China dicten las reglas del juego, que ya el año pasado EE.UU, dio los primeros pasos para desvincular a las empresas tecnológicas chinas de los negocios estadounidenses. Washington ordenó a las empresas estadounidenses el cese  de cualquier actividad de negocio con Huawei Technologies por motivos de seguridad. En esta línea y si bien es cierto que tanto Reino Unido como Francia han comenzado a adoptar una postura más dura para con Huawei, tales movimientos difícilmente lograrán eliminar por completo la influencia de China en el 5G.

Actualmente ya existen ejemplos de esas ansiadas asociaciones tecnológicas por todo el mundo. En Europa, encontramos la iniciativa conjunta para la creación del Consejo de Comercio y Tecnología, impulsada por la UE y EE.UU. Corea del Sur, Japón y EE. UU colaboran en el sector de las tecnologías críticas y emergentes, en un campo que va abarca desde la ciencia cuántica hasta los semiconductores. Asimismo India, Japón y Australia, también iniciaron un grupo de trabajo para asegurar las cadenas de suministros.

 


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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