Las fuerzas armadas de Ucrania informan que los ataques aéreos rusos se han intensificado en la región de Donetsk, golpeando las ciudades de Bajmut, Kramatorsk, Chasov Yar, Sláviansk y Kostyantínivka, así como las aldeas circundantes. Efectivos rusos estarían preparando el asalto a la ciudad de Bajmut y continúan los esfuerzos para afirmar el control del área alrededor de la central eléctrica Vuhlehirska, situada a cincuenta kilómetros al noreste.
Según fuentes locales, persisten los ataques aéreos sobre la ciudad de Chugúyev, en la región de Jarkov, áreas residenciales en la aldea de Korobochkyne, el distrito de Izium y las ciudades de Pechenihy y Bohodukhiv. Según ha informado el Ministerio de Defensa del Reino Unido, actualmente los comandantes rusos se debaten entre recurrir a la ofensiva en la región oriental de Donbas o bien reforzar la defensa en zonas ocupadas, como Kherson, a la vista de la inminente contraofensiva ucraniana declarada sobre está última posición.
Oficiales ucranianos afirman que dicha ofensiva constituye un “punto de inflexión” en la batalla para retomar Járkov, y aseguran que emplearán armamento occidental para liberar primera de las ciudades capturadas por las fuerzas rusas, en septiembre. Járkov fue ocupada por las fuerzas rusas el 3 de marzo, y se trata de la primera gran ciudad ucraniana capturada por las fuerzas rusas desde el 24 de febrero.
Según Sergiy Khlan, asistente del jefe administrativo en la región de Járkov, se está produciendo un cambio en las acciones de “defensivas a contraofensivas”. En este sentido Khlan ha asegurado que “la región de Járkov definitivamente será liberada en septiembre y todos los planes de los ocupantes fracasarán”.
Lo cierto es que durante las últimas semanas las fuerzas ucranianas han estado recuperando territorio en la región sur de Jersón, avances en los que podría haber jugado un papel determinante la ayuda de la artillería de largo alcance proporcionada por Occidente.
Esto apoyaría los rumores que apuntan a la sonada contraofensiva anunciada por Khlan en la región. A esto habría que sumar las declaraciones de Zelenski al dirigirse a la nación el pasado sábado, en las que aseguraba que las fuerzas ucranianas se aproximan «paso a paso» a la ciudad.
Según un informe publicado el domingo por el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington, los ataques ucranianos «han dañado los tres puentes controlados por Rusia que conducen a la ciudad de Jersón en la última semana a partir del 24 de julio». Sin embargo, fuentes rusas plantean una versión muy diferente y aseguran que “la contraofensiva es una fantasía”.
A pesar de las negativas rusas, el Ministerio de Defensa británico habría confirmado que Moscú ha movilizado efectivos para reforzar sus posiciones defensivas en las áreas ocupadas en el sur de Ucrania en una «probable respuesta a las ofensivas ucranianas”.
El jefe de la comisión de investigación rusa, Alexander Bastrykin, ha acusado a 92 miembros de las fuerzas armadas de Ucrania de crímenes de lesa humanidad y ha propuesto la creación de un tribunal internacional respaldado por países como Bolivia, Irán y Siria. Recordemos que EE.UU y más de 40 países acordaron a principios de este mes coordinar las investigaciones sobre presuntos crímenes de guerra en Ucrania.
A la vista del “respaldo colectivo por parte de occidente hacia Ucrania”, Rusia apuesta por un tribunal propio y Bastrykin ha señalado lo conveniente de trabajar con socios rusos de la Comunidad de Estados Independientes, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, el grupo BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái a fin de “implicar a países con una posición independiente sobre Ucrania, en particular, Siria, Irán y Bolivia”, ha añadido.
Supuestamente en el marco de esta comisión se habrían iniciado 1.300 investigaciones penales sobre miembros de las fuerzas armadas ucranianas, dirigentes políticos, supuestas asociaciones radicales y grupos armados. En la diana de estas investigaciones figuran empleados del Ministerio de Salud ucraniano acusados, sin pruebas, de trabajar en el desarrollo de armas de destrucción masiva. Los cargos también se extienden a ciudadanos de británicos, estadounidenses, canadienses, así como de Países Bajos y Georgia entre otros.
Mientras, Ucrania continúa con sus esfuerzos por reiniciar las exportaciones de cereal desde sus puertos en el Mar Negro en virtud del acuerdo firmado con Rusia el pasado viernes con la mediación de Turquía y Naciones Unidas. El acuerdo tendría por objeto desbloquear el flujo de grano destinado a aliviar la escasez mundial de alimentos.
Sin embargo, la solidez del pacto ha quedado en entredicho a la vista de los ataques perpetrados por Rusia este mismo sábado. El ejército ucraniano anunció que dos misiles Kalibr disparados desde buques de guerra rusos alcanzaron el área de una estación de bombeo en el puerto y otros dos fueron derribados por las fuerzas de defensa aérea.
No hay ningún comentario