El impacto del Entorno de la Información en materia de innovación institucional y empresarial se ha convertido en uno de los campos de investigación que mayor interés está despertando entre las principales potencias y las grandes corporaciones a nivel global.

El enfoque actual de las campañas de influencia e información, entendidas como herramientas de competencia entre los diferentes actores, plantea una serie de interrogantes acerca de lo preparados que estamos a la hora de competir en este entorno, cuyos elementos fundamentales son el componente humano y en particular el apartado cognitivo.

A pesar de que la competencia por la influencia cognitiva/social es tan antigua como el propio ser humano, estamos asistiendo a la consolidación de un nuevo dominio de actuación o la transformación y la fusión de muchos de los que hasta ahora conocíamos. Por lo menos así lo entienden nuestros competidores a nivel internacional. Las batallas decisivas se libran primero en la mente humana, y el Entorno de la Información muta constantemente condicionado por las percepciones, las motivaciones, las creencias o los valores de los usuarios, de ahí que el análisis de los diferentes elementos que lo componen esté recibiendo una atención renovada por parte de los sectores público y privado.

Tradicionalmente los diferentes departamentos que componían una organización se concentraban en sus respectivas áreas de actuación y bastaba con tener un conocimiento superficial de la labor que realizaban el resto de áreas. A estas alturas pensábamos que esto sería algo superado y que tanto la coordinación como la colaboración entre departamentos son una realidad. Sin embargo en la práctica no siempre se materializan correctamente.

En la actualidad, el Entorno de la Información lo abarca todo y no se concibe que una empresa pueda funcionar aislándose de los flujos de información. La labor de cualquier departamento tiene su reflejo en ese espacio, contribuyendo a darle forma y a su vez siendo moldeado por el aparato cognitivo y los  diferentes comportamientos/actitudes de los usuarios que lo integran.

Teniendo presente dicha simbiosis, no es de extrañar que una competencia efectiva se encuentre subordinada a la transversalidad de la información y que en el seno de las diferente estructuras institucionales/empresariales se incorporen elementos de análisis del Entorno de la Información capaces de potenciar la labor de los distintos departamentos. Este refuerzo de la actividad departamental parte de un procesamiento específico de la información adaptado a los objetivos y los efectos que en cada caso se pretenden alcanzar.

Moverse en este terreno no siempre resulta fácil especialmente teniendo en cuenta que, al contrario de lo que sucede con el proceder de algunos de nuestros competidores, rebasar las fronteras éticas o sacrificar nuestros valores no puede ser una opción. Actualmente son pocos los países o las empresas que cuentan con una estrategia bien definida en lo que respecta al Entorno de la Información y al peso que realmente tiene el apartado cognitivo. Sin embargo, los esfuerzos por adaptarse estos nuevos dominios son cada vez más evidentes.

En este contexto Rusia y China llevan la delantera, adaptándose rápidamente a las novedades del nuevo espacio de batalla, desarrollando las estructuras organizativas y de apoyo necesarias para implementar y abordar en profundidad la totalidad de las implicaciones que acarrean estos nuevos conceptos. Mientras, EE.UU continúa luchando contra su propia rigidez institucional y lidiando con las estructuras que funcionaban antes del auge que ha experimentado el Entorno de la Información. Por su parte, el sector privado norteamericano aventaja a su gobierno gracias a una potente inversión en materia de análisis y tecnología, orientada a las áreas de comunicación, seguridad, dirección estratégica y toma de decisiones, marketing y reputación de marca, etc.

A la vista de las carencias existentes, resulta fundamental implementar las acciones oportunas que contribuyan a potenciar y desarrollar las capacidades imprescindibles para desenvolverse de manera óptima en estos dominios. En primer lugar, prestando atención al análisis específico de la información, el cual  no ha sido priorizado correctamente ni ha sido dotado con los recursos adecuados.

Para impulsar la innovación y competir con garantías en cualquier sector, dentro de las estructuras deben introducirse puestos específicos cubiertos por personal dotado de los conocimientos y la experiencia a la hora de procesar dicha información. Solo de este modo resulta viable abordar un entorno tan cambiante, condicionado por la psique humana y las tecnologías emergentes, en el que el poder de la desinformación ha alcanzado un nivel sin precedentes.

Las ciencias sociales y de la conducta cobran singular importancia en este ámbito, con el fin de desarrollar nuevos marcos de actuación que tengan en cuenta las complejas características y los matices de la interacción humana. En este sentido, ninguna ciencia proporcionará la solución mágica, pero estas disciplinas son especialmente útiles en materia de asesoramiento y a la hora de mejorar los procesos de toma de decisiones que tienen que ver con el componente humano y con las incertidumbres que le rodean.

Finalmente, es preciso dotar a los trabajadores de la formación necesaria para desenvolverse en el dominio de la información. Una vez más las ciencias sociales y de la conducta juegan un papel decisivo, evitando  así la dependencia exclusiva del autoaprendizaje. Muchos analistas del Entorno de la Información/Influencia han desarrollado sus habilidades mediante ensayo y error a lo largo de los años, de ahí que la formación institucionalizada constituya otra de las prioridades.

A este respecto, se han producido avances significativos en materia de investigación que combinan el potencial de las ciencias sociales y las ventajas tecnológicas que ofrece la informática. Sin embargo, difícilmente ningún planteamiento funcionará de manera eficiente ignorando cualquiera de estas dos patas en las que se apoya el análisis del Entorno de la Información.