La Asamblea General de las Naciones Unidas se prepara para votar a lo largo del día de hoy sobre un alto el fuego humanitario inmediato en el conflicto ya que dura dos meses entre Israel y Hamás, mientras el hambre está empeorando entre los palestinos de la franja de Gaza, según informan agencias de ayuda humanitaria.
El número de fallecidos en el asalto israelí a Gaza sigue aumentando desde que se vetó el pasado viernes una resolución del Consejo de Seguridad que pedía un alto el fuego.
La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se han visto obligados a. huir de sus hogares y los residentes afirman que es imposible encontrar refugio o alimentos en el densamente poblado enclave costero. Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, la mitad de la población pasa hambre. «El hambre acecha a todo el mundo», ha declarado en X la UNRWA, el organismo de la ONU responsable de los refugiados palestinos.
Desde Gaza afirman que las personas obligadas a huir en repetidas ocasiones están muriendo de hambre y frío con el invierno, así como por los bombardeos, y han descrito saqueos de camiones de ayuda además de los precios por las nubes.
Israel ha asegurado que sus instrucciones a la gente para que se desplace son algunas de las medidas que está tomando para proteger a los civiles mientras intenta erradicar a los militantes de Hamás que acabaron con la vida de a 1.200 personas y tomaron como rehenes a 240 en un ataque transfronterizo a Israel el pasado 7 de octubre, según los recuentos israelíes. Unos 100 rehenes han sido liberados desde entonces. El ataque de represalia de Israel ha causado 18.205 muertos y casi 50.000 heridos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
Es probable que la Asamblea General, de 193 miembros, apruebe hoy martes un proyecto de resolución redactado en los mismos términos que el bloqueado por Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de 15 miembros la semana pasada. Las resoluciones de la Asamblea General no son vinculantes, pero tienen peso político y reflejan las opiniones mundiales.
Algunos diplomáticos y observadores predicen que la votación obtendrá más apoyo que el llamamiento de la Asamblea de octubre a «una tregua humanitaria inmediata, duradera y sostenida.»
La votación debía celebrarse un día después de que 12 enviados del Consejo de Seguridad visitaran el lado egipcio del paso fronterizo de Rafah con Gaza, único lugar por el que ha entrado ayuda humanitaria limitada y combustible. Estados Unidos no envió a ningún representante.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha soportado intensas críticas por su apoyo a la respuesta de Israel a los ataques del 7 de octubre, señaló ayer en una celebración en la Casa Blanca por la festividad judía de Hannukah que su compromiso con Israel es «inquebrantable».
«Amigos, si no existiera Israel, no habría ningún judío en el mundo que estuviera a salvo», manifestó Biden. También aludió a su compleja relación con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de quien dijo que se encuentra en una «situación difícil».
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, declaró también ayer a los periodistas que Israel no era una excepción a la política estadounidense de que cualquier país que reciba sus armas debe cumplir las leyes de la guerra. «Estamos supervisando todo lo que ocurre en este conflicto», dijo Miller. «Mantenemos conversaciones con el gobierno israelí».
A medida que la guerra se ha intensificado, la forma y el lugar en que Israel utiliza las armas procedentes de Estados Unidos han sido objeto de un mayor escrutinio, a pesar de que funcionarios estadounidenses afirman que no hay planes para poner condiciones a la ayuda militar a Israel o considerar la posibilidad de retener parte de ella.
Washington consideró «profundamente inquietantes» las imágenes que circulan en las redes sociales en las que se ve a hombres palestinos detenidos en Gaza en ropa interior y pidió a Israel que aclarara las circunstancias en torno a las fotografías, añadió Miller. Israel ha dicho que los hombres fueron desnudados para asegurarse de que no escondían explosivos o armas.
La Casa Blanca también manifestó ayer su preocupación por las informaciones según las cuales Israel utilizó municiones de fósforo blanco suministradas por Estados Unidos en un ataque perpetrado en octubre en el sur del Líbano y solicitó más información al respecto. Estas municiones, que pueden utilizarse legalmente en los campos de batalla para hacer cortinas de humo, entre otros usos, pueden causar quemaduras graves.
Israel ha afirmado que la acusación de Human Rights Watch de que utiliza municiones de fósforo blanco en Gaza y Líbano era «inequívocamente falsa».
Funcionarios de la ONU afirman que 1,9 millones de personas, el 85% de la población de Gaza, están desplazadas y describen las condiciones de las zonas del sur donde se han concentrado como infernales.
Para aumentar la cantidad de ayuda que llega a Gaza, Israel ha asegurado que añadiría el control de envíos en el paso fronterizo de Kerem Shalom, aunque no abrirá el paso propiamente dicho.
La mayoría de los camiones entraban en la franja por este paso antes de la guerra. Dos fuentes de seguridad egipcias han informado de que las inspecciones comenzarían hoy en virtud de un nuevo acuerdo entre Israel, Egipto y Estados Unidos.
Tras el fracaso de un alto el fuego de una semana el pasado 1 de diciembre, Israel inició una ofensiva terrestre en el sur y desde entonces ha avanzado desde el este hasta el corazón de la ciudad de Jan Yunis.
El lunes, militantes y residentes afirmaron que los combatientes estaban impidiendo el avance de los carros de combate israelíes hacia el oeste y chocando con las fuerzas israelíes en el norte de Gaza, donde Israel ha afirmado que su misión había concluido en gran medida. Israel aseguró que decenas de combatientes de Hamás se habían rendido e instó a otros a unirse a ellos.
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