La Comisión Europea ha publicado una guía dirigida a fortalecer el Código de prácticas sobre desinformación que presentó en octubre de 2018. El documento ilustra las expectativas de la UE con respecto a la adopción de nuevas medidas que refuercen la lucha contra la desinformación en las plataformas digitales.
El Código anunciado en 2018 supuso el primer conjunto de estándares de autorregulación para combatir el fenómeno de la desinformación y entre sus signatarios se encuentran Facebook, Google, Microsoft, TikTok y Twitter. A pesar de que inicialmente el código no es vinculante, es probable que las medidas se tornen obligatorias una vez implementada la Ley de Servicios Digitales (DSA).
El pasado mes de mayo la Comisión Europea presentaba a los gobiernos nacionales las medidas previstas DSA de cara a abordar la desinformación en línea. Esta ley constituye una de las principales iniciativas legislativas de la agenda digital planteada por la Comisión.El enfoque de la DSA aborda la desinformación sobre la base de cuatro aspectos fundamentales: corregulación; contenidos ilícitos y riesgos sistémicos; papel de los usuarios; y obligaciones vinculantes.
En primer lugar la DSA pretende involucrar a las partes interesadas en la definición y diseño de los criterios mínimos que permitan la flexibilidad necesaria a la hora de hacer frente a los riesgos en un entorno digital que evoluciona rápidamente.
Otro pilar fundamental pasa por combatir los contenidos ilícitos y el carácter sistémico de los riesgos asociados a la desinformación. Esto es particularmente relevante cuando hablamos de plataformas consideradas “grandes”, que serían aquellas que llegarían a más del 10% de los consumidores europeos (aproximadamente 45 millones de personas). En este sentido, tanto Facebook como TikTok han sido señaladas en repetidas ocasiones como plataformas en las que se difunde contenido falso y dañino.
El tercer eslabón pone el foco en la participación activa de los usuarios en la lucha contra la desinformación. En particular preocupa la relación de los consumidores con los anuncios en línea presentes en las plataformas de redes sociales. Este tipo de elementos han sido identificados como amplificadores clave en la difusión de desinformación. En este sentido, se persigue que los usuarios puedan ver en tiempo real cuándo se patrocina una pieza de contenido, quién es el anunciante y en definitiva toda aquella información que pueda ayudar a incrementar la fiabilidad de la información. Según esta disposición, se requeriría que las plataformas mantengan un repositorio de anuncios y anunciantes, explicando los criterios seguidos a la hora de permitir o bloquear determinada publicidad.
En cuarto lugar se establecerían las obligaciones vinculantes en materia de gestión de riesgos para las distintas plataformas en línea. La aplicación de estas obligaciones incluiría auditorías y el seguimiento anual por parte del Coordinador de Servicios Digitales, una autoridad independiente designada por los Estados miembros de la UE.
Estas nuevas directrices buscarían fortalecer este código de buenas prácticas basándose en los puntos débiles y las vulnerabilidades identificados a partir de la evaluación realizada durante los 12 meses posteriores a su implantación. La vicepresidenta de la Comisión encargada de valores y transparencia, Věra Jourová, subrayó durante una rueda de prensa la necesidad de implicar a los usuarios, fomentando la denuncia de contenidos nocivos. “ Las amenazas que plantea la desinformación en línea están evolucionando rápidamente y debemos intensificar nuestra acción colectiva para empoderar a los ciudadanos y proteger el espacio de información democrático ”, dijo.
Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, señaló los peligros que supone el modelo económico de las plataformas en línea que han permitido la difusión de desinformación. “La desinformación no puede seguir siendo una fuente de ingresos. Necesitamos ver un compromiso más fuerte de las plataformas en línea, del ecosistema publicitario y de las redes de verificación” denunció Breton.
Con esta iniciativa, la Comisión pretende introducir medidas de rendición de cuentas que obligarían a las plataformas a mostrar cómo han adaptado sus algoritmos para luchar contra la desinformación, partiendo del razonamiento de que los algoritmos han sido cómplices de la promoción de contenidos dañinos que se han vuelto virales, pero también a través de otras modalidades de técnicas de manipulación como los bots y cuentas falsas.
Twitter habría dado la bienvenida a estas directrices de refuerzo, poniendo en valor sus últimas iniciativas a la hora de promover la transparencia de su algoritmo. Esto sería una buena noticia teniendo en cuenta que estas nuevas instrucciones también prevén la introducción de compromisos personalizados en función del tipo de plataforma. También establecerían un marco de seguimiento con una serie de indicadores clave que permitirían desglosar los datos y evaluar el rendimiento de los diferentes países.
Los signatarios se comprometerían a publicar las medidas adoptadas para contrarrestar la desinformación en un portal de transparencia, al tiempo que se fomentaría la cooperación con las organizaciones de verificación y el intercambio de datos con los investigadores. Al unirse a la iniciativa, Facebook destacó el trabajo que actualmente realiza con 35 organizaciones de verificación de datos en Europa. “Apoyamos el enfoque de la Comisión de cara a una mayor transparencia para los usuarios y una mejor colaboración tanto entre plataformas como en todo el ecosistema publicitario”, aseguró un portavoz de la empresa.
En la medida en que, por el momento, se trata de un compendio de prácticas voluntario, esta guía no incorpora una base legal para sancionar a las plataformas que no adopten las medidas necesarias para contrarrestar la desinformación. Dicho marco legal si aparece contemplado en la DSA. Sin embargo, teniendo en cuenta que la DSA sigue el proceso legislativo ordinario, podría tardar todavía dos años o más en aprobarse. Hasta entonces la Comisión ha plasmado en estas directrices sus expectativas en cuanto a las medidas que deben adoptar las plataformas en línea para combatir la desinformación.
No hay ningún comentario