El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ha propuesto que el bloque suspenda el diálogo político con Israel, haciendo referencia a las posibles violaciones de los derechos humanos en la guerra de Gaza, según declaraciones de diplomáticos europeos.
Antes de la reunión del próximo lunes con los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Borrell cita en un comunicado “serias preocupaciones sobre posibles violaciones del derecho internacional humanitario en Gaza” según medios internacionales y afirma que “hasta ahora, Israel no ha abordado suficientemente estas preocupaciones”.
El diálogo político está consolidado en un acuerdo más amplio sobre las relaciones entre la Unión Europea e Israel, que incluye acuerdos comerciales y que entró en vigor en junio de 2000. “A la luz de estas consideraciones, presentaré una propuesta para que la Unión Europea recurra a la cláusula de derechos humanos y suspenda el diálogo político con Israel”, escribe Borrell.
La suspensión necesitaría la aprobación de los 27 países del bloque, algo muy improbable según los diplomáticos, que aseguran que dicha propuesta tiene como objetivo enviar un mensaje de preocupación por la conducta de Israel en la guerra. Se debatirá en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores, la última que presidirá Borrell antes de finalizar su mandato de cinco años.
En el transcurso de la guerra, los ataques aéreos israelíes bombardearon a última hora de ayer y por segundo día consecutivo los suburbios del sur de Beirut controlados por Hezbolá, mientras Líbano sigue a la espera de conocer las últimas propuestas de alto el fuego de Washington, después de que un funcionario estadounidense haya reafirmado su esperanza de que pudiera alcanzarse una tregua.
Israel lanzó una gran ofensiva aérea y terrestre contra Hezbolá, el grupo paramilitar fuertemente armado y aliado de Irán, a finales de septiembre tras casi un año de conflicto transfronterizo librado en paralelo a la guerra de Gaza.
El ejército israelí ha informado de que su fuerza aérea ha destruido nueve almacenes de armas y centros de mando de Hezbolá en ataques en la zona de Beirut, y que Hezbolá ha disparado 40 proyectiles contra Israel durante el día de ayer. Seis soldados israelíes han muerto en combates en el sur del Líbano, según declaraciones del ejército.
Más tarde se ha dado una fuerte descarga de cohetes desde Líbano contra Israel, donde han sonado sirenas en las zonas centrales. No hay informes inmediatos de daños o víctimas de ese ataque.
El enviado de la Casa Blanca, Amos Hochstein, el funcionario estadounidense que ha liderado varios intentos infructuosos de negociar un alto el fuego en el último año, ha declarado en medios internacionales que continúa pensando que “hay una posibilidad” de lograr pronto una tregua en Líbano. “Tengo esperanzas de que podamos conseguirla”.
Sus comentarios parecen apuntar a un último esfuerzo de la administración saliente del presidente estadounidense, Joe Biden, de garantizar un alto el fuego en Líbano, mientras la diplomacia para poner fin a la guerra de Gaza parece ir a la deriva, con el mediador qatarí habiendo suspendido su papel.
Estados Unidos y otras potencias mundiales afirman que un alto el fuego en Líbano debe basarse en la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a una guerra entre ambas partes en 2006. La resolución exige que las zonas del sur del Líbano cercanas a la frontera israelí estén libres de cualquier arma que no sea del Estado libanés.
Israel ha venido quejándose durante mucho tiempo de que nunca se aplicó dicha resolución, señalando la presencia de armas y combatientes de Hezbolá en la frontera. Líbano, por su parte, acusó a Israel de violar la resolución, ya que los aviones de guerra israelíes violan regularmente su espacio aéreo.
El presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, aliado político de Hezbolá y avalado por éste para negociar, ha señalado que Líbano espera propuestas concretas de alto el fuego y que no ha sido informado oficialmente de ninguna idea nueva. “Lo que está sobre la mesa es solo la Resolución 1701 y sus disposiciones, que deben ser aplicadas y cumplidas por ambas partes, no solo por la parte libanesa”, dice Berri, que ayudó a negociar la tregua de 2006.
Israel quiere intervenir por su cuenta para hacer cumplir cualquier alto el fuego si lo considera necesario, señalando que la presencia de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en el sur de Líbano no ha impedido que Hezbolá acumule fuerzas en la zona.
Durante los ataques de Beirut, el ejército israelí emitió antes un comunicado en las redes sociales en el que advertía de que actuaría pronto contra objetivos en la zona, avisando a los residentes de que se encontraban cerca de instalaciones de Hezbolá. Hezbolá ha declarado que ha empleado aviones no tripulados para atacar la base militar de Hakirya, en Tel Aviv. El ejército israelí tampoco ha realizado comentarios dicha declaración de Hezbolá y no se escuchado sirenas en Tel Aviv.
El lunes, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, declaró que se habían producido “ciertos avances” en las conversaciones sobre el alto el fuego en Líbano, aunque el principal reto sería su aplicación. Por su parte, el nuevo ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró que no habría ningún alto el fuego o acuerdo en el Líbano que no incluyera el derecho de Israel a hacer cumplir y actuar por su cuenta contra Hezbolá. Varios diplomáticos aseguran que será prácticamente imposible conseguir que Hezbolá o Líbano acepten cualquier propuesta que incluya esta exigencia.
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