La Unión Europea destinará 1.600 millones de euros a la Autoridad Palestina para afrontar su crisis económica, marcada por la guerra en Gaza, el déficit creciente y la caída de ingresos. Bruselas exige reformas mientras refuerza su papel en la región.
La Organización ha decidido aumentar su apoyo financiero a la Autoridad Palestina en un momento crucial para la estabilidad de Oriente Próximo. Con un paquete de ayuda que se extenderá durante los próximos tres años y alcanzará los 1.600 millones de euros, los países miembros de la Unión Europea buscan fortalecer a la Autoridad Palestina y promover reformas internas que mejoren su gestión y credibilidad.
La comisaria europea para el Mediterráneo, Dubravka Suica, ha señalado que el respaldo financiero estará condicionado a cambios en la administración palestina, que ha sido criticada por corrupción y mala gestión. “Queremos que se reformen, porque sin reformas no serán lo bastante fuertes ni creíbles para ser un interlocutor, no solo para nosotros, sino también para Israel”, afirma Suica.
El anuncio de esta ayuda llega en un momento clave, justo antes de la celebración del primer diálogo político de alto nivel entre ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea y altos funcionarios palestinos, incluido el primer ministro Mohammad Mustafa. La reunión, que tendrá lugar en Luxemburgo, busca reforzar la cooperación entre ambas partes y definir estrategias para el futuro de Gaza y Cisjordania.
La Unión Europea, como mayor donante de ayuda a los palestinos, espera que la Autoridad Palestina, que actualmente administra Cisjordania, pueda asumir algún día la responsabilidad de Gaza una vez finalice el conflicto con Hamás. Sin embargo, el gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha rechazado hasta ahora la idea de entregar Gaza a la Autoridad Palestina y ha evitado comprometerse con la solución de dos Estados, que incluiría la creación de un Estado palestino.
El nuevo paquete de ayuda de la Unión Europea contempla 620 millones de euros destinados a apoyo financiero y reformas dentro de la Autoridad Palestina, 576 millones de euros para programas de resiliencia y recuperación en Cisjordania y Gaza, y 400 millones de euros en préstamos del Banco Europeo de Inversiones, sujetos a la aprobación de su órgano rector. Según Suica, el apoyo medio de la Unión Europea a la Autoridad Palestina ha sido de aproximadamente 400 millones de euros anuales durante los últimos 12 años, lo que demuestra un compromiso sostenido con la estabilidad de la región.
A pesar de este respaldo financiero, la Autoridad Palestina enfrenta una crisis económica severa. Su ministro de Finanzas, Omar al Bitar, ha advertido que el gobierno palestino está al borde de la “muerte económica” debido a la presión ejercida por Israel. Según Al Bitar, Israel ha retenido aproximadamente 1.760 millones de euros en fondos de la Autoridad Palestina, lo que ha agravado aún más la fragilidad económica del territorio. Además, la reciente legislación israelí permite que ciudadanos israelíes demanden a la Autoridad Palestina por daños y perjuicios derivados de los ataques palestinos del 7 de octubre, lo que podría generar indemnizaciones millonarias y llevar al gobierno palestino a la quiebra.
El aumento de la ayuda financiera de Europa representa un esfuerzo por estabilizar la región y fortalecer a la Autoridad Palestina como un actor político viable. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá de la implementación de reformas internas y de la evolución del conflicto entre Israel y Hamás. La reunión en Luxemburgo será clave para definir los próximos pasos y evaluar el impacto de esta inversión en la estabilidad de Oriente Próximo.
La crisis económica que atraviesa la Autoridad Palestina se ha agravado en los últimos meses debido a una combinación de factores estructurales y coyunturales. Uno de los principales motivos es la drástica reducción en las transferencias de ingresos por parte de Israel, lo que ha limitado significativamente la capacidad del gobierno palestino para financiar servicios básicos y salarios públicos. A esto se suma el impacto de la guerra en Gaza, que ha provocado un desplome del 81 % del PIB en el enclave y la destrucción masiva de infraestructura, afectando gravemente la actividad comercial.
La situación laboral también ha empeorado de forma alarmante. Desde el inicio del conflicto en octubre de 2023, se han perdido aproximadamente medio millón de empleos, de los cuales 200.000 corresponden a Gaza, 144.000 a Cisjordania y 148.000 a trabajadores transfronterizos que ya no pueden desempeñar sus labores en Israel. Esta realidad ha disparado los niveles de pobreza, dejando a casi toda la población gazatí en una situación de vulnerabilidad extrema.
En términos financieros, la Autoridad Palestina enfrenta un déficit presupuestario de 682 millones de dólares, que podría aumentar hasta 1.200 millones en los próximos meses si la crisis persiste. Ante la falta de liquidez, el gobierno ha tenido que recurrir al acumulamiento de deudas con empleados y proveedores, mientras la asistencia internacional intenta amortiguar la crisis. La ayuda anunciada por la Unión Europea podría servir para mitigar parte de estos efectos, pero los expertos advierten que sin reformas estructurales, la situación seguirá siendo insostenible.
En este contexto, la reunión de alto nivel entre representantes de la Unión Europea y la Autoridad Palestina cobra aún más relevancia, ya que de su resultado podrían depender medidas que definan el futuro económico y político del territorio. Mientras las negociaciones avanzan, la población palestina sigue enfrentando una crisis sin precedentes, con incertidumbre sobre si la ayuda internacional será suficiente para evitar un colapso financiero definitivo.
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