Los mediadores de Estados Unidos, Qatar y Egipto continúan esforzándose por lograr un alto el fuego entre Israel y Hamás en la guerra que mantienen desde hace cuatro meses en la Franja de Gaza, después de que el principal diplomático estadounidense en misión en Oriente Próximo haya asegurado que todavía hay esperanzas de llegar a un acuerdo.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha afirmado que existe margen para la negociación, y una delegación palestina de Hamás, encabezada por el alto cargo Khalil Al-Hayya, tiene previsto viajar hoy a El Cairo para mantener conversaciones sobre este alto el fuego con Egipto y Qatar.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó ayer la última oferta de Hamás, calificándola de «delirante», y Hamás instó a las facciones armadas palestinas a seguir luchando.
«Está claro que lo que ha propuesto Hamás no es un principio«, ha dicho Blinken en una rueda de prensa nocturna en un hotel de Tel Aviv, sin especificar cuáles eran dichos principios. «Pero también vemos espacio en lo que se ha presentado para proseguir las negociaciones, y ver si podemos llegar a un acuerdo. Eso es lo que pretendemos hacer».
Antes de regresar a Estados Unidos, Blinken tiene previsto reunirse hoy en Israel con familiares de los rehenes que siguen retenidos en Gaza y que han pedido a Netanyahu que haga de su liberación su máxima prioridad.
Hamás, el grupo militante que gobierna Gaza, ha propuesto un alto el fuego de 4 meses y medio, durante el cual todos los rehenes retenidos en Gaza quedarían en libertad, Israel retiraría sus tropas de Gaza y se llegaría a un acuerdo sobre el fin de la guerra. Esta oferta de Hamás responde a una propuesta elaborada por jefes de espionaje estadounidenses e israelíes y entregada a Hamás la semana pasada por mediadores qataríes y egipcios.
Israel estaría dispuesto a permitir que el líder militar de Hamás, Yahya Sinwar, se exiliara a cambio de la liberación de todos los rehenes y el fin del gobierno de Hamás en Gaza, según han declarado a medios internacionales funcionarios y altos asesores israelíes.
En respuesta al plan de Hamás, Netanyahu ha renovado su promesa de destruir el movimiento islamista, afirmando que no hay otra alternativa para Israel que provocar su colapso. «Rendirse a las delirantes demandas de Hamás no sólo no traerá la liberación de los rehenes, sino que invitará a otra masacre. Invitará a un grave desastre para el Estado de Israel que ninguno de nuestros ciudadanos está dispuesto a aceptar», declaró el dirigente israelí a la prensa ayer a última hora. «La presión militar continuada es una condición necesaria para la liberación de los rehenes», agregó Netanyahu.
Israel comenzó su ofensiva militar después de que militantes de Hamás de Gaza mataran a 1.200 personas y tomaran 253 rehenes en el sur de Israel el pasado 7 de octubre. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, se ha confirmado la muerte de al menos 27.585 palestinos, y se teme que miles más hayan quedado sepultados bajo los escombros en la ofensiva israelí desde entonces.
En la única tregua hasta la fecha, que duró una semana a finales de noviembre, fueron liberados 110 rehenes e Israel liberó a 240 prisioneros palestinos. Netanyahu, cuya popularidad interna está por los suelos, se enfrenta a la presión pública para que siga trabajando con los mediadores internacionales hacia un acuerdo en Gaza.
Una encuesta entre israelíes publicada esta semana por el Instituto Israelí para la Democracia, un centro de estudios no partidista, reveló que el 51% de los encuestados cree que recuperar a los rehenes debería ser el principal objetivo de la guerra, mientras que el 36% opina que debería ser derrocar a Hamás.
Washington ha presentado el acuerdo sobre los rehenes y la tregua como parte de los planes para una resolución más amplia del conflicto de Oriente Próximo, que conduzca en última instancia a la reconciliación entre Israel y sus vecinos árabes y a la creación de un Estado palestino. Netanyahu rechaza un Estado palestino, que según Arabia Saudí es un requisito para que el reino normalice sus relaciones con Israel.
En cuanto al curso de la guerra, Israel se ha centrado últimamente en capturar Jan Yunis, la principal ciudad del sur de Gaza. Pero la semana pasada Israel señaló que ampliaría su campaña a Rafah, donde cerca de la mitad de los 2,3 millones de habitantes del enclave están acorralados contra la frontera con Egipto.
Muchos se han trasladado varias veces para escapar de los ataques israelíes, y se enfrentan a una grave escasez de alimentos y al riesgo de contraer enfermedades.
Sobre el terreno, en el sur de Gaza, los residentes aseguran que Israel ha intensificado su asalto a Rafah en las primeras horas de hoy. Israel afirma que Rafah es ahora un bastión de las unidades de combate de Hamás.
Dos ataques israelíes alcanzaron dos casas en la zona de Tel Al-Sultan de la ciudad, según los residentes. Según los medios de comunicación de Hamás, siete personas han muerto y otras 11 han resultado heridas.
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