Rusia está estrechando el cerco en el este de Ucrania, y Severodonetsk, ciudad clave de la región de Donbás, está a punto de caer ante las tropas rusas en un conflicto que podría prolongarse durante “varios meses”, según ha advertido Estados Unidos. “Los rusos ya controlan el 70% de Severodonetsk” ha asegurado Serguéi Gaidai, gobernador de Luganks, que ha añadido que la ciudad está destruida al 90% y que los civiles que permanecen en la ciudad se están refugiando bajo una planta química.
Por otra parte, un misil ruso ha golpeado las vías de un tren en la región occidental de Leópolis, un conducto clave para el suministro de armas occidentales y otros suministros, según han informado las autoridades. El gobernador regional, Maksym Kozytskyy, ha señalado que al menos cinco personas han resultado heridas en el ataque y que a lo largo del día de hoy tendría más información disponible. Anton Geraschchenko, asesor del ministro de interior del país, ha informado que los rusos han atacado el túnel ferroviario Beskidy, en las montañas de los Cárpatos en un aparente esfuerzo por cortar un enlace clave e interrumpir los envíos de armas y combustible. No obstante, el jefe ferroviario de Ucrania ha manifestado que el daño al ferrocarril aún se está evaluando, pero que el túnel se ha salvado.
La guerra se acerca a su día 100, y desde la OTAN afirman que es probable que esta termine en la mesa de negociaciones, pero que los ucranianos deben ser capaces de defenderse para fortalecer su posición en las conversaciones de paz.
La Casa Blanca ha confirmado que Estados Unidos enviará sistemas de cohetes de artillería de alta precisión M142, también conocidos como HIMARS. Los cohetes de mediano alcance han encabezado durante mucho tiempo las listas de solicitudes de armas de Kiev, ya que la lucha contra las fuerzas rusas se ha concentrado en las regiones más orientales del país.
Funcionarios estadounidenses han informado que los sistemas serán parte de un nuevo paquete de ayuda de seguridad de 70 millones de dólares para Ucrania, que también incluirá helicópteros, sistemas antitanque Javelin, vehículos tácticos y repuestos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha manifestado esta semana a los medios de comunicación que su país “proporcionará a los ucranianos sistemas de cohetes y municiones más avanzadas que les permitirá atacar con mayor precisión objetivos clave en el campo de batalla en Ucrania”.
Este paquete militar será el undécimo proporcionado por Estados Unidos a Ucrania desde que comenzó la invasión rusa el pasado 24 de febrero. En tal, Washington ha proporcionado alrededor de 4500 millones de dólares en ayuda militar, incluidos los obuses aprobados en abril, que era la artillería más potente proporcionada antes de HIMARS.
Los HIMARS son lanzacohetes ligeros y de alta tecnología, están montados sobre ruedas lo que les da más agilidad y maniobrabilidad en el campo de batalla. Cada unidad puede transportar seis cohetes guiados por GPS, que se pueden recargar en aproximadamente un minuto. Los analistas afirman que este sistema es considerablemente más fiable que otros sistemas de cohetes que las fuerzas ucranianas están usando en la actualidad.
El alcance de los sistemas proporcionados por Washington es de unos 80 kilómetros, casi el doble de los obuses M777 proporcionados por Estados Unidos y que entraron al campo de batalla de Ucrania el pasado mayo, aunque siguen sin ser de largo alcance.
Ucrania lleva solicitando durante mucho tiempo sistemas de artillería de mayor alcance para ayudar a repeler los avances de Rusia en el este, una región de campo de gran extensión que se considera más difícil de defender que las áreas urbanas más densas. “Es difícil luchar cuando te atacan a 70 kilómetros de distancia y no tienes nada con lo que luchar. Ucrania puede devolver a Rusia detrás del Telón de Acero, pero necesitamos armas efectivas para eso”, ha manifestado en redes sociales el asesor presidencial y negociador ucraniano, Mykhailo Podolyak. El HIMARS dará a las fuerzas de Ucrania una capacidad de ataque más allá de las líneas rusas, además de la posibilidad de lanzar ataques desde una distancia más segura y protegida.
Estados Unidos ha evitado el proporcionar armas que podrían amenazar con escalar el conflicto más allá de las fronteras de Ucrania. Hasta la fecha, Washington no ha respaldado de forma abierta ninguno de los ataques que Ucrania habría llevado a cabo dentro del territorio ruso, ya sea con cohetes, drones o helicópteros. Si bien la artillería provista con HIMARS teóricamente podría llegar a Rusia si se disparara lo suficientemente cerca de la frontera, funcionarios estadounidenses han manifestado a la prensa que “los ucranianos han asegurado que no utilizarán estos sistemas contra el territorio ruso”.
Estados Unidos ha advertido que no suministrará a Ucrania Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército, que tienen un alcance de 300 kilómetros. A pesar de ello, desde Rusia han señalado que la decisión de Estados Unidos de proporcionar HIMARS a Ucrania aumentará el riesgo de una confrontación directa. El Kremlin ha criticado duramente esta decisión, y ha acusado a Washington de “echar más leña al fuego”.
Estados Unidos no es único país de la OTAN que va a suministrar a corto plazo más armamento a Ucrania. Alemania proporcionará a Kiev los modernos sistemas de radar y defensa aérea IRIS-T, según ha informado el canciller alemán, Olaf Scholz, en medio de las críticas que afirman que Berlín no está haciendo lo suficiente para ayudar a Ucrania en su lucha contra Rusia. “El gobierno ha decidido enviar el sistema IRIS-T, el sistema más moderno que Alemania posee actualmente”, ha dicho el canciller al parlamento alemán.
Los misiles antiaéreos IRIS-T han sido desarrollados junto con otras naciones de la OTAN, según Scholz, que ha dicho que Berlín “enviará más armas a Ucrania”. Entre este paquete de asistencia militar se encuentran también sistemas de radar para ayudar a localizar la artillería enemiga. Bajo fuertes presiones durante las últimas semanas, el gobierno alemán ha acordado enviar a Ucrania armamento pesado, incluidos obuses propulsado y tanques Leopard. “Hemos estado entregando armamento continuamente desde el comienzo de la guerra”, ha manifestado Scholz, señalando más de 15 millones paquetes municiones, 100.000 granadas de mano y unas 5.000 minas antitanque enviadas a Ucrania desde el inicio de la guerra.
El anuncio se produce cuando las fuerzas ucranianas se encuentran luchando contra las tropas rusas que avanzan en la región oriental de Donbás. Tras una serie de reveses en las semanas posteriores a la invasión, las fuerzas rusas cambiaron su enfoque a esta región, planeando hacerse con el control de las zonas de Ucrania que todavía no están en manos de los separatistas respaldados por el Kremlin.
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