El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha instado a los países europeos y a Canadá a realizar un esfuerzo significativo para fortalecer su contribución a la Alianza Atlántica. Durante su visita a Washington, donde ha sostenido conversaciones con funcionarios estadounidenses, Rutte ha destacado la necesidad de acelerar las inversiones en defensa en 2025, a pesar del aumento del 19,4% registrado en 2024.
En su informe anual, Rutte ha subrayado que, aunque 22 de los 32 países miembros alcanzaron el objetivo del 2% del PIB en gasto militar, es crucial que los aliados europeos y Canadá eleven sus capacidades y compromisos. Según el informe, Estados Unidos sigue siendo el principal contribuyente, representando el 64% del gasto total de la OTAN, mientras que Europa y Canadá aportan el 36%.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha propuesto que los países miembros destinen el 5% de su PIB a defensa, un objetivo que ningún miembro, incluido Estados Unidos, ha logrado cumplir hasta ahora. Rutte ha enfatizado que este nivel de inversión es esencial para garantizar la seguridad colectiva frente a amenazas como Rusia, considerada por la OTAN como un desafío estratégico a largo plazo.
Tras reunirse con Trump, Rutte ha declarado a los medios que existe un consenso entre los aliados sobre la importancia de contrarrestar la influencia rusa en el territorio euroatlántico. “Todos estamos de acuerdo en que Rusia representa una amenaza a largo plazo para la seguridad de la OTAN”, ha afirmado desde las puertas de la Casa Blanca.
Mayor compromiso con Ucrania y la defensa europea
Además de la necesidad de aumentar el gasto en defensa, Rutte ha reafirmado el compromiso de la OTAN con Ucrania en su lucha contra la agresión rusa. Durante una visita sorpresa a Odesa, el secretario general se reunió con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para discutir el apoyo militar y financiero que la Alianza sigue proporcionando. En los primeros meses de 2025, los países miembros han destinado más de 20.000 millones de euros en asistencia a Ucrania, incluyendo entrenamiento y suministro de armamento.
En paralelo, la OTAN ha intensificado sus esfuerzos para fortalecer la producción de defensa en Europa. En una reciente reunión de ministros de defensa en Bruselas, Rutte destacó la importancia de aumentar la capacidad industrial militar para garantizar el suministro de equipos y municiones en caso de conflicto prolongado. “Necesitamos producir más, juntos, y hacerlo más rápido”, afirmó el secretario general, subrayando la urgencia de actualizar el Plan de Acción de Producción de Defensa.
Desafíos y expectativas para el futuro
A medida que la OTAN se prepara para su próxima cumbre en La Haya, los líderes de la Alianza buscan establecer nuevos objetivos de inversión y cooperación militar. Se espera que más países europeos superen el umbral del 2% del PIB en gasto de defensa en 2025, lo que marcaría un avance significativo en el reparto equitativo de responsabilidades dentro de la organización.
Rutte ha enfatizado que la seguridad de la OTAN depende de una respuesta coordinada y de una inversión sostenida en capacidades militares. “Estamos viendo un progreso sustancial, pero aún queda mucho por hacer para garantizar que la Alianza esté preparada para cualquier desafío futuro”, concluyó.
En este contexto de creciente tensión geopolítica, varios países europeos han comenzado a debatir la posible reintroducción del servicio militar obligatorio como medida para fortalecer sus capacidades defensivas. Polonia y Alemania han sido los primeros en plantear entrenamientos militares a gran escala ante la amenaza rusa, mientras que en España el debate aún está en una fase inicial. Esta tendencia refleja la preocupación de los gobiernos europeos por garantizar una preparación adecuada frente a posibles conflictos prolongados, alineándose con los esfuerzos de la OTAN para incrementar la inversión en defensa y reforzar la seguridad colectiva.
Igualmente, la OTAN está desarrollando nuevas estrategias de defensa, como el Muro de Drones, una red de vigilancia aérea impulsada por inteligencia artificial que se extenderá desde Noruega hasta Polonia. Este proyecto busca reforzar la seguridad en el flanco oriental de Europa ante la amenaza rusa y refleja un cambio hacia una mayor autosuficiencia en la defensa europea.
Por otro lado, la expansión de la infraestructura militar de la OTAN en las fronteras de Rusia ha generado tensiones con Moscú. Rusia ha advertido que responderá a esta expansión según lo que considere necesario para su seguridad. La adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN ha sido un punto clave en este proceso, marcando un cambio en la política de neutralidad de estos países.
En términos de cooperación con la Unión Europea, la OTAN sigue desempeñando un papel crucial en la seguridad euroatlántica. La colaboración entre ambas organizaciones se ha intensificado en áreas como la ciberseguridad, la lucha contra el terrorismo y la gestión de crisis. Esta estrecha cooperación es cada vez más relevante en un momento de incertidumbre geopolítica.
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