El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado que es “claro” que Rusia está considerando el uso de armas químicas y biológicas en Ucrania y ha advertido de una “severa” respuesta por parte de Occidente si Putin se decide por esta vía. «Su espalda está contra la pared», ha señalado Biden sobre Vladimir Putin, haciéndose eco de que Rusia recientemente acusó a su país de almacenar armas químicas y biológicas en Europa.
Desde el Pentágono también han informado de que actualmente están ayudado a recopilar pruebas de crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania, ante posibles procesos futuros para que los autores rindan cuentas ante la justicia, y acusa a las fuerzas rusas de ataques indiscriminados. El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, ha señalado que están cooperando en “el proceso de investigación”, pero que no obstante “no es una decisión que vaya a tomar el liderazgo del Pentágono”. Biden ha señalado a Putin como de criminal de guerra en comentarios que el Kremlin ha calificado como “imperdonables”, e insiste en que la guerra en Ucrania “va según lo planeado” en medio del compromiso de conversaciones de paz. Biden ha anunciado una ayuda militar adicional de 800 millones de dólares para Ucrania.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia ha informado de su reunión con el embajador de Estados Unidos, John Sullivan, con motivo de los comentarios de Biden sobre Putin. «Tales declaraciones del presidente estadounidense, indignas de un estadista de tan alto rango, ponen las relaciones ruso-estadounidenses al borde de la ruptura», ha manifestado el ministro en un comunicado.
De momento, Rusia no parece dispuesta a detener la guerra. Al menos 8 personas han fallecido ya en lo que llevamos de semana en los nuevos bombardeos a Kiev, y desde el Kremlin llega un ultimátum a Ucrania para que rinda Mariúpol, donde cientos de miles de civiles están atrapados en la ciudad sitiada. Ucrania ha rechazado este ultimátum, mientras que fuerzas separatistas prorrusas afirman que la rendición y la toma de la ciudad portuaria no ser cuestión “ni siquiera de una semana”.
El ejército ruso ha urgido a los ciudadanos ucranianos que se encuentran dentro de Mariúpol a rendirse, alegando que a los que así lo hicieran se les permitiría salir sin ningún problema, mientras que a los que se resistieran a abandonar la ciudad serían entregados a los tribunales dirigidos por separatistas rusos respaldados por Rusia. La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, ha hablado claro: «No puede haber ninguna cuestión de rendición, deposición de armas en Mariúpol».
El asalto de Rusia a Ucrania, ahora en su cuarta semana, parece estar estancado en la mayoría de frentes. Hasta ahora, Moscú no ha logrado apoderarse de ninguna ciudad importante de Ucrania y tampoco de capturar la capital, o derrocar al gobierno del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Sin embargo, Rusia ha atacado duramente las áreas residenciales, causando grandes destrucciones. Parece que ningún lugar ha sufrido más que Mariúpol, un puerto en el Mar de Azov, hogar de más de 400.000 personas antes del inicio de la guerra. Desde los primeros días de la invasión ha estado sitiada y bombardeada de forma constante, sin alimentos, medicinas, electricidad ni agua potable.
El ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, ha elogiado a los “heroicos defensores de la ciudad”, afirmando que, al continuar resistiendo han ayudado a frustrar la marcha de Rusia hacia otras grandes ciudades del país: «En virtud de su dedicación y coraje sobrehumano, se salvaron decenas de miles de vidas en toda Ucrania. Hoy, Mariúpol está salvando Kiev, Dnipro y Odesa».
Rusia califica la guerra, la mayor invasión a un estado europeo desde la Segunda Guerra Mundial, como “operación militar especial” para desarmar a Ucrania y protegerla de sus líderes a los que califican de “nazis”. Occidente lo califica como un falso pretexto para iniciar una guerra de agresión no provocada, con el objetivo de someter a un país que el presidente ruso, Vladimir Putin, señala como ilegítimo.
Casi una cuarta parte de los 44 millones de habitantes de Ucrania se han visto obligados a abandonar sus hogares, incluidos 3,4 millones que han huido al extranjero; según Naciones Unidas, uno de los éxodos más rápidos jamás registrados. Aunque la mayoría de refugiados ucranianos ha huido a los países vecinos de la Unión Europea, un número significativo ha buscado refugio en Turquía. En Jersón, las tropas rusas habrían disparado contra una multitud de manifestantes hiriendo a varias personas, según informes de los medios locales, aunque todavía no se ha podido verificar la información. La ciudad ha sido testigo de protestas regulares contra Rusia desde que las fuerzas de Moscú tomaron el control de la ciudad a principios de mes, la conquista estratégica más significativa del territorio ucraniano hasta el momento. El recuento de la ONU incluye más de 900 muertes civiles confirmadas, pero se desconoce el total real.Principio del formularioFinal del formulario
Miles de soldados rusos y ucranianos han perdido la vida, y el ejército ruso de artillería pesada ha sufrido grandes pérdidas en tanques y blindados. Hasta ahora, han muerto un total de 5 generales rusos, una pérdida tan elevada de altos mandos en un periodo tan corto es casi inédito en la guerra moderna.
En Kiev, al menos 6 personas perdieron la vida durante la jornada de ayer, mientras que los servicios de emergencia peinan la zona apagando los focos de fuego y buscando posibles sobrevivientes. Las autoridades han puesto un toque de queda de día y medio en la capital esta misma semana. Mientras las zonas más alejadas del centro de la ciudad que se han encontrado en el camino del avance de Rusia se han reducido a escombros. A pesar de ello los defensores han impedido que la propia Kiev sea objeto de un ataque a gran escala. Sin embargo, ha sido objeto de bombardeos y ataques con misiles cada noche.
Funcionarios ucranianos esperan que Moscú, al no haber logrado una victoria rápida, negocien una retirada. Ambas partes insinuaron la pasada semana avances en las conversaciones sobre una fórmula que incluiría algún tipo de “neutralidad” para Ucrania, aunque no se dieron más detalles. Las conversaciones se volvieron a reanudar ayer lunes, comenzando con una videoconferencia de 90 minutos. Los equipos encargados de la negociación de ambas partes continuaron con las discusiones durante todo el día, según ha informado David Arakhamia, miembro de la delegación ucraniana.
Además de Mariúpol, las ciudades orientales de Járkov, Sumy y Chernígov han resultado las más afectadas por la táctica rusa de arrasar áreas urbanas con artillería. El alcalde de Járkov, Igor Terekhov, ha señalado que cientos de edificios, muchos de ellos residenciales, han sido destruidos en lo que es la segunda ciudad más grande del país. «La ciudad está unida, Járkov sobrevivirá», ha manifestado Terekhov: «Es imposible decir que los peores días han quedado atrás, constantemente estamos siendo bombardeados, hubo bombardeos nuevamente durante la noche».
Los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la Unión Europea se reunieron el lunes para debatir la imposición de más sanciones a Moscú, especialmente si se introduce un embargo sobre el lucrativo sector de petróleo y gas de Rusia. Las sanciones internacionales han aislado a Rusia del sistema financiero global en un grado nunca antes impuesto a una economía tan grande. Pero Europa, el principal cliente de energía de Rusia, hasta ahora ha hecho una excepción con las exportaciones rusas de petróleo y gas.
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