El jefe de Hamás en Gaza, Khalil al-Hayya, ha afirmado en unas declaraciones difundidas a última hora de ayer que no habrá ningún acuerdo para un intercambio de rehenes por prisioneros con Israel a no ser que concluya la guerra en el enclave palestino. “Sin el fin de la guerra, no puede darse un intercambio de prisioneros», ha declarado Hayya en una entrevista televisada con el canal de televisión del grupo armado, reiterando su postura sobre cómo poner fin a la guerra.
Hayya también ha señalado que “Si no se pone fin a la agresión, ¿por qué iba a devolver la resistencia y, en particular, Hamás, a los prisioneros”. “¿Por qué iba a perder un cuerdo o un demente una buena carta que posee mientras la guerra continúa?”.
Los esfuerzos para negociar una tregua en Gaza se han estancado, y Estados Unidos vetó ayer una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto el fuego permanente e incondicional. El embajador de Washington ante la ONU ha manifestado que Estados Unidos solamente apoyará una resolución que pida de forma explícita la liberación inmediata de los rehenes israelíes como parte de un alto el fuego.
Hayya, que dirigió el equipo negociador del grupo en las conversaciones con mediadores qataríes y egipcios, ha culpado de la falta de avances al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien a su vez responsabiliza al grupo islamista del estancamiento de las conversaciones. “Hay contactos en curso con algunos países y mediadores para reactivar la negociación. Estamos dispuestos a continuar con esos esfuerzos, pero es más importante ver una voluntad real por parte de la ocupación de poner fin a la agresión”, dice Hayya. “La realidad demuestra que Netanyahu es quien la socava las negociaciones!”, añade.
Durante una visita a Gaza, Netanyahu ha advertido que Hamás no gobernará el enclave palestino tras el fin de la guerra y que Israel ha acabado con las capacidades militares del grupo islamista. Netanyahu también ha señalado que Israel no ha renunciado a intentar localizar a los 101 rehenes restantes que se cree que siguen en el enclave, y ha ofrecido una recompensa de 5 millones de dólares por la devolución de cada uno de ellos.
Hamás pretende llegar a un acuerdo que ponga fin a la guerra y contemple la liberación de los rehenes israelíes y extranjeros cautivos en Gaza, así como de los palestinos encarcelados por Israel, mientras que Netanyahu prometió que la guerra solo podrá terminar cuando Hamás sea erradicada.
Qatar, mediador clave en el alto el fuego junto con Egipto, ha informado de que ha informado a Hamás y a Israel de que suspendería sus esfuerzos de mediación a menos que las dos partes enfrentadas mostraran “voluntad y seriedad” para llegar a un acuerdo. A principios de semana, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores qatarí, Majed Al-Ansari, declaró que la oficina política de Hamás en Doha no se había cerrado definitivamente.
Hace unas semanas, un funcionario estadounidense afirmaba que Washington había pedido a Qatar que expulsara al grupo de Qatar y que Doha había transmitido este mensaje a Hamás. Al-Ansari afirmó que la oficina de Hamás se había creado para facilitar los esfuerzos de mediación para poner fin a la guerra de Gaza.
Hayya declaró que Hamás había acogido favorablemente una propuesta egipcia para que Hamás formara un comité administrativo con el movimiento rival Fatah del presidente Mahmoud Abbas para dirigir la Franja de Gaza, una medida que aborda la cuestión pendiente de cómo se gestionará el enclave cuando cesen los combates.
Sin embargo, todavía no se ha cerrado el acuerdo, según Hayya. Israel rechaza cualquier papel de Hamás en el gobierno de Gaza tras la guerra y tampoco confía en que la Autoridad Palestina de Abbas asuma la gestión del enclave.
El ataque de 2023 contra Israel hizo añicos la seguridad israelí ya que supuso el día más sangriento de la historia del país, con 1.200 muertos y más de 250 rehenes, según los recuentos israelíes. Israel respondió con su ofensiva más destructiva en Gaza, matando a casi 44.000 personas e hiriendo a 103.898, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
Mientras en Líbano, el jefe de Hezbolá, Naim Qassem, ha declarado en un discurso televisado que su grupo había revisado y dado su opinión sobre una propuesta de alto el fuego, redactada por Estados Unidos, para poner fin a los combates con Israel, y que el cese de las hostilidades estaba ahora en manos de Israel.
Qassem ha realizado estos comentarios en un discurso pregrabado emitido pocas horas después de que el enviado de Estados Unidos, Amos Hochstein, informara de que se dirigiría a Israel para intentar cerrar un acuerdo de tregua, tras dos días de reuniones con funcionarios libaneses, incluidas dos reuniones con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, aliado de Hezbolá.
Qassem afirma que su Hezbolá, respaldado por Irán, ha visto el borrador del acuerdo estadounidense y ha aportado sus demandas. “Estos comentarios fueron presentados al enviado de Estados Unidos y han sido discutidos con él en detalle”, ha dicho Qassem. “Los comentarios que presentamos muestran que aprobamos esta vía de negociaciones indirectas a través del portavoz Berri”.
No obstante, ha rechazado la idea de que Israel pueda seguir atacando a Hezbolá sea donde sea incluso después de que se alcance una tregua, afirmando que no se debe permitir que Israel viole la soberanía de Líbano.
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