El Ministerio de defensa de Azerbaiyán anunció una campaña «antiterrorista» en Nagorno-Karabaj. Realmente se trata de ocupar y controlar el alto Karabaj donde resiste una comunidad armenia llamada por ellos Artsaj. Armenia ha decretado la movilización total, está por ver si son capaces de superar los problemas que ya tuvieron en septiembre e 2020.
Esta región del Cáucaso, incluso en la época de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), ha sido convulsa. Tras la caía de la URSS, como en otros lugares, volvieron a aflorar las diferencias. Azerbaiyán tiene dentro de su país el enclave de Nagorno Karabaj de mayoría armenia (Artsaj para los Armenios); además, Armenia divide en dos a Azerbaiyán que tiene otro enclave entre este país y Turquía.
La Primera Guerra (1988-1994) fue favorable para Armenia unió su territorio al de Nagorno-Karabaj e, incluso, llegó más allá. No fue una victoria total. Desde el 1994 hasta 2020 las tensiones y pequeños enfrentamientos armados fueron casi una constante.
Azerbaiyán, una potencia petrolera fue reconstruyendo un ejército moderno, fundamentalmente, gracias al apoyo de Turquía y de Israel, quizás deseosa de tener apoyos cerca de Irán. Armenia, un país más bien pobre, quedó muy atrás desde el punto de vista de la disuasión armada. Tan solo la presencia rusa, como fuerza de paz, impedía que las diferencias entre los dos países llegasen a una guerra abierta.
El 2020 Azerbaiyán con apoyo de Turquía recuperó el territorio perdido infringiendo en 44 dias (septiembre noviembre) una derrota a Armenia. Pero su victoria tampoco fue total, volviendo a quedar la guerra congelada por la intervención de las fuerzas de paz rusas.
En 2023 los azeríes bloquearon las comunicaciones entre Armenia y Artsaj (corredor de Lachin), desde entonces la población armenia del Karabaj pasa hambre.
En 2023, con Rusia hipotecada en la guerra de Ucrania era el momento azerí para la revancha ya que, la situación internacional es el óptima y la defensa armenia deficitaria.
Rusia, apoyó precariamente a los armenios en 2020 y, ahora, tiene muchos más problemas; incluso si quisiera apoyar a Armenia, no podría al estar hipotecada en Ucrania.
Azerbaiyán es apoyada por Turquía y tiene el apoyo tecnológico de Israel. Gracias a esto, los azeríes han desarrollado una industria de defensa interesante desde el punto de vista tecnológico, aunque depende también de Rusia en lo referente a su armamento; además, es un país pujante desde el punto de vista demográfico con 10,282,283 habitantes; también, es una potencia petrolera regional.
Por el contrario, los armenios, después de la derrota de 2020 no han completado la reforma de su ejército y depende completamente de Rusia en armas, municiones y repuestos, aunque tiene una limitada capacidad industrial para producir sistemas electrópticos, armas ligeras y vehículos aéreos no tripulados; por otra parte, su población está en retroceso y solo tiene 3,011,609 habitantes; además, es un país pobre.
Las fuerzas armadas armenias están anticuadas, especialmente en sistemas de mando y control y movilización de reservas. Sus fuerzas de maniobra se articulan en cuatro cuerpos de ejército, pero realmente son divisiones similares a las soviéticas, algunas con cinco regimientos en lugar de cuatro.
Después de la guerra de 2020, habida cuenta el éxito de sus enemigos con los drones, Armenia organizó un departamento de vehículos aéreos no tripulados. El ejército ha creado una estructura territorial y un Mando de Fuerzas de Reserva, con la idea es la de nutrir la defensa territorial con ciudadanos soldados, pero la instrucción de los mismos será de tres meses, lo que en la práctica serán carne de cañón.
Los azeríes se articulan en 5 cuerpos de ejércitos, estos similares a los rusos, encuadran entre 3 y 5 brigadas, pero con pocos apoyos, que se centralizan a nivel de fuerzas terrestres.
La nueva guerra tiene visos de ser una repetición de la de 2020, con unos objetivos máximos azeríes para llegar a un mejor acuerdo diplomático definitivo sobre el Nagorno Karabaj.
Armenia, por el contrario, puede verse luchando por su integridad y tiene todas las posibilidades de perder definitivamente su República Autónoma de Artsaj (que es lo que les queda del Nagorno Karabaj).
Armenia, ante la falta de un apoyo decidido de Rusia, se ha inclinado en este año hacia Estados Unidos que, quizás, busque ocupar el espacio que deja Rusia.
Francia, por su parte, mantiene un tradicional apoyo al pueblo armenio.
Israel tiene estrechos lazos con Azerbaiyán buscando, quizás, un aliado fronterizo con Irán, país que manifiesta querer destruir al Estado Judío; por ello, Irán no vera con buenos ojos una derrota total de Armenia en la que Azerbaiyán se una con su enclave occidental, quedando toda su frontera norte bajo un Azerbaiyán próximo a Israel.
En esta complicada situación, Armenia tiene más probabilidades de quedarse sola. Es poco probable que se dé un apoyo decidido de los Estados Unidos y Francia hacia Armenia, pues se puede producir una división en la OTAN, ya que se enfrentaría a la política de expansión y prestigio de Turquía sobre el mundo turcomano, donde Azerbaiyán es una perla de esa política.
Vemos que todo está en contra de Armenia. Azerbaiyán está aprovechando el momento que parece ser una de esas oportunidades únicas e históricas, solo una determinación heroica de resistencia por parte de los armenios puede cambiar oscuro panorama que se les presenta.
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