Ya han tenido lugar las primeras “sueltas” del MQ-9 PREDATOR B, como parte de los programas que el Ejército del Aire está desarrollando para incrementar sus capacidades. La adquisición de este modelo de “drone” supone una mejora de las aptitudes generales de nuestras Fuerzas Armadas y específicamente en materia de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR).
Los primeros vuelos se han realizado en las proximidades de la base aérea estadounidense de Holloman, en el Estado de Nuevo México. Estos vuelos forman parte del programa de formación, impartido por la fuerza aérea americana (USAF). Actualmente dos tripulaciones del Ejército del Aire español forman parte de dichos cursos con el fin de adquirir las destrezas que demanda el empleo de este tipo de tecnología.
Respecto a las especificaciones de dicha formación, fuentes del Ejército del Aire nos informan que “para el Ejército del Aire un RPAS tipo MALE es un avión con la cabina en tierra en lugar de a bordo. Es decir, la formación necesaria es la misma que la de cualquier otro piloto del Ejército del Aire. Un vez nuestros alumnos salen de la Academia General del Aire como pilotos unos van destinados a unidades de transporte otros de caza, helicópteros y ahora también, a unidades de RPAS MALE como el Ala 23. En resumen, la figura legal de lo que se conoce con el término de Comandante de Aeronave no cambia en el PREDATOR B”.
Se trata de los “pasos” más recientes desde que el pasado abril el Jefe de Estado Mayor del Aire (JEMA), general del aire Javier Salto Martínez-Avial, adelantara la inminente incorporación a filas de este moderno sistema, confirmando la recepción de los tres primeros modelos de RPAS con características MALE (Medium Altitude Long Endurance).
Es preciso señalar que, con antelación, cinco tripulaciones de la fuerza aérea española han superado a la perfección los programas en los que ahora se encuentran inmersos sus compañeros. Sin embargo, como novedad, esta es la primera ocasión en que se realizan vuelos de suelta con motivo de las modificaciones que ha experimentado el programa de estudios del curso.
Con estas informaciones se van cumpliendo los pronósticos que afirmaba el JEMA en su comparecencia, al señalar como objetivo la capacitación de otra docena de tripulaciones en el marco del NR05, nomenclatura con la que se conoce el Plan de Implantación del Sistema.
El MQ-9 PREDATOR B, a pesar de tratarse de un avión controlado de manera remota, precisa de una tripulación que cuenta con un operador de sensores y un piloto. Desde el Ejército del Aire nos aclaran que “La tripulación del PREDATOR B está compuesta por un piloto y varios tripulantes. Aunque pueda parecer contradictorio operar un sistema aéreo no tripulado requiere mucho personal. La tripulación aunque no está embarcada, sí que está en la “cabina” del avión”.
Según los datos disponibles, este tipo de sistemas se compone de los siguientes elementos: el avión propiamente dicho, una estación de control (GCS/Ground Control Station) y los enlaces de comunicaciones. Con todo lo anterior, se hace posible pilotar este tipo de aparatos más allá de la línea de visión, también denominada BLOS (Beyond Line Off Sight). Adicionalmente desde la fuerza aérea española nos amplían que “la parte principal de lo que llamamos la cabina del PREDATOR B es la estación de control en tierra o GCS (Ground Control Station). En la GCS hay dos puestos que tienen control directo sobre la aeronave, el piloto y el operador de sensores. El operador de sensores no tiene la formación previa de vuelo de un piloto, pero sí que realiza junto a este una formación intensiva de un año aproximadamente focalizada en el PREDATOR B y la operación de sus sensores”.
En el marco de los cursos que deben superar, las principales misiones en las que se entrenan están orientadas a la obtención de inteligencia, operaciones de vigilancia y misiones de reconocimiento. De ahí que tal y como nos confirman “debido a que la información de la misión se obtiene en tiempo real, existen otros puestos imprescindibles para que esa información obtenida por los sensores del avión sea útil. Fundamentalmente es personal especializado en análisis de imágenes que están formados en Inteligencia e Imagen”
Adicionalmente la formación contempla los denominados CAS (Close Air Support), apoyo en CSAR (Combat Search and Rescue) y SCAR (Strike Coordination and Reconnaissance).
Por otra parte, respecto a la presencia de este tipo de aparatos en el resto de capacidades aéreas nos explican que “las capacidades donde más se están empleando los RPAS MALE son ISR, Apoyo al Estado y Protección a la Fuerza. Pero se irán empleando cada vez con más presencia en el resto de capacidades aéreas, incluyendo: ataque aire-superficie o guerra electrónica e inteligencia de señales”.
EL JEMA también subrayaba en sus declaraciones la indiscutible prioridad que tiene para el Ejército del Aire dotarse con un mayor número de este tipo de aparatos, mostrándose muy optimista en cuanto a las posibilidades que ofrece y ofrecerá esta tecnología.
Sobre la posibilidad de armar este tipo de aparatos, a pesar de que cuentan con capacidades para incorporar armamento, desde el Ejército del Aire afirman que se están estudiando todas las posibilidades, analizando las necesidades de manera realista y adecuándolas a la situación económica.
La adquisición del MQ-9 PREDATOS B supone un salto cualitativo para nuestras FAS. Queda atrás el MQ 1 PREDATOR, modelo predecesor más pequeño y de inferiores capacidades. De este modo el Ejército del Aire incorpora a su arsenal el primero modelo de clase III de este tipo de sistema.
En cuanto al futuro de este tipo de tecnología, desde el Ejército del Aire nos trasladan el valor de las ventajas, tanto a nivel operacional como en el mundo civil, que supone una tecnología de uso dual como esta. En el campo de lo militar se sostiene que “esta tecnología puede significar que países con fuerzas armadas modestas cubran sus capacidades aéreas con RPAS” y también que “como se puede imaginar, estas aplicaciones son extrapolables y pueden verse ampliadas en ámbitos no estrictamente militares. En este aspecto la imaginación será la única limitación”.
En opinión de aquellos que trabajan más de cerca con este tipo de tecnología, los avances en este campo “permitirán que los RPAS se empleen en todo el espectro de las capacidades aéreas, tanto en movilidad (incluyendo transporte de personal o re-abastecimiento en vuelo); superioridad aérea, pues los futuros sistemas aéreos de combate o FCAS (Future Combat Air System) ya prevén en sus conceptos de operación RPAS tipo UCAV (aeronaves no tripuladas a bordo de combate) volando en combinación con aeronaves tripuladas; y en el espacio, en la medida en que ya existen desarrollos de RPAS solares que por sus características de permanencia “ilimitada” y alturas de vuelo proporcionan capacidades parecidas a las de un satélite”.
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