Los intensos bombardeos podrían sugerir que Rusia se está preparando para llevar a cabo un renovado esfuerzo en el norte de Ucrania que, a pesar de haber avanzado en el sur a lo largo del mes de mayo, su avance se habría estancado en la última semana, según un informe de la inteligencia británica. El informe también apunta a que las fuerzas ucranianas han recuperado parte de Severodonetsk aunque los rusos siguen ocupando los distritos orientales, planeando rodear el área de la ciudad por norte y sur.
En este sentido, las tropas ucranianas se enfrentan en “feroces combates callejeros” con soldados rusos en Severodonetsk, según palabras del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en lo que se ha convertido en una batalla decisiva para el intento del Kremlin de controlar la región oriental de Donbás. La ciudad parece ahora el principal objetivo de la ofensiva rusa en Donbás, mientras continúa la invasión en una guerra de desgaste que ha visto ciudades arrasadas por bombardeos de artillería. Zelenski sostiene que sus fuerzas no abandonarán sus posiciones en Severodonetsk y que las fuerzas de Ucrania tienen «todas las posibilidades» de contraatacar, aunque ha admitido que las fuerzas rusas cuentan con la ventaja numérica en la batalla.
Por otro lado, Rusia ha advertido a organizaciones de noticias estadounidenses que corren el riesgo de perder sus acreditaciones a menos que mejore el trato a los periodistas rusos en Estados Unidos. Desde que Rusia comenzó la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero, se ha impedido a algunos medios estatales rusos operar en su suelo y otros estados occidentales, retirando sus licencias y sancionando a dichos medios, medidas que según Moscú son reflejo del desprecio por la libertad de prensa.
En Moscú, el presidente Vladimir Putin, firmó una ley el pasado mes de marzo que regulaba la pena de presión de hasta 15 años por difundir de forma intencional noticias “falsas” sobre el ejército, lo que llevó a algunos medios occidentales a sacar a sus periodistas de Rusia.
Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, ha informado que planea ponerse en contacto con los jefes de los medios de comunicación estadounidenses para notificarles “medidas más estrictas” en respuesta a la “hostilidad” encontrada por sus compatriotas en los Estados Unidos. En una reunión de esta misma semana, ha descrito las dificultades por las que atraviesan los periodistas rusos en Estados Unidos, como las renovaciones de las visas, bloqueos de cuentas bancarias y el presunto acoso por parte de las agencias de inteligencia estadounidenses, según fuentes de la reunión.
Zakharova ha advertido a los medios que, si los periodistas rusos no pueden trabajar libremente en Estados Unidos, sus reporteros en Rusia correrán el riesgo de enfrentar dificultades similares, y ha transmitido a los representantes de los medios estadounidenses que, a menos que las cosas cambien, los periodistas estadounidenses tendrán que marcharse. La portavoz ha agregado que no es su deseo llevar estas medidas a cabo, pero que se ve obligada a ello debido a la difícil situación de los periodistas rusos.
Washington ha impuesto sanciones contra algunos medios de televisión estatales rusos, y alegan que han difundido desinformación con el objetivo de reforzar las razones de la guerra de Rusia en Ucrania. Por una parte, desde Estados Unidos han expuesto que las autoridades rusas no usan palabras como «invasión» o «guerra” para referirse a la situación de Ucrania, y por otra, los funcionarios rusos, incluido el ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov y Zakharova, han manifestado que los medios occidentales han brindado una narrativa excesivamente parcial de lo que ellos llaman la «operación especial» de Rusia en Ucrania, que ignora las preocupaciones de Rusia sobre la ampliación de la OTAN y la supuesta persecución de los rusoparlantes.
Las tensiones continúan en aumento, y los países vecinos de Serbia han vetado el paso a Lavrov impidiendo su visita a Belgrado. El ministro ha tildado de “intolerable” la decisión de Macedonia del Norte, Montenegro y Bulgaria de no dar permiso al avión en el que viajaba para poder llegar a Serbia, donde tenía previsto realizar una visita oficial. “Hay muchas preguntas sobre la reacción a las decisiones sin precedentes adoptadas por algunos miembros de la OTAN, que han impedido la visita de un ministro de Exteriores ruso a Serbia”, ha dicho el propio Lavrorv.
Mientras tanto, se han producido los primeros ataques rusos en Kiev en semanas, y las fuerzas rusas han lanzado cinco misiles de crucero a la capital de Ucrania desde el Mar Caspio. Uno de los misiles ha sido destruido por la unidad de defensa aérea de Ucrania y el resto ha impactado en “instalaciones de infraestructura en el norte de Kiev”, según un comunicado del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Varios de los misiles han alcanzado la planta de reparación de vagones de Darnytsia, hiriendo a un trabajador ferroviario, según Oleksandr Kamyshin, director ejecutivo de la empresa ferroviaria estatal ucraniana. “Su objetivo real es la economía de Ucrania y la población civil”, ha dicho Kamyshin. “También quieren bloquear nuestra oportunidad de exportar productos ucranianos a Occidente”. El lunes, la última evaluación de inteligencia del Ministerio de Defensa del Reino Unido dijo que el ataque con misiles fue probablemente un intento de interrumpir el suministro de equipo militar occidental a las unidades ucranianas de primera línea.
Los intensos combates también han continuado en el este de Ucrania, y Zelenski ha visitado a sus tropas en algunas de las posiciones de primera línea más bombardeadas en la región de Lugansk.
Por otra parte, el organismo de control de la ONU ha advertido sobre un «riesgo claro y presente para la seguridad y las salvaguardias” en la planta de energía nuclear de Zaporiyia, que actualmente se encuentra bajo el control ruso.
Rafael Mariano Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), ha afirmado que “al menos cinco de los siete pilares indispensables de la seguridad nuclear se han visto comprometidos en el lugar”. En declaraciones de la junta del OIEA, Grossi ha señalado que está “trabajando activamente para acordar, organizar y encabezar una misión internacional dirigida por la OIEA” a la instalación, con el fin de “llevar a cabo un trabajo esencial de seguridad nuclear, protección y salvaguardias”.
La planta de energía nuclear de Zaporiyia ha estado bajo el control ruso desde principios de marzo. Grossi ya visitó la desaparecida planta de Chernóbil, al norte de Kiev, y que fue ocupada brevemente por las fuerzas rusas a finales del mes de abril. “El sitio de la central nuclear Zaporiyia de Ucrania permanece bajo el control de las fuerzas rusas. He expresado repetidamente mi grave preocupación por las condiciones de trabajo extremadamente estresantes y desafiantes en las que la gerencia y el personal ucranianos están operando en la planta», ha dicho Gross y ha añadido que “la situación en la central nuclear de Zaporiyia no solo ha planteado preocupaciones humanitarias graves y apremiantes, sino que también es un riesgo claro y presente para la seguridad, la protección y las salvaguardias en la central nuclear”.
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