La atención vuelve a centrarse en Mariúpol; las tropas prorrusas aseguran haber tomado el control de la ciudad portuaria y señalan que los reductos de resistencia se encuentran en dos de las grandes zonas de la urbe, Azovstal y Azovmash. El líder apoyado por Rusia de la autoproclamda “República Popular de Donetsk”, Denís Pushilin, ha declarado que “respecto al puerto de Mariúpol, está ahora bajo nuestro control”. Los últimos defensores de Mariúpol han reconocido estar ya ante la “última batalla”. Con cierto tono de despedida mediante una publicación en redes sociales, la brigada de infantería de marina de las Fuerzas Armadas de Ucrania lamenta estar sin munición lo que supone “la muerte para algunos” y “el cautiverio para el resto”.
Mientras, las tropas ucranianas han acusado a las rusas de haber utilizado armas químicas durante el ataque a Mariúpol. La presidenta de la Comisión Parlamentaria de Integración de Ucrania en la UE, Ivanna Klympush, también ha informado que las tropas rusas han empleado “una sustancia desconocida en Mariúpol. Las víctimas experimentaron fallos respiratorios. Lo más probable es que se trate de armas químicas. Esta es la línea roja más allá de la cual el mundo debe destruir la economía del despotismo”.
Hasta entonces, las tropas ucranianas, habían rechazado varios ataques rusos en el este del país, mientras que el presidente, Volodímir Zelenski, afirmaba que miles de soldados rusos se estaban preparando para comenzar una nueva ofensiva. Las fuerzas rusas llevaban varios días intensificando su lucha en Mariúpol, el eje entre las áreas ya controladas por Rusia al oeste y al este. «Hay decenas de miles de muertos, pero incluso a pesar de esto, los rusos no están deteniendo su ofensiva», ha declarado Zelenski al parlamento de Corea del Sur por videoconferencia.
La invasión rusa está dejando un panorama desolador que ha provocado la condena de los países occidentales y ha despertado la preocupación. Alrededor de una cuarta parte de los 44 millones de habitantes de Ucrania se han visto obligados a abandonar sus hogares, las ciudades se han convertido en escombros y miles de personas han resultado muertas o heridas, muchas de ellas civiles. El líder austriaco, Karl Nehammer, mantuvo una reunión el día de ayer con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Moscú para pedir el fin del conflicto. La primera reunión cara a cara de Putin con un líder de la Unión Europea desde que comenzó la invasión de Rusia el pasado 24 de febrero. Nehammer ha señalado su «pesimismo» sobre la evolución de la guerra en Ucrania tras este encuentro, y ha visto a Putin «inmerso en una lógica bélica«.
Zelenski sigue con su particular campaña para recabar el apoyo internacional, advirtiendo que la próxima semana sería de gran importancia: “Las tropas rusas se trasladarán a operaciones aún más grandes en el este de nuestro estado. Es posible que usen aún más misiles contra nosotros. Pero nos estamos preparando para sus acciones. Responderemos”.
Dirigiéndose al parlamento de Corea del Sur, ha señalado que Rusia está concentrando decenas de miles de soldados para la próxima ofensiva. Ha pedido a Seúl cualquier ayuda militar que pudiera proporcionar. Desde que Rusia comenzó la invasión, Zelenski ha pedido a las potencias occidentales que brinden más ayuda de defensa y que castiguen a Moscú con sanciones más duras, incluidos embargos a sus exportaciones de energía.
Zelenski también hizo referencia a la situación de Mariúpol. Varios medios de comunicación informaron de varios tanques rusos que se dirigían por carretera en dirección a la ciudad. Según el estado mayor general de las fuerzas armadas de Ucrania, el ejército ruso interrumpió las líneas de suministro y atacó las infraestructuras de transportes de la ciudad.
Por otra parte, desde el Ministerio de Defensa de Rusia han señalado que misiles de alta precisión habrían destruido la sede del batallón de Dnipro. En una declaración posterior, el ministerio ha informado que los misiles rusos lanzados desde el mar han destruido los sistemas de misiles antiaéreos S-300 habían sido suministrados a Ucrania por un país europeo, que no ha sido desvelado. Los sistemas estaban ocultos en un hangar en las afueras de Dnipro en el centro de Ucrania.
El aumento de las bajas civiles ha provocado una condena internacional generalizada y nuevas sanciones. Ludmila Zabaluk, jefa del departamento de Dmytriv, al norte de Kiev, ha informado sobre el descubrimiento de docenas de cuerpos de civiles en el área: “Hay más de 50 muertos. Les dispararon de cerca. Hay un carro donde quemaron a un niño de 17 años, solo han quedado huesos. A una mujer le volaron de la cabeza y otro hombre fue quemado vivo dentro de su vehículo”.
Moscú ha negado en varias ocasiones las acusaciones de crímenes de guerra por parte de Ucrania y de los países occidentales. También ha negado repetidamente haber atacado a civiles en lo que llama una «operación especial» para desmilitarizar y «desnazificar» a su vecino del sur. Ucrania y las naciones occidentales han calificado estas declaraciones como un pretexto para iniciar la guerra. La ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, en declaraciones antes de la reunión de ministros europeos en Luxemburgo, ha señalado que Berlín ha visto «muchos indicios» de crímenes de guerra en Ucrania.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov ha informado que Moscú no detendrá su ofensiva para las posteriores rondas de conversaciones con la delegación ucraniana, alegando que no ve ninguna razón para no continuar con las reuniones, pero ha insistido en que Rusia no detendrá los ataques cuando las dos partes se reúnan nuevamente. Ha señalado que Putin había ordenado una suspensión de la acción militar durante la primera ronda de conversaciones entre los negociadores rusos y ucranianos a finales de febrero, pero que la posición de Moscú ha cambiado desde entonces: “Después de que observar como los ucranianos no planeaban corresponder, se ha tomado la decisión de que durante las próximas rondas de conversaciones no habrá pausa mientras no se llegue a un acuerdo final”, ha agregado Lavrov.
Pushili, ha señalado que la república de Donetsk intensificará su batalla contra las fuerzas ucranianas en la región: “Cuanto más nos demoramos, más sufre la población civil, rehén de la situación. Hemos identificado áreas en las que se deben acelerar ciertos pasos”, ha dicho Pushilin. Ha agregado que más de 5.000 civiles podrían haber muerto en Mariúpol.
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