Tras días de intensas protestas, las calles del parlamento han amanecido desiertas esta mañana. La policía ha mantenido una barricada en la carretera de acceso, y cerca de la zona, la vida parecer haber vuelto a la normalidad, con tiendas abiertas y la circulación de automóviles y civiles. Las protestas contra la crisis económica de Sri Lanka han estado latentes durante meses y llegaron a un punto crítico el pasado fin de semana, cuando cientos de manifestantes ocuparon edificios gubernamentales en Colombo, que culpan a la familia Rajapaksa y sus aliados de la inflación, la escasez y la corrupción.

El nuevo presidente interino y primer ministro, Ranil Wickremesinghe, ha solicitado al presidente del parlamento el nombramiento de un nuevo primer ministro “aceptable tanto para el gobierno como para la oposición”.  Se espera que el parlamento nombre un nuevo presidente el próximo 20 de julio, y según fuentes del actual partido gobernante ,Wickremesinghe es la primera opción del, aunque no se ha tomado ninguna decisión. La elección de la oposición es su líder, Sajith Premadasa, hijo de otro ex presidente.

La petición de Wickremesinghue se produce cuando el presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, ha huido del país horas antes de su prometida renuncia, que todavía no ha llegado, en medio de protestas generalizadas por su manejo de la peor crisis económica del país desde la independencia en 1948. Rajapaksa, su esposa y dos guardaespaldas han volado en un avión de la Fuerza Aérea de Sri Lanka a Malé, la capital de las Maldivas, según ha confirmado la Fuerza Aérea de Sri Lanka en un comunicado. “Según las disposiciones de la Constitución y a pedido del gobierno, la Fuerza Aérea de Sri Lanka ha proporcionado un avión para llevar al presidente, su esposa y dos funcionarios de seguridad a las Maldivas”, dicta el comunicado.

Las agencias de noticias ya habían informado anteriormente sobre la partida del presidente hacia Malé, citando a funcionarios gubernamentales y de inmigración no identificados. El presidente había informado de su renuncia del miércoles 13 para dar paso a un gobierno de unidad después de que decenas de miles de manifestantes asaltaran su residencia oficial el sábado, exigiendo su dimisión.

Rajapaksa, quien ayudó a poner fin a la prolongada guerra civil del país como secretario de Defensa durante la administración de su hermano mayor hace más de una década, fue elegido presidente en 2019 prometiendo seguridad y estabilidad. Pero las medidas para reducir los impuestos agotaron los ingresos del gobierno y el país comenzó a quedarse sin combustible, alimentos y medicamentos porque ya no podía permitirse importarlos.

El presidente fue acusado de una nefasta gestión económica, y la opinión pública se volvió contra Rajapaksa y su familia, ha dominado la política de Sri Lanka durante casi 20 años. Mahinda Rajapaksa, hermano mayor de Gotabaya, renunció como primer ministro en mayo después de que las protestas masivas que comenzaron en marzo se tornaran violentas.

Gotabaya Rajapaksa, acusado de crímenes de guerra y otros abusos contra los derechos humanos, tenía inmunidad de arresto mientras ocupaba el cargo y no había sido visto en público desde el viernes. Se especula que la intención de Rajapaksa era marcharse al extranjero antes de renunciar para evitar la posibilidad de ser detenido. La rama local del grupo anticorrupción Transparencia Internacional había presentado un caso legal para impedir que Gotabaya y otras cinco personas, incluido su hermano y exministro de finanzas Basil, abandonaran el país. La vista está fechada para el 14 de julio.

En su ausencia, ha designado al primer ministro Wickremesinghe como presidente interino, firme aliado de los Rajapaksas y también poco popular entre la población. Después de que una multitud de manifestantes incendiaran su casa residencial, asaltaron su oficina, pero Wickremesinghe no se encontraba allí en estos momentos, y se desconoce su paradero de los últimos días. A pesar de ello, ha emitido varias órdenes a través de su oficina, incluida la declaración del estado de emergencia y las órdenes de toque de queda. La policía intentó dispersar a los asaltantes con gas lacrimógeno, mientras helicópteros militares sobrevolaban el lugar, pero los manifestantes, que exigen la renuncia de Wickremesinghue no parecían inmutarse.

Sri Lanka es una nación insular frente al sur de la India, y consiguió la independencia del dominio británico en el año 1948. Tres grupos étnicos, cingaleses, tamiles y musulmanes, constituyen el 99% de los 22 millones de habitantes del país.

La familia de hermanos Rajapaksa ha dominado el país durante años: Mahinda se convirtió en un héroe entre la mayoría cingalesa en 2009 cuando su gobierno derrotó a los rebeldes separatistas tamiles tras años de amarga y sangrienta guerra civil y su hermano menos, Gotabaya, quien era secretario de Defensa en ese momento, ha sido el último presidente.

El poder recae en el presidente, que es a la vez el jefe de estado, gobierno y ejército en Sri Lanka. No obstante, comparte muchas responsabilidades ejecutivas con el primer ministro, quien encabeza el partido gobernante en el parlamento. Actualmente, una crisis económica ha llevado la furia a las calles: la inflación vertiginosa se ha traducido en la escasez de algunos alimentos de primera necesidad, medicamentos y combustible, además de continuos apagones. Como consecuencia, la población ha salido a las calles en una masa enfurecida culpando a la familia Rajapaksa y a su gobierno de la situación.

La partida del presidente amenaza con un posible vacío de poder en Sri Lanka, que necesita con urgencia un gobierno eficaz que pueda sacarlo de la actual ruina financiera. Los políticos de otros partidos se encuentran en conversaciones para formar un nuevo gobierno de coalición, pero no hay señales de llegar pronto a un acuerdo. Tampoco está claro si la opinión pública aceptaría lo acordado en el parlamento.

Según la Constitución, es el primer ministro Wickremesinghe quien debe actuar en lugar del presidente ante su dimisión. Sin embargo, Wickremesinghe es un personaje muy impopular. Según los expertos, el presidente del parlamento es el siguiente en la línea de poder para asumir la presidencia. Pero Mahinda Yapa Abeywardena es un aliado de los Rajapaksas, y sería poco probable que la opinión pública aceptara de buen grado su mandato.

Quien se convierta en presidente del país cuenta con 30 días para celebrar elecciones y elegir así a un nuevo presidente entre los miembros del parlamento. El ganador de esa votación podría entonces prolongar el resto del mandato de Rajapaksa hasta finales de 2024.