TEDAX: Desactivando el COVID-19

En España hay aproximadamente unos 1.200 especialistas en desactivación de explosivos, distribuidos entre Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Guardia Civil, Mossos D´Esquadra y Ertzaintza. Como su propio nombre indica, los TEDAX (Técnicos en Desactivación de Artefactos Explosivos) de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los Técnicos EOD (Explosive Ordnance Disposal) de las Fuerzas Armadas, tienen por misión la detección, neutralización y desactivación de artefactos explosivos e incendiarios.

Desde la década de los 70 se han convertido en una pieza fundamental en la lucha contra el terrorismo y ahora para sorpresa de muchos también contra la pandemia, ya que desde 2004 asumieron las competencias sobre incidentes NRBQ (Defensa Nuclear, Radiológica, Biológica y Química).

Agentes adscritos a esta especialidad, los cuales cuentan con formación específica en materia de protección y actuación frente a amenazas biológicas, estarían llevando a cabo diferentes actividades de apoyo relacionadas con la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.

Según fuentes policiales, a pesar de que sus cometidos se enmarcan en la intervención operativa ante amenazas NRBQ de índole delincuencial, también tienen atribuidas competencias de apoyo y refuerzo a otras unidades policiales así como a entidades ajenas al Cuerpo Nacional de Policía, en cuanto a material técnico, personal y asesoramiento, en caso de catástrofe o calamidad pública, asumiendo en estos casos el papel de personal auxiliar y de apoyo.

Los agentes han colaborado en las labores de descontaminación de instalaciones policiales, vehículos y material, además de participar en la formación sobre el uso de los EPI, difundiendo a su vez recomendaciones de seguridad para actuar en escenarios de alta peligrosidad para minimizar el riesgo de contagio.

Asimismo representantes de los TEDAX participan en el diseño de un prototipo capaz de detectar el virus SARS-CoV-2 depositado sobre superficies de distintos materiales mediante el uso de tecnologías ópticas ya existentes combinadas con Inteligencia Artificial (IA).   El proyecto financiado por el Instituto de Salud Carlos III, en el marco de la Convocatoria Extraordinaria de Proyectos de Investigación sobre el SARS-CoV-2 y el COVID-19 cuenta con la participación de especialistas de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla, el Hospital Universitario Virgen del Rocío, el Instituto de Biomedicina de Sevilla, la Red Andaluza de diseño y traslación de Terapias Avanzadas (RAdytTA), el Observatorio Astronómico de Calar Alto (CAHA, Almería), el Proyecto HUMAINT del Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea y de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA).

Para el desempeño de sus funciones cuentan con equipos de alta tecnología, diseñados específicamente para minimizar riesgos: robots especializados, trajes especiales de alta protección anti-explosión, anti-contaminación, etc., entre los que se incluyen todos aquellos capaces de aislar frente a patógenos de estas características.

Sin embargo, para aproximarnos a los orígenes de las técnicas en el manejo y la desactivación de explosivos de esta unidad especial, tendríamos que remontarnos a la mismísima introducción de la pólvora con fines bélicos en Europa y su empleo durante el asedio Niebla (1262) por parte de las tropas de Alfonso X de Castilla. Dicha técnica experimentó un proceso de perfeccionamiento y evolución a lo largo de los años, impulsada especialmente por los ejércitos españoles, hasta poder hablar propiamente de la figura del artificiero.

Un papel especial  desempeño el Arma de Ingenieros del Ejército de Tierra (cuyos orígenes se remontan al S.XVI) en lo que respecta a la formación  de los “TEDAX” de la Policía Nacional y la Guardia Civil para hacer frente a la amenaza de la banda terrorista ETA. Por su parte, las Fuerzas Armadas cuentan aproximadamente 300 técnicos EOD repartidos entre el Ejército de Tierra, la Armada y Ejército del Aire, aunque el mayor número se concentra la citada Arma de Ingenieros del ET integrados en las unidades de zapadores.

TEDAX: Policía Nacional y Guardia Civil

La actividad de la banda terrorista ETA y en particular a raíz de la tentativa de atentado con paquete bomba en el hotel Ritz de Barcelona (1972) queda patente la necesidad de contar con “artificieros” en las filas de la entonces conocida como Policía Armada. En este punto comienza una estrecha colaboración entre el Ejército de Tierra y el cuerpo policial que se materializa principalmente en la realización de cursos de artificieros para policías.  Sin embargo no será hasta 1975, con un terrorismo en plena ebullición, que se crea la especialidad de Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) en el seno de la Policía española. En diciembre de 2004, se asumen las competencias NRBQ, y nace la figura del especialista TEDAXNRBQ.

Encuadrada en la Comisaría General de Información, órgano encargado de la lucha antiterrorista, esta unidad ha intervenido en más de 350.000 incidentes relacionados con bombas o agentes NRBQ. Las filas de los TEDAX del Cuerpo Nacional de Policía están integradas por más de 300 agentes encuadrados en la Unidad Central y por 28 unidades de esta especialidad repartidas por el conjunto del territorio nacional.

Los agentes de la Policía Nacional acceden a esta especialidad a través del curso de especialización, de carácter selectivo, y en el que durante 15 meses (1.400 horas lectivas) se instruyen en materias propias de la especialidad, con un 50 por ciento de ejercicios reales. Durante este periodo de formación los instructores buscan un perfil concreto: estabilidad y control emocional; afán permanente de formación y perfeccionamiento; capacidad de concentración, observación, análisis y toma de decisiones; sentido de la disciplina; y aptitudes para el trabajo en equipo.

Para poder hablar de artificieros o Especialistas en Explosivos de la Guardia Civil, habría que remontarse a la Orden General de 2 de marzo de 1973 y a 1979 para la creación del Departamento Central de Desactivación de Explosivos (DECEDEX), que vendría a centralizar la formación, información y elaboración de inteligencia en el marco de la desactivación de explosivos.

Solo habría que esperar un año para que se inaugurase la Escuela de Técnicos Especialistas en Desactivación de Explosivos. En 1988, los TEDAX de la Guardia Civil pasarían ha encuadrarse en el Servicio de Desactivación de Explosivos (SEDEX). Asimismo, en 2004 se pone en marcha el Sistema de Defensa NRBQ de la Guardia Civil y se crea la Unidad Técnica NRBQ en el seno del SEDEX.

Según datos disponibles relacionados con impacto anual que tienen los atentados con explosivos a nivel global, solamente en 2015 se produjeron 43.000 víctimas, de las cuales un 75% eran civiles y afectando a un total de 64 países.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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