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Ucrania ataca Moscú en el mayor ataque con drones contra la capital rusa

Ucrania ha lanzado hoy su mayor ataque con drones contra la capital rusa, con al menos 91 de estos dirigidos contra Moscú, provocando incendios, cerrando aeropuertos y obligando a desviar decenas de vuelos, según han informado las autoridades rusas.

Un total de 337 drones ucranianos fueron derribados sobre Rusia, 91 de ellos sobre la región de Moscú y 126 sobre la región de Kursk, donde las fuerzas ucranianas se han retirado, según el Ministerio de Defensa de Rusia.

Este ataque masivo con drones al amanecer se ha producido justo cuando un equipo de funcionarios ucranianos se dispone a reunirse con un equipo estadounidense en Arabia Saudí para buscar bases para posibles conversaciones de paz en esta guerra que ya dura tres años, y mientras las fuerzas rusas tratan de cercar a miles de soldados ucranianos en la región de Kursk, en el oeste de Rusia.

En plena hora punta, el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, ha afirmado que las defensas aéreas continúan repeliendo los ataques contra la ciudad, que junto con la región circundante tiene una población de al menos 21 millones de habitantes y es una de las mayores áreas metropolitanas de Europa. “El ataque más masivo de drones enemigos contra Moscú ha sido repelido”, ha dicho Sobyanin en un post en Telegram.

El gobernador de la región de Moscú, Andrei Vorobyov, ha dicho que al menos una persona ha muerto y que tres han resultado heridas, publicando una foto de un apartamento destrozado con las ventanas reventadas. Vorobyov ha señalado que algunos residentes se han visto obligados a evacuar un edificio de varios pisos en el distrito de Ramenskoye de la región de Moscú, a unos 50 km al sureste del Kremlin. No ha habido señales de pánico en Moscú, y los transeúntes han ido a trabajar con normalidad en el centro de la capital.

El organismo ruso de control de la aviación ha informado de que se han suspendido los vuelos en los cuatro aeropuertos de Moscú para garantizar la seguridad aérea tras los ataques. Otros dos aeropuertos, en las regiones de Yaroslavl y Nizhni Nóvgorod, ambas al este de Moscú, también han sido cerrados.

A pesar de las intenciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de lograr la paz en Ucrania, la guerra se está intensificando en el campo de batalla con una gran ofensiva rusa en Kursk y una serie de ataques ucranianos con drones en lo más profundo de Rusia. Rusia ha desarrollado una gran cantidad de redes electrónicos sobre Moscú y sobre instalaciones clave, con capas internas avanzadas adicionales sobre edificios estratégicos, y una compleja defensa aérea para derribar los drones antes de que lleguen al Kremlin, en el corazón de la capital.

Kiev, objeto de repetidos ataques masivos con drones por parte de las fuerzas rusas, ha intentado devolver el golpe a Rusia, mucho más grande, con repetidos ataques con drones contra refinerías de petróleo, aeródromos e incluso estaciones rusas de radar estratégico de alerta temprana.

En lo que se ha convertido en una guerra de desgaste, Moscú y Kiev han tratado de comprar y desarrollar nuevos drones, desplegarlos de forma innovadora y buscar nuevas formas de destruirlos, desde el uso de escopetas de agricultores hasta avanzados sistemas de interferencia electrónica.

Los soldados de ambos bandos han declarado tener un miedo visceral a los drones, y ambos bandos han utilizado en su propaganda vídeos macabros de ataques mortales con aviones no tripulados, en los que se ve a soldados volando por los aires o huyendo de vehículos en llamas.

Por otra parte, las fuerzas especiales rusas han entrado en un gasoducto para atacar a las unidades ucranianas desde la retaguardia en la región de Kursk, según ha informado el ejército ucraniano y los blogueros de guerra rusos, mientras Moscú reivindica nuevos avances en su empeño por recuperar partes de la provincia fronteriza que Kiev tomó en una ofensiva de choque.

Ucrania lanzó una audaz incursión transfronteriza en Kursk el pasado mes de agosto, que supuso el mayor ataque contra territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial. En pocos días, las unidades ucranianas habían capturado 386 millas cuadradas de territorio, incluida la estratégica ciudad fronteriza de Sudzha, y tomado a cientos de prisioneros de guerra rusos.

Según Kiev, la operación pretendía obtener una moneda de cambio en futuras conversaciones de paz y obligar a Rusia a desviar tropas de su machacona ofensiva en el este de Ucrania.

Ahora, los soldados ucranianos en Kursk están cansados por los incesantes asaltos rusos y corren el riesgo de ser cercados, según muestran los mapas de fuentes abiertas del campo de batalla.

Los operativos rusos caminaron unos 15 kilómetros por el interior del gasoducto, que Moscú había utilizado hasta hace poco para enviar gas a Europa. Algunas tropas rusas pasaron varios días en la tubería antes de atacar a las unidades ucranianas desde la retaguardia cerca de Sudzha, según blogueros rusos.

Mientras, el Estado Mayor ucraniano confirmó el sábado por la noche que “grupos de sabotaje y asalto” rusos utilizaron la tubería en un intento de hacerse un hueco en las afueras de Sudzha. En un post de Telegram, manifestó que las tropas rusas fueron “detectadas a tiempo” y que Ucrania respondió con cohetes y artillería.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso informó el domingo de que sus tropas habían tomado cuatro aldeas al norte y noroeste de Sudzha, la más cercana de las cuales se encuentra a unos 11 kilómetros del centro de la ciudad. La afirmación se produjo un día después de que el ministerio informara de la captura de otros tres pueblos cerca de Sudzha.

Kiev no ha realizado comentarios sobre las afirmaciones rusas. Entre tanto, Trump cuestiona la supervivencia de Ucrania, mientras Francia ha anunciado un nuevo paquete de ayuda.


Analista especializado en el entorno de la información y Defensa.

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