Desde esta mañana, Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de haber volado una presa que han ocasionado inundaciones generalizadas en el sur de Ucrania, mientras que Rusia ha afirmado haber frustrado otra ofensiva ucraniana en el este de Donetsk e infligido grandes pérdidas.

Rusia ha lanzado una nueva oleada de ataques aéreos nocturnos sobre Kiev esta madrugada y Ucrania ha informado que sus sistemas de defensa antiaérea han derribado más de 20 misiles de crucero en su aproximación a la ciudad.

En cuanto a la presa, el Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania ha acusado a las fuerzas rusas de haber volado la presa de la era soviética Nova Kakhovka, en la región ocupada de Jersón.

Vídeos no verificados difundidos en las redes sociales muestran intensas explosiones alrededor de la presa y la crecida del agua. La presa, de 30 metros de altura y 3,2 km de longitud, se construyó en 1956 en el río Dnipro. Tiene una capacidad de agua igual a la del Gran Lago Salado, en el estado estadounidense de Utah, y también suministra agua a Crimea y a la central nuclear de Zaporiyia, que también está bajo control ruso.

“Se está aclarando la magnitud de la destrucción, la velocidad y los volúmenes de agua, así como las probables zonas de inundación”, ha publicado el ejército ucraniano en Facebook.

Por otra parte, las agencias de noticias rusas afirman que la presa ha sido destruida por los bombardeos, mientras que el alcalde de la ciudad de Nova Kajovka, controlada por Rusia, ha atribuido los hechos a un acto terrorista, lo que en ruso significa un ataque de Ucrania.

El jefe ruso instalado en la región de Jersón ha informado que la evacuación cerca de la presa ha comenzado y que el agua alcanzaría niveles críticos en cinco horas aproximadamente. Por el momento, la información no ha podido ser verificada.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, celebrará una reunión de emergencia sobre la explosión de la presa, según ha informado esta mañana en Twitter Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania.

Asimismo, Moscú afirma haber frustrado una importante ofensiva ucraniana en el sur de la región de Donetsk, aunque desde Wagner mantienen que las fuerzas rusas han perdido terreno en torno a Bajmut, más al norte.

A la pregunta de si dichos ataques representan el inicio de la tan anunciada contraofensiva ucraniana contra la invasión rusa, Danilov, secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, ha manifestado que “la guerra continúa. Hasta la victoria completa”.

El Ministerio de Defensa ruso ha señalado que Ucrania ha atacado con seis batallones mecanizados y dos de carros de combate en el sur de Donetsk, donde Moscú sospechaba desde hace tiempo que Ucrania está intentado abrir una brecha en el territorio controlado por Rusia. “El objetivo del enemigo era romper nuestras defensas en el sector más vulnerable, en su opinión, del frente”, ha señalado el Ministerio. “El enemigo no logró su cometido, no tuvo éxito” agrega.

Ante tales declaraciones, un portavoz militar ucraniano ha señalado que “no tenemos esa información y no comentamos ningún tipo de falsedad”. Más al norte, cerca de la ciudad de Bajmut, disputada desde hace tiempo, el comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Oleksandr Syrskyi, ha informado de que las fuerzas ucranianas están “avanzando”.

Un vídeo de las fuerzas armadas ha mostrado posiciones rusas bajo fuego, y el líder mercenario ruso, Yevgeny Prigozhin, ha afirmado que las fuerzas ucranianas han retomado parte del asentamiento de Berjivka, al norte de Bajmut, en el este de Ucrania y ha calificado el hecho como una “desgracia”. El ejército de Prigozhin capturó Bajmut el mes pasado tras la batalla más larga de la guerra y entregó sus posiciones del lugar a las tropas regulares rusas.

El informe diario del Estado Mayor ucraniano se ha limitado a señalar que se han producido un total de 29 enfrentamientos en las regiones de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, mientras que el Centro de Comunicaciones Estratégicas de Ucrania ha advertido que Rusia solamente trata de difundir mentiras: “Para desmoralizar a los ucranianos y engañar a la comunidad (incluida su propia población), los propagandistas rusos difunden información falsa sobre la contraofensiva, sus direcciones y las pérdidas del ejército ucraniano”.

En las últimas semanas, Ucrania ha intentado debilitar las posiciones rusas, pero sus planes se han mantenido en secreto mientras se prepara para enfrentarse al ejército ruso, mucho más numeroso.

El mes pasado, Moscú fue blanco de un ataque terrorista ucraniano con aviones no tripulados, según el Kremlin. Mientras que las fuerzas proucranianas han cruzado repetidamente la región rusa de Belgorod en los últimos días.

Zelenski, ha aclarado recientemente en medios de comunicación que se está preparado para lanzar la esperada contraofensiva, pero ha matizado su pronóstico de éxito con la advertencia de que podría llevar algún tiempo y tener un alto coste. Tras solicitar decenas de miles de millones de dólares en armamento occidental para combatir a las fuerzas rusas, es probable que el éxito o el fracaso de la contraofensiva influya en la configuración del futuro apoyo diplomático y militar occidental a Ucrania.

De momento, Rusia está lanzando cientos de aviones no tripulados y misiles contra Ucrania desde principios del pasado mes, principalmente contra Kiev, y Ucrania afirma que sus objetivos eran instalaciones militares, pero también zonas residenciales.

Rusia controla ahora al menos el 18% de lo que se reconoce internacionalmente como territorio ucraniano, y ha reclamado cuatro regiones de Ucrania como territorio ruso. Durante meses, decenas de miles de tropas rusas se han atrincherado a lo largo de una línea de frente que se extiende a lo largo de unos 1.000 km, preparándose para un ataque ucraniano que se espera que intente cortar el llamado puente terrestre de Rusia a la península de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014.

Ucrania promete expulsar hasta el último soldado ruso de su territorio y tacha la invasión de acaparamiento de tierras al estilo imperial por parte de Rusia. En contrapartida, Rusia alega que Occidente está librando una guerra híbrida contra Rusia para sembrar la discordia y, en última instancia, repartirse los vastos recursos naturales de Rusia, acusaciones que los líderes occidentales niegan.