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23 de julio de 1921. Las cargas del Alcántara en e...

23 de julio de 1921. Las cargas del Alcántara en el Igan. Retirada desde Dar Drius a Batel

Fco. Moyano/ Asturias.

En  Dar Drius los supervivientes de Annual han tenido una noche de descanso. «Al amanecer una escena conmovedora despierta a Drius. Los trece trompetas del Alcántara tocan diana formados en corro. […]. Sólo uno de esos trompetas, y herido, logrará salvar la vida» [1] . El general Navarro  ha ordenado el repliegue de las posiciones circundantes,  y los escuadrones del Regimiento de Caballería Alcántara nº 14 salen a proteger esos repliegues

Retirada de  Chief a Dar Drius
Una de las posiciones más importantes,  próximas a Drius, es la de Chief , guarnecida por cuatro compañías de fusiles  y una de ametralladoras del Regimiento de Infantería  Melilla. Su jefe es el teniente coronel Romero, que recibe orden de repliegue sobre Drius  en la madrugada del  23 de julio. Las fuerzas salen a las 8 de la mañana, dejando el campamento incendiado para no dejar nada al enemigo. Pero esto atrae a los rifeños que acuden en masa. La situación se transforma, es el punto más peligroso y a  él acude el teniente coronel Primo de Rivera, jefe del regimiento Alcántara,  con el 2º Escuadrón, dos secciones del 4º  y una del 1º.

Las fuerzas del regimiento Melilla, que en un principio actúan con orden, sufren considerables bajas, entre ellas de la su jefe que cae combatiendo con su escolta, la fuerza se desorganiza.

El enemigo, muy numeroso, trata de envolverlos. En ese momento crucial el teniente coronel Primo de Rivera, como menos de 200 jinetes,  ordena toque de carga, los jinetes sables en mano se lanzan sobre la masa enemiga que es atravesada y desorganizada. La maniobra se repite varias veces, sufriendo sensibles bajas, pero pese a lo numeroso del enemigo, los jinetes del Alcántara logran salvar a la columna de Chief y ésta terminará llegando a Dar Drius.[2]

Pero el General Navarro que pensaba defenderse en Dar Drius, duda. «Y entonces comete su primer gran error: abandonar el mejor campamento del Rif español. »[3]

Cuando regresan los escuadrones del Alcántara a Dar Drius,  entre los vítores de los supervivientes de la columna de Chief,  el teniente coronel Primo de Rivera se encuentra con la misión de despejar el camino de Batel, « pues, según noticias, el enemigo atacaba los camiones de evacuados [heridos][4] Salen todos los escuadrones con su jefe y, pasado Uestia,  encontrarán enemigo a ambos flancos del camino.

Poco después salen las fuerzas de Drius, quizás a la una del mediodía. La columna recoge la avanzada de Haman y la de Uestia, pero pasada esta, el enemigo la ataca por ambos flancos. Existe peligro de envolvimiento y dos escuadrones del Alcántara apoyados por el  ametralladoras deben combatir a pié.

Cuando la columna pasa por los camiones de heridos asaltados por el enemigo, con los cuerpos destrozados, la moral se deprime. El movimiento continúa. Cerca del cauce el río Igan, los rifeños, aprovechando el trincherón de su cauce seco, reciben a las fuerzas de Drius con descargas cerradas. La vanguardia se para, la batería que la acompaña entra en posición sobre la misma carretera bajo fuego enemigo. La fuerza busca abrigo y se inicia el desorden. Las bajas son muchas. La columna está paralizada.

Nuevamente es el regimiento Alcántara quien da nuestra de ser la única unidad cohesionada y en condiciones de combatir como un todo, y ello pese a las sensibles pérdidas ocasionadas por los continuos combates que ha sostenido  desde el 21 de julio,  en aquel el desesperado intento de romper el cerco de la posición de  Igueriben próxima a Annual.

El regimiento pasa ahora a la extrema vanguardia de la columna y carga repetidas veces  sobre los enemigos atrincherados en el Igan «mientras resistió el ganado»[5]. Al parecer,  fueron cuatro las cargas, « merced a cuya decidida y esforzada acción pudo ser abierto paso a la columna y proseguir ésta la marcha a Batel, aunque perdiendo su formación y continente.»[6] El regimiento había dejado de existir

Durante este día 23 las bajas ha sido constantes, por las declaraciones de un jinete  superviviente del 2º escuadrón el Expediente Picasso señala :  «en las cargas que dieron en el camino para abrir paso a la columna , algunos hombres de su escuadrón, por pérdida del caballo, quedaron desmontados, por lo que hubieron de marchar incorporados a las tropas que se retiraban o solos, quedando rezagados, separándose del escuadrón, en tanto que éste, con la gente que aun restaba montada, pudo seguir prestando el servicio de protección y llegar sus residuos también a Zeluán al anochecer; incorporándose después los rezagados de a pie y quedando algunos en las posiciones del camino.»[7] Esta escena debió repetirse en todos los escuadrones.

Al caer la tarde el día 23, los residuos del regimiento llegaron a Batel, otros a Zeluán, pero «ya los escuadrones habían perdido su organización, resultando un aglomerado de fuerzas más que una unidad definitiva, y en esta disposición, la mayoría de ella se retiró a Zeluán[8]

De los 691 hombres del regimiento solo quedaban 67, entre ellos, y herido, uno solo de los cornetas que había tocado diana ese día.

Estos tres artículos,  que relatan los hechos ocurridos en el llamado desastre de Annual, es nuestra contribución al reconocimiento a la epopeya realizada por el Regimiento Alcántara  hace ahora 91 años.

Su Majestad el Rey  firmaba en Madrid el 1 de junio de este año el Real Decreto  número 905   « por el que se concede la Cruz Laureada de San Fernando, [la más alta condecoración  de las Fuerzas Armadas Españolas] como Laureada Colectiva, al Regimiento de «Cazadores de Alcántara, 14 de Caballería».  El expediente se inició poco después de los hechos, precisa de una compleja y minuciosa investigación;y fue informado favorablemente con el Juez Instructor el 8 de febrero de 1933.  Pero el regimiento había sido disuelto  como consecuencia de las reformas de Azaña. Nadie de la administración de la época se le ocurrió impulsar ese póstumo reconocimiento de un heroísmo colectivo tan memorable.  Después de la Guerra de 1936 a 1939 tampoco se hizo nada. En la actualidad hubo un intento en 2010 que fue paralizado[9]. Por fortuna en 2012 el sentido común del Ministro Morenés se impuso y, con casi un siglo de retraso, los componentes de aquel regimiento recibieron su merecida recompensa, que será ostentada en el estandarte del Regimiento de Caballería Acorazado Alcántara 10, heredero de aquel.


[1] Juan Pando. Historia secreta de Annual. Ed. Temas de Hoy. Madrid 1999. Pp 202-203

[2] Por esta acción  y sucesivas esta su muerte en Monte Arruit, le será concedida la Laureada individual al Teniente Coronel Primero de Rivera. Ver R,D, de 12 noviembre de1923  (DO núm. 252)

[3] Juan Pando. Historia secreta de Annual. Ed. Temas de Hoy. Madrid 1999. Pp 182

[4] Expediente Picasso. Declaración del Capitán Chicote. Folio 1874 vuelto.

[5] Expediente Picasso. Declaración de  soldado del quinto escuadrón Florentino Moreno, en atestado 138,

[6] Expediente Picaso. Retirada de Drius a Batel. Marcha de la Columna.

[7] Expediente Picasso.  Declaración del  soldado  Rafael Chaves, del segundo escuadrón- folio 1 .913 vuelto y. atestado número 158-

[8] Expediente Picasso. Declaración del coronel D. Emilio Fernández Pérez -folio 499-

[9] La gaceta. El Desastre de Annual. 17 junio 2012. […] en 2010 se volvió a plantear, el ministerio que dirigía Carmen Chacón  alegó que no podía iniciar el procedimiento.


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  1. ATILA

    27 julio 2012

    Entre la bibliografía de este magnífico artículo, se encuentra el ya mítico libro de Juan Pando, “Historia secreta de Annual”. Con este libro, sin entrar en la discusión sobre su exactitud o no, muchos de nosotros nos adentramos y empezamos a interesarnos en el hecho del Desastre de Annual. En mi caso, llegué a viajar, junto con un Sargento, en un permiso de verano, a Marruecos, a visitar el itinerario del repliegue desde Abarrán a Monte Arruit, pasando por Igueriben… También estuvimos en los lugares de la famosa carga del Regimiento “Alcántara”; la mejor Unidad de Infantería española, la Brigada Paracaidista, le puso en su momento el nombre de “Teniente Coronel Primo de Rivera” a su Base (¡Huy!, se me ha escapado mi vena paraca).
    Fue una aventura maravillosa, donde descubrimos incluso cosas inéditas… Recomiendo el libro, si alguien entre los lectores no lo ha leído aún.
    Por cierto, en el párrafo donde se indica que: “…Pero el General Navarro que pensaba defenderse en Dar Drius, duda. «Y entonces comete su primer gran error: abandonar el mejor campamento del Rif español. »”, tengo una curiosidad que relatar:
    Me honro en tener una cierta amistad con un descendiente del General Navarro, defensor de Monte Arruit, y después, responsable de su trágica capitulación. Es un Sargento Primero de Infantería, que junto a muchos otros en nuestro Ejército, aúna la pluma con la espada… Tiene a sus espaldas varias acciones de combate, de alto perfil, en Afganistán. Tuve en su momento una fuerte discusión con él, porque se me ocurrió criticar, de manera injusta y bastante ignorante, a su bisabuelo, por haber rendido Monte Arruit, pudiendo haber luchado.
    Paso a exponer la “DEFENSA EN LÍNEAS GENERALES DEL GENERAL NAVARRO EN MONTE ARRUIT”, en palabras de su bisnieto:
    El Alto Mando le autorizó/recomendó pactar la rendición con el enemigo y aún así, resistió varios días más. Incluso cuando la resistencia era ya imposible, reunió a TODA la Oficialidad (desde Coroneles entrados en años a jóvenes y exaltados Tenientes) para consultar la posibilidad de rendirse: TODOS votaron a favor de la rendición, lo que puede dar idea de la situación en la que se encontraba la defensa. Otra cosa es que el enemigo no respetara luego las condiciones pactadas.
    Si el Alto Comisario y sus asesores recomiendan la rendición y todos los oficiales sobre el terreno hacen lo mismo, sería por algo, cuando además de las dantescas condiciones de la defensa (que habían superado con mucho el cumplimiento del deber y estando ya Melilla a salvo con la llegada de la Legión) se tenían ofertas honorables del enemigo y no había información sobre el trato que se había dado a los que se rindieron o fueron capturados en las numerosas pequeñas posiciones que habían sido tomadas por el enemigo. De saberlo, desde luego nadie habría pensado en la rendición. ¿Error de cálculo? ¿Todos se equivocaron?
    No, no se equivocaron ellos, ni Navarro ni el Alto Comisario, sencillamente obraron como debían con los datos a su disposición.
    Respecto a la tan discutida consulta de los Oficiales, hay que saber que era un procedimiento común e incluso estipulado en la época (“hoy, gracias a Dios, ya no, aunque la fuerte tendencia actual al sindicalismo de las fuerzas Armadas nos esté llevando a los errores del pasado”, el entrecomillado es mío) el que ante una situación de extremada gravedad el Oficial al mando consultara la opinión de sus Oficiales.
    En el caso de Monte Arruit, fue tan escrupuloso el General Navarro que mandó que los Oficiales que estaban ocupando puesto en el parapeto fueran informados y escribieran su respuesta en un folio.
    Luego, durante su cautiverio, tuvo ocasión de demostrar de nuevo su firmeza ante el enemigo y pasó gran parte del tiempo engrilletado de pies y manos por negarse a firmar proclamas.
    Los cargos contra el General Navarro fueron retirados por la fiscalía después de oír el alegato de la defensa, pues la cosa estaba bien clara. De hecho, fue rehabilitado y llegó a ocupar los más altos puestos, retirándose de Teniente General.
    Terminó sus días asesinado en Paracuellos.
    La mayor parte de estos datos me han sido facilitados por su bisnieto, el Sargento Primero Navarro… Vayan estas líneas para que me perdone de una vez por todas por, dentro de mi ignorancia, haber criticado duramente a su bisabuelo en una ocasión.
    BRIGADA ATILA