Redacción.
Al hilo del informe de Mandiant, del que China ya intentó desmarcarse, EEUU ha reconocido por primera vez que cuenta con equipos preparados para contraatacar intromisiones piratas contra el país.
Las distintas agencias de inteligencia estadounidense han reconocido la preocupación de un ataque real contra la seguridad del país, poniendo la amenaza de ciberataques por primera vez como la primera forma de terrorismo que acecha el país hoy día.
La presentación del informe anual del Comité de Inteligencia del Senado, contó con la presencia de los directores de las principales agencias de seguridad de EE UU, el FBI, la CIA, la Agencia Nacional Antiterrorista y la de Inteligencia del Departamento de Defensa. El director de la Oficina de Inteligencia Nacional, James Clapper, aseguró que “en algunos casos, el mundo está aplicando tecnologías digitales con mayor rapidez que nuestra capacidad para entender las implicaciones que se puedan derivar para nuestra seguridad y para tratar de mitigar los nuevos riesgos».
Es por ello por lo que la ciberseguridad se ha convertido en la prioridad máxima de Estados Unidos. Los ciberataques sufridos en 2012 han supuesto una pérdida económica para el país de la que aún no se conocen cifras oficiales.
León Panetta, ex secretario de Defensa, ya aseguró en su momento que los ataques potenciales contra cualquier institución estadounidense vía informática, podría convertirse en el «próximo Pearl Harbour».
El Gobierno estadounidense ve tan seria la amenaza de esta nueva forma de terrorismo que por primera vez, desde los atentados de las Torres Gemelas perpetrados por Al Qaeda, el temor a sufrir un ataque informático ha suplantado al terrorismo internacional en la lista de amenazas que cada año elaboran las agencias de seguridad de EE UU.
Paralizar Wall Street, dejar sin luz y colapsar las redes de transportes del país o sustraer información de las Administraciones federales son los mayores miedos de Washington. Para debatir sobre estos puntos, se reunieron ayer miércoles en la Casa Blanca consejeros y delegados de diferentes empresas de EEU.
Mientras en el Senado se presentaba el citado informe, en el Congreso el general Keith Alexander, jefe del Comando Cibernético del Pentágono, anunciaba la creación de 13 unidades especiales de programadores y expertos informáticos cuyo objetivo común era desarrollar contraofensivas en país extranjeros si las principales redes informáticas estadounidenses son atacadas.
Este anuncio supone un paso más en la política del país en esta materia. Hasta ahora, Alexander, uno de los principales arquitectos del ataque informático a las instalaciones nucleares de Irán en 2010, sólo se había referido a las estrategias de seguridad cibernéticas del Pentágono en términos defensivos.
Acusaciones contra China
Las declaraciones por parte de EEUU se desarrollan pocos días después de que el asesor de Seguridad Nacional del presidente de EE UU, Thomas E. Donilon, exigiera a las autoridades chinas que dejaran de sustraer información comercial de los ordenadores de las empresas estadounidenses. Donilon sorprendió al convertirse en el primer miembro de la Administración Obama en acusar directamente a China de ciberespionaje comercial.
El Gobierno chino negaba las acusaciones y se desmarcaba del informe presentado por Mandiant mostrando la predisposición del gigante asiático a colaborar con la comunidad internacional en pro de evitar el ciberespionaje y ciberterrorismo. (artículo relacionado).
La Casa Blanca valora la voluntad de China, pero incide en la necesidad de que el Congreso actúe al respecto, como aclaraba el portavoz del despacho oval, Jay Carney.
Robo de datos personales
En una entrevista de Obama a la cadena ABC, el presidente eludió referirse explícitamente al robo de datos personales que sufrió Michelle Obama, entre otros, por parte de piratas informáticos rusos, pero sí mostró su preocupación al decir que «no deberíamos sorprendernos de que, si tienes hackers que quieren hurgar y se dedican a buscar por miles de fuentes, éstos puedan acceder a información personal de cualquier ciudadano. Es un gran problema».
El robo de datos ha afectado también al vicepresidente del país, Joe Biden, al Fiscal General, Eric Holder, al director del FBI, Robert Mueller, o a la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton.
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