La lealtad de Ceuta fue premiada por Felipe IV con la concesión, en 1641, del título de Muy Noble y Leal Ciudad. Posteriormente, según Real cédula de 1654, se agregó el dictado de Fidelísima.
Hasta 1694, año en el que se inicia el largo sitio decretado por el sultán Muley Ismael, la plaza sigue su ya crónica situación en la que no cesa la hostilidad de los fronterizos alternando con momentos en los que no son raras las relacionas de amistad y de comercio entre unos y otros, ni es extraño que en Ceuta se acojan autoridades marroquíes caídas en desgracia o vencidas en el continuo guerrear en que se consume el imperio. Así, destacaremos como principales hechos de armas los sucedidos en 1644, 1662, 1664, 1665 y 1674.
El primero de los citados fue el ataque de más de 3.000 moros a un reducto guarnecido por una compañía que quedó aniquilada antes de que acudieran las fuerzas que consiguió rechazar a los atacantes. Para vengar la muerte de los 42 defensores del reducto dicho, y tratar de rescatar a dos cautivos, se persiguió a los asaltantes, a los que se dio alcance cerca de Negrón, matando a muchos y obligando a los demás a buscar un asilo seguro dentro de las fortificaciones de Tetuán.
En 1662, si bien se produjo el fracaso de la fuerza que desembarcó en los Castillejos para proveer de leña a la plaza, y la infortunada salida realizada con igual cometido, en la que perdió la vida el adalid Pedro Vieyra Arráez, se sucedieron una serie de hechos victoriosos, no limitados al campo fronterizo, sino extendidos en ciertas ocasiones a alguna distancia de la plaza e incluso en el mar, contendiendo con corsarios berberiscos y argelinos y hasta con navíos de guerra de Francia.
En 1664, el marqués de los Arcos rechaza hacia las montañas de Anyera el ataque de una gran fuerza musulmana, evaluada en 24000 combatientes.
En 1665 se produce una incursión hasta el valle de los Castillejos en la que se consigue abundante ganado y algunos prisioneros.
En 1674, se rechaza el ataque de más de 10.000 moros, a los que se produjeron más de 400 muertos, y 160 cautivos, por tan solo un muerto y nueve heridos propios.
También fueron frecuentes los enfrentamientos en el mar. En 1674 hacía ya dos que España, aliada con Holanda y Austria, se hallaba en guerra con la Francia de Luis XIV. El 22 de Junio, una flota de 28 navíos franceses se presentó ante Ceuta, siendo rechazada por su artillería, que echó cinco de ellos a pique; mientras, se mantenía en tierra dura batalla contra 20.000 moros que buscaban resarcirse de los descalabros pasados (1).
(1) SERVICIO HISTÓRICO MILITAR. Estado Mayor Central del Ejército: Historia de las campañas de Marruecos. Tomo I. Imprenta del Servicio Geográfico del Ejército. Madrid, 1947. p.120.
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