Óscar Pérez Ventura / Málaga
En el último comunicado del líder de la red terrorista, el egipcio Ayman Al Zawahiri, ha condenado la decisión del partido islamista moderado vencedor de las elecciones en Túnez, Al Nahda, de no regirse por la Sharia, para la nueva Constitución
Uno de los objetivos fundacionales de Al Qaeda siempre ha sido la lucha sin cuartel contra el “enemigo cercano”, los regímenes apóstatas que no siguen la Sharia literalmente.
Zawahiri aprovecha esta crítica con el objetivo de ganar la simpatía de los musulmanes más extremistas, hecho que puede traducirse en posibilidades de reclutamiento para la causa yihadista.
En Túnez, el partido islámico Al Nahda se encuentra entre la espada y la pared; por un lado los musulmanes más laicos, que lo acusan de ser benevolente con los más radicales, y las de los salafistas, que lo identifican con el laicismo y lo acusan de traicionar los principios islámicos.
En la imagen fija del documento audiovisual, producido por As-Sahab, el principal medio propagandístico de Al Qaeda, Zawahiri acusa directamente a los dirigentes de Al Nahda: “dicen que pertenecen al Islam moderado, de centro e ilustrado”, pero son todo lo contrario. “Que se llamen como quieran, pero ellos son contrarios al Corán y a la Sunna (las tradiciones del profeta Muhammad)”, afirma el líder terrorista antes de acusarlos de haber inventado “un Islam por encargo” que satisface a Occidente.
“¿Habéis escuchado que algún hospital diga que no tiene nada que ver con el tratamiento de enfermos, o a un partido comunista que anuncie que no insta al comunismo, o a una agrupación democrática o laica que anuncie que no quiere aplicar sus principios? No, no lo habéis visto”, sentenció el líder de la red terrorista tras hacerse la pregunta retórica.
Los levantamientos de los países de la denominada “Primavera Árabe”, hicieron proliferar el islamismo político y permitieron que los ideólogos rigoristas que vivían en la clandestinidad se expresasen libremente, haciendo renacer el salafismo que en muchos de estos regímenes autoritarios estaba prohibido e incluso perseguido. Estos predicadores salafistas, han dejado totalmente claro que un musulmán que no pretenda aplicar la Sharia no es un musulmán.
Curiosamente Hamas, el partido islamista gobernante en la franja de Gaza, y enemigo irreconciliable de Al Qaeda, ha encontrado un punto donde ambos coinciden: la oposición a los regímenes seculares, los que pretenden la total separación de religión y Estado. Es importante señalar que Al Qaeda es universal, no tiene vocación territorial, mientras que Hamas es el movimiento de resistencia islámica en Palestina y no tiene ambiciones internacionales.
El ministro del Interior de Hamas ha afirmado que ese territorio palestino mantendrá la aplicación estricta de la Sharía, y que “no habrá paz con el secularismo”. “La única paz es primero con Dios, luego con la yihad –dijo, sin especificar si hacía referencia a la lucha espiritual por ser buen musulmán o a la lucha armada-, luego con la resistencia, y luego con la gente y los mártires”.
Otros países de la “Primavera Árabe” no están exentos de esta polémica de los que abogan por la separación entre el Estado y la religión que han intentado sin éxito acuñar nuevos términos, como Estado liberal o civil, para alejarse del estigma de la herejía que ha sido marcado sobre el laicismo.
En Libia, las autoridades se han comprometido a que la Sharia sea fuente de derecho, aún así y para presionar sobre que se cumpla este compromiso, cientos de salafistas armados se concentraron recientemente en la ciudad de Bengasi, para pedir la aplicación de la ley islámica.
Por otro lado en Egipto, si los Hermanos Musulmanes se imponen, aumentará la presión en el Parlamento de El Cairo para elaborar una Constitución basada en la Sharia, pese a que casi la mitad del país ha votado por candidatos seculares y un diez por ciento de la población egipcia es cristiana.
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