Redacción.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, compareció ayer por la tarde en el Congreso de los Diputados para responder a una interpelación presentada por la diputada de UPyD, Rosa Díez, acerca de la percepción del subsidio de desempleo por parte de terroristas excarcelados.

Concretamente, la interpelación que Rosa Díez realizó al ministro fue «sobre los propósitos del Gobierno en relación a la percepción del subsidio de desempleo por parte de terroristas excarcelados que no han mostrado arrepentimiento ni colaboración con la Justicia».

El ministro, que aseguró compartía su preocupación con la diputada de UPyD por la existencia del subsidio de excarcelación para estos terroristas anunció que «el Gobierno tomará las medidas necesarias para evitar que aquellos que han pretendido dinamitar nuestra democracia socializando el terror, se beneficien precisamente del Estado del bienestar que entre todos hemos construido».

También ha mostrado su total disposición para recibir las aportaciones de todos los grupos parlamentarios, ante la necesidad de lograr un gran consenso para llegar a un objetivo común: acabar con el terrorismo.

Cumplimiento de la responsabilidad civil
Fernández Díaz ha insistido que hará todo lo que legalmente esté en sus manos para que ningún ex preso cobre indebidamente ayudas públicas. En esta línea, ha anunciado que, en colaboración con el Ministerio de Empleo y Seguridad Social «vamos a reconsiderar los requisitos objetivos y subjetivos que la Ley de Seguridad Social exige, en particular, para la percepción del subsidio de excarcelación».

Por otro lado, ha afirmado que el Gobierno se asegurará del cumplimiento de la responsabilidad civil por parte de los terroristas por las indemnizaciones a las que han sido condenados. En este sentido, se va a estudiar la posibilidad legal de fijar, precisamente, como un requisito para la percepción de ayudas, la satisfacción de la responsabilidad civil para los delitos graves, como el de terrorismo.

El ministro del Interior ha vuelto a recordar, una vez más, la alarma social que ha provocado «la excarcelación reciente de dos asesinos, que no han dado ninguna muestra de arrepentimiento», y la necesidad de que los gobernantes estén a la altura de una sociedad dolida e indignada por este motivo.