Redacción.

El director de la Policía, Ignacio Cosidó, presidía en el día de ayer el acto de homenaje a los seis agentes de la Policía Nacional que fueron víctimas de terrorismo en Sabadell en el 24º aniversario del atentado que acabó con sus vidas.

Con este emotivo acto se ha querido recordar a los seis agentes que fallecieron el 8 de diciembre de 1990 en la explosión de coche bomba cuando se dirigían a prestar servicio de protección en un encuentro de fútbol. Se trata del peor atentado que han sufrido agentes de la Policía Nacional en toda su historia.

En el acto, Cosidó ha estado acompañado por la delegada del Gobierno en Cataluña, María de los Llanos de Luna y el alcalde de Sabadell, Joan Carles Sánchez. Durante el mismo se ha entregado una placa conmemorativa de los Santos Ángeles Custodios a los familiares de los agentes fallecidos.

El homenaje se ha hecho extensivo a un policía local y un vecino de la ciudad que también perdieron la vida en la explosión.

El director general de la Policía ha manifestado que «el recuerdo de las víctimas es sin duda el mejor antídoto para que el odio identitario y excluyente que provocó esas muertes no vuelva a germinar en nuestra sociedad» y que «la democracia ahora es más fuerte gracias a su sacrificio». Ha querido remarcar durante su intervención el hecho de que «24 años después de aquel terrible atentado la Policía Nacional sigue aquí, continua sirviendo cada día a los ciudadanos de Sabadell, a todos los catalanes y a todos los españoles».

Cosidó no quiso olvidarse de los otros 22 policías nacionales que han fallecido víctimas del terrorismo en toda Cataluña

Comando Barcelona
En Diciembre de 1990 varias patrullas policiales se dirigían al campo de fútbol del Sabadell para prestar servicio de protección en un partido, y muy cerca de la comisaría una de las furgonetas policiales tuvo que maniobrar debido a que había un vehículo mal estacionado.

El coche, que había sido colocado ahí por el comando Barcelona estaba cargado con más de 40 kg de amonal y metralla, y explosionó al paso de la furgoneta que iba ocupada por ocho agentes. Seis de los agentes fallecieron en el acto, mientras que los otros dos otros resultaron gravemente heridos, quedando incapacitados para el servicio y con secuelas de por vida.